Promesa Nº 2

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Capítulo dedicado a _Guarico_bb

Capítulo dedicado a _Guarico_bb

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●Punto de Vista de María●

Hace un tiempo conocí a un chico mediante Facebook y nos hicimos muy buenos amigos. Se llama Alexander, y me llevo muy bien con él, y en estas últimas semanas hemos hablado tanto que me he dado cuenta de que tenemos muchísimas cosas en común. Un día, sin previo aviso, me preguntó que si quería ser su novia y yo acepte, así sin más. Me sentí tan feliz...

*Tres años después*

Alex y yo aún somos novios, y a pesar de la distancia, han sido los mejores años de mi vida. 

Le conté sobre mi relación a Ángela, mi mejor amiga-. Ella me reclamó, dejo dicho que conocer personas por Internet es algo peligroso; según ella nos hicimos novios demasiado rápido, y que le dí demasiada confianza. Sé que me está cuidando, no quiere que sufra, como ella, pero junto a Alex es y será distinto. 

No tomé en cuenta esas cosas y llevamos tres años de relación...

«¿Qué puede salir mal?»

Alex y yo decidimos que ya era momento de encontrarnos

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Alex y yo decidimos que ya era momento de encontrarnos. Me emocioné cuando me dijo que venía a verme. Pautamos un encuentro en la plaza central de la ciudad y ahí estaba yo, esperando impaciente al chico al cuál, por un chat, le decía que lo quería. 

De entre la multitud pude notar a un grupo de chicos, 4 o 5 tal vez, en donde destacaba un gran cartel. Al enfocar mi atención en el sobresaliente cartel me di cuenta que era dirigido a mí, decía en letras grandes y rojas "María, te amo".

Me acerqué al grupo a paso lento, Alex notó mi presencia.

—¿María? —cuestionó aquel chico azabache y piel clara acercándose a mí con una gran sonrisa en su rostro.

—¡Alex! —chillé como fangirl antes de salir corriendo hacia a él con mis brazos extendidos, correspondió mi abrazo, aún no lo creía—. Yo... no sé qué decir... —murmuré con una sonrisa en el rostro.

—No llores... —pidió regalándome una sonrisa mientras secaba mis lagrimas con su pulgar—. Yo si tengo algo que hacer... —tomó mi rostro y unió nuestros labios en un tierno y cálido beso que nunca antes había sentido—. Disculpa el atrevimiento.

Con un leve sonrojo en nuestros rostros, entrelazamos nuestras manos y nos sentamos a conversar en una banca de la plaza. Entre tanta charla se nos fue el tiempo, ya debía regresar a casa. Me iba a levantar pero Alex me detuvo tomando mi mano.

—María, antes de irnos... Quiero proponerte algo —habló mientras se arrodillaba frente a mí y sacaba una pequeño cofrecito de su bolsillo—. María, se que es prematuro pero... ¿te casarías conmigo? —abrió el estuche mostrando un anillo y un collar con un pequeño emblema.

—¡Si, acepto! —grité tan fuerte que llame la atención de todas que estaban allí. No lo podía creer. Alex coloco el anillo en mi dedo anular y tomó el collar.

—Este collar es una reliquia familiar que todos los hombres de mi familia le entregamos a la mujer que amamos —dijo tiernamente mientras me ponía el collar—. Así que, María, ¿prometes que nunca me fallarás y no me dejarás sin importa qué?

—Lo prometo, nunca te dejare, sin importa que suceda... —respondí volviendo a unir nuestros labios.

*Tres meses después*

Le conté a Ángela que me comprometí con Alex. Al principio se negó diciendo que apenas lo había conocido en persona y que era demasiado apresurado, me dolió que se negará de esa forma, días después recapacitó y me apoyó.

Alex y yo estuvimos planeando la boda durante estos últimos tres meses. Y llegado el gran día fuimos al Registro civil, como mis testigos estaban Ángela y mi madre; como los de Alex estaban su hermano y su mejor amiga, Inés.

Aceptamos estar juntos hasta que la muerte nos separe. El comienzo de una vida perfecta, ¡qué emoción!

*Un par de años más tarde*

Durante el primer año de casados, Alexander y yo empezamos a vivir juntos, trabajábamos para mantener los gastos del hogar. Ángela me iba visitar de vez en cuando y la pasábamos muy bien. Pero ahora que llevamos dos años juntos, las cosas cambiaron. Alex trabajaba hasta tarde, y yo me encargué del hogar familiar de Alex porque al convertirme en su esposa debo seguir con el legado de cada mujer que se une a esa familia. Deje de trabajar y me enfoque en la jardinería, Ángela y yo seguimos en contacto, me viene a visitar los fines de semana e incluso se queda algunos días para hacerme compañía. 

Siempre me pregunta si soy feliz, y yo siempre le respondo que sí.

*Seis meses después*

Alex fue ascendido en el trabajo, empezó a llegar a altas horas de la noche, y me empezó a tratar de manera fría. A mis oídos llegaron rumores de que estaba engañándome, así que le conté lo que sucedía a Abigail y ella, como mi mejor amiga, estaba averiguando lo que podía, si era cierto o no, pero no consiguió nada... 

Me relaje un poco ya que pensaba que era mentira pero todo se derrumbo cuando a mi celular me llegaron fotos de Alexander e Inés muy románticos. No lo podía creer, me sentía destrozada.

*Un año después*

Desde lo sucedido, Ángela me rogaba que me divorciara de Alex pero me rehusaba y actuaba como si nada fuera pasado. Él notó mi cambio, sospechó de que lo hubiese descubierto su infieldad.

—Mar, siempre te hago esta pregunta: ¿Eres feliz? —preguntó Ángela mirándome fijamente. Me mordí el labio inferior.

—¡No! —respondí abriéndome paso entre sus brazos, solté a llorar.

—Entonces divórciate de Alex... —pidió secando mis lágrimas.

—Aunque quisiera, no tengo el valor de hacerlo —dirigí mi mirada al suelo.

—Eres mi mejor amiga y no me gusta verte así. Si tú no puedes, lo haré yo —dijo decidida tomando mi celular dispuesta a marcar el número de Alex.

—¡No!, no lo hagas... Sé que esto no está bien pero yo prometí que sin importar que, iba estar junto a él —le mostré el collar que Alex me dio hace ya varios años—. Lo siento, no podía imaginarme que algo podría salir mal... —dije con desilusión mientras que Ángela me abrazaba una vez más con fuerza.

Una promesa vacía pero que cumplió su motivo...

Una Promesa para el CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora