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Zayn se movía tan lento que todo lo que Liam podía hacer era no pedir más. El paramédico se tomó su tiempo, chupando su polla una pulgada a la vez. Frustrado, trató de empujar hacia adelante y enterrarse a sí mismo hasta las bolas adentro de la boca de Zayn. Él lanzó un gruñido como respuesta, su mano fuerte en la cadera, lo que le obligó a permanecer inmóvil.

―Si continuas con esto voy a tener que volver a la tortura―advirtió Liam. Zayn se quejó en respuesta, las vibraciones viajando por toda su polla. A continuación, Zayn comenzó a trabajar chupando duro, con las mejillas ahuecadas. Liam golpeó la parte de atrás de su cabeza contra la pared cuando reprimió un grito de placer. Cerró los ojos, le permitió a Zayn tomar el control de su encuentro. Siempre era el que tomaba el control en todas sus relaciones pasadas, era embriagador dejar a alguien más con la última palabra una vez. Él tenía razón en una cosa, Zayn tenía la más dulce boca. Él sabía cuándo ir duro y cuando retirarse y dar caricias suaves con su lengua y labios.

Liam logró contenerse por pura voluntad. Hasta que Zayn le miró con esos ojos marrones intensos suyos. A medida que lo miraba, algo extraño tiró de él. Esto lo hizo querer reclamar a Zayn como no lo había hecho con ningún otro, marcarlo como suyo de algún modo. Con un rugido, cogió el pelo de Zayn y apartó al hombre fuera de su polla. Liam envolvió sus dedos alrededor de su propia polla y se acarició a sí mismo. Sólo tomó un par de toques a sí mismo, para terminar. Dejando escapar un grito ronco, disparó su semen en la cara de Zayn, que lo sorprendió cuando abrió su boca para tomar algo, pero una gran cantidad de ello salpicó sus mejillas y el mentón. Respiró duro, cuando lo vio sacar su lengua para lamer un poco más. Zayn cerró los ojos y tarareó, casi como saboreando el gusto.

―Levántate ―ordenó a Liam con una voz entrecortada. Tan pronto como Zayn se levantó, se inclinó y lamió los restos de su corrida. Él se movió lentamente, haciendo caminos perezoso con su lengua mientras saboreaba la sal de la piel de Zayn mezcla con el sabor amargo de su propio semen. No fue hasta que estaba totalmente limpio que se retiró.

Liam le señaló la cama a Zayn y lo llevó allí, los dos se quitaron la ropa en el camino. Zayn tuvo un momento de incomodidad con las pesada botas con cordones, ya que trabajó para tirarlas fuera. Finalmente, Liam tenía a Zayn, donde quería desnudo y acostado en su cama. Avanzó lentamente a la parte superior de la cama, sentándose a horcajadas sobre las caderas de Zayn. A pesar de que ya había tenido un orgasmo, su pene estaba duro otra vez y no pudo resistir el roce contra Zayn.

La piel bronceada, se destacó marcadamente en contra de su edredón blanco, la vista era mejor que en cualquiera de los sueños eróticos que pudiera haber tenido. ―No puedo esperar para conocer cada pulgada de este cuerpo―dijo justo antes de bajar su cabeza para lamer uno de los pezones de Zayn.

―Jódeme, por favor ―se quejó Zayn mientras rodaba sus caderas.

―No hasta que tenga un poco de diversión en primer lugar.―Liam sonrió contra su piel―. Te lo advertí. La tortura puede ir en ambos sentidos.

―Estoy en problemas, ¿no? ―Dijo Zayn, en voz baja. Liam no le respondió, en cambio, se tomó su tiempo para besar y lamer a Zayn por todas partes. No fue hasta que los dos temblaron de excitación que él se retiró. Zayn torció su cuerpo alrededor torpemente y comenzó a alcanzar el suelo para algo.

―¿Qué estás haciendo? ―Preguntó Liam, con una sonrisa por su extraño comportamiento.

―Tengo un condón en el bolsillo de mis pantalones.

―Aquí tengo uno. ―Liam se extendió sobre él para abrir el cajón de su mesita de noche. Siseó de placer cuando sintió la lengua de Zayn sobre su pezón y busco a ciegas, con la mente tan ocupada por lo que le estaba pasando, el simple acto de agarrar algo se le escapaba.

Carrera calienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora