Cuervo

268 21 10
                                    

Esos ojos de agonía mientras los sostienes sobre tus brazos,
sus gritos, muchas veces ahogados,
llantos y llantos...

Son borradas las esperanzas que residen en ellos,
sus ojos se apagan,
su fin ha llegado.

Quizás me tengan rencor por hacer esto, que digo, seguro que lo tienen.

Pero cuanto más lo hago, menos me importa.

El mundo no puede terminar conmigo,
pues carezco de sentimientos.

En mi mundo, las vidas son insignificantes,
no existe el miedo, ni la ilusión.

Un mundo en blanco y negro sin nada ni nadie.

¿Estoy vivo?
Quizás sólo soy existencia,
o ni eso, pues ya nadie sabe quién soy.

Ella.
Ella me hacía sentir vivo.
Era como yo, hacía lo mismo que yo,
pero había una diferencia que nos hacía completamente distintos;
ella sentía.

Ella era una paloma que sobrevive entre miles de cuervos.

Pero...sentir es una debilidad.

Quizás ella seguiría burlándose de mi si no sintiese.

Quizás ella no tendría remordimientos.

Era la única persona que estaba a mi lado.

Quizás mi destino es estar solo.

Es irónico, el único sentimiento que conozco es el odio.

Porque siempre odiaré a la persona que la mató.

Pero como he dicho, yo no siento,
y cualquier vida es insignificante,
porque yo no puedo permitirme sentir.

MonstruosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora