5. El tumor del mundo

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La puerta dejo escapar un lastimero chillido al cerrarse. En su consideración, aquel trozo de madera parecía comprender muy bien la situación que se iba vivir en aquella habitación, aunque no sabría decir si era lágrimas de felicidad o tristeza.

—¿Entonces... papá y mamá...? —notó la incomodidad en los labios de Val al intentar hablar con su hermano después de todo lo que se habían dicho. Aun así, Owen lo interpretaba como un cierto temor a terminar su pregunta. Él había conocido a los padres de Jason. Oliver y Janet eran sus respectivos nombres, la familia Maxwell, en la cual le aceptaron inmediatamente mientras que los demás le despreciaban.

Le gustaría haber ido junto a Val y abrazarla fuertemente, hacerle entender que ya no se encontraba sola, ahora estaba él allí, siempre dispuesto para ayudarla.

‹‹No te necesita idiota —le susurró una cruel voz en su interior—. Ella ha sobrevivido sin ti durante mucho tiempo. Es fuerte por sí misma. Tú no generaras un gran cambió en su actitud››.

Jason le lanzó una rápida mirada a su hermana, lo que observó en aquellos ojos celestes le inquietaron, había dudas y temor, sin duda el haber aceptado que sus padres habían muerto a los cuatro vientos lo hacía más real que jamás decirlo. Su compañero se limitó a asentir con un movimiento de cabeza, tal vez imaginando que si no lo volvía a decir, dejaría de ser una verdad.

Un silencio incomodo comenzó a extender sus espeluznantes manos por todo el lugar, pareció adentrarse en sus cuerpos y apretujarles con todas sus fuerzas sus diversos corazones.

—Bien. Venimos aquí a escuchar tu historia. Así que comienza —pidió con la duda reflejada en aquellos ojos celestes, aun así en su interior agradeció que fuera Jason quien acabara con aquel denso silencio.

—Lo que tengo que decir es imposible de describir —comenzó por decirles la verdad, era un habito que había aprendido de Jason cuando eran compañeros de aventuras, compartían una casa y salían a combatir el crimen por las noches.

‹‹Dioses, pareciera que han pasado millones de años desde aquellos tiempos››, se descubrió pensando, al tiempo que en su mente revivía tanto los buenos como lo malos momentos vividos junto a aquellas personas tan diferentes entre sí, aunque siempre dispuestos a poner su pequeño granito de arena para volver del mundo algo mejor.

—Si es imposible de describir ¿Por qué nos hiciste entrar aquí? —reconoció el enojo y furia en las palabras de Rox, posiblemente aquella no fuera su intensión, aunque de manera inconsciente se estaba desquitando con él, ya que con Jason no podía hacerlo de manera abierta. Por lo menos aquello le dejaba algo y era que aquella mujer con el ceño fruncido y un fuego especial encendido en sus ojos, aun sentía algo muy especial por su amigo.

—Así como lo escuchan, no puedo describírselos, pero eso no impide que se los pueda mostrar —dirigió una mirada hacia Val la cual continuaba con la mirada un tanto perdida, aquello le encogió en gran medida el corazón, apretó los dientes, sabía que tenía que seguir adelante, al menos si querían tener una mínima posibilidad de continuar existiendo—. Val puede enlazarlos mentalmente. ¿Podrías mostrarles mis recuerdos?

—¿Perdón? —interrogó una confundida pelirroja, sin duda su mente no se encontraba en aquella habitación, sino tal vez perdida en antiguos recuerdos, deseando posiblemente poder volver a ellos.

—Creo que podemos aplazar esta reunión unas cuantas horas por el bien de todos —‹‹por el bien de ella››, fue el primer pensamiento que paso por su mente al escuchar la recomendación de Rox. Cerró los ojos y pidió fuerzas a los dioses, al abrirlos se encamino hacia Val, levantó ambas manos y acarició aquella piel un tanto quemada por los rayos del sol, la pelirroja pareció reconocer su contacto ya que termino viéndolo directamente a los ojos.

El Temor de un Dios (Crónicas de un Inesperado Héroe V)Where stories live. Discover now