Éxtasis silencioso (percico)

04, último.

El mundo de Percy Jackson es propiedad absoluta de Rick Riordan.
*Esta historia fue también publicada por mí en Fanfiction (https://www.fanfiction.net/u/4839595/) Sólo para aclarar.

–Pará, Jackson. Me vas a hacer enojar –andá a saber por qué Nico se negaba rotundamente. Percy había quedado totalmente sorprendido, nunca pensó que se le iba a negar y justo ahora, que estaba más duro que…
–Pero Nico… –Intentó aproximársele, pero este lo rechazó con un pequeño empujón. –No me podés dejar así –desvió la mirada por puta vergüenza. Estaba entrando en una especie de pánico.
Le agarró la mano a Nico y se la puso en la entrepierna. Inmediatamente Nico la sacó, absorto por el inminente bulto de Percy bajo sus pantalones. ¿Cómo era posible que alguien la tuviese tan dura? En serio. Nico estaba totalmente sorprendido. Nah… ¿eso era por él? ¿Esa terrible erección era por él? Imposible. Se sonrojó un poco, pero el otro apenas lo notó debido a la oscuridad.
–No… ¿Por qué no le decís a tu hermosa Atenea que te la baje? –soltó de repente, dando a conocer su malhumor diario. Percy pensó en lo lindo que se le escuchó celoso, pero no lo dijo. Sonrió en la penumbra.
–¿Mi hermosa qué? ¿Atenea? ¡Pero si no me soporta! –
–Annabeth, tarado. ¡Annabeth! –Percy soltó un "oh" comprensivo y no dijo más.
Nico amagó con irse tras un largo silencio sepulcral. No aguantaba la tensión. Sabía que si se quedaba más tiempo dentro del armario, cedería. Porque en sí, él quería, pero su orgullo no se lo permitía, y aparte Percy no le quería… No.
Abrió la puerta del armario, precavido, hasta que una mano lo detuvo. Forcejeó para liberarse, pero era demasiado fuerte el agarre. No quería hablar más que nada por no despertar a Annabeth, la cual no tenía por qué ver esta tan patética escena de su novio rogándole a un Hades.
Volteó con la peor mueca de disgusto que le salió. Frunció el ceño lo más que pudo, aunque por sus alborotados rulos sobre su frente, mucho no se notó. Apenas tenía una pierna fuera.
–Te dije que no, Perseo. –volvió a forcejear, pero este no cedía. Aparte ahora lo tenía con ambas manos, lo cual se le haría imposible de alguna u otra manera. –¡No! – gritó tan fuerte que temió por el despertar de la rubia, pero esta simplemente volteó y siguió durmiendo repitiendo "Percy, Percy" entre sueños.
Nico, obstinado, siguió forcejeando.
–Pero Nico… No te vayas, Ni. Yo… –Percy también tenía el ceño fruncido, pero más que nada por preocupación y estrés. No podía permitir que se marchara, no. Ni idea cómo, pero Percy agarró a Nico por la cintura y lo metió de vuelta en el armario. Este cayó justo encima de Percy. Percy lo abrazó y Nico sintió que se moría. Nunca habría esperado tal cosa.
–Eh, Percy, ¿pasa algo? –Aún sorprendido, Nico volteó como pudo hacia Percy. Se sentía bastante incómodo y avergonzado sentado sobre el bulto de este, pero como no parecía importarle…
–No le digas a nadie, ¿sí? A nadie. –Nico, incomprendido, asintió en la semi-penumbra. Luego de haber cerrado la puerta había quedado una franja de luz ingresando al armario.
–¿Qué? –Nico estaba más perdido que nunca. Suponía a lo que se refería, pero quería que él lo dijera. Pero eso nunca pasaría, así que lo ayudó un poco. –¿Que te gustan los chicos? ¿Que estás con ella sólo para aparentar? –Sintió cómo asentía contra su espalda. Casi sonrió por lo dulce que era.
En sus brazos, volteó totalmente quedando frente a Jackson. Porque él comprendía cómo se sentía aparentar y seguir la corriente, él sabía lo que era vivir escondido y sólo. Así que lo  abrazó lo más fuerte que pudo, intentando demostrarle que no era el único, que si necesitaba algo… Ah, qué cursi.
Obviamente Percy quedó un tanto sorprendido, pero también le devolvió el abrazo. Se quedaron así un largo rato. Ambos estaban durísimos, pero aun así no deshacían el abrazo. Se sentían tan cómodos, tan protegidos. De a ratos Nico le acariciaba el pelo brindándole confort.
Pasaron así minuto tras minuto. Horas, quizás. Y así se quedaron dormidos. Dentro un armario abrazados y más duros que una pared de granito.

Dieron las 11am y por fin Annabeth decidió despertar. Había tenido muchísimos sueños, y en la mayoría de ellos estaba su novio, Percy. Sonrió ante el recuerdo. Se estiró y giró en la cama, pero Percy ya no estaba. Se sentó de repente y se dijo que probablemente estaría desayunando o ayudando en la cubierta.
Cuando se paró pudo notar  cuánto le dolían las caderas y la ingle. La noche anterior había tenido el mayor orgasmo de su vida. "Cuánto le amo", pensó.
Se envolvió en una sábana, ya que estaba desnuda, y pensó en sorprender a su novio poniéndose una de sus enormes camisetas como atuendo. Así que se dirigió al armario sin más, pensando en una verde que le había visto puesta el otro día. Cuando abrió el armario, en un principio, no reaccionó. Se encontró con la escena más turbia de su vida. Eran Percy y Di Angelo. Hizo una mueca de disgusto. Ambos estaban abrazados y profundamente dormidos. Hades estaba medio a horcajadas sobre Percy. Dormían como bebés, literalmente. Parecían súper relajados y hasta por un momento a Annabeth llegó a parecerle lindo Nico. Pero cerró la puerta de repente y se pegó a ella. Estaba conmocionada. Percy la había dejado en medio de la noche para irse con… ¡con él! ¡Con un chico! Con una mano se cubrió la boca para evitar que sus sollozos se escuchasen. Lloriqueó contra el armario un largo rato, hasta que por fin se dispuso a superarlo. No podía permitir que nadie, bajo ninguna circunstancia, se enterara de eso. Negó. No, nunca. Respiró profundo e intentó tranquilizarse. Fue a buscar su ropa, se vistió así nomás y salió del cuarto con un estruendoso portazo.

Nico despertó de repente, debido al sonido. Se sobresaltó tanto que despertó a Percy a golpes. Este se quejó, pero al ver lo mismo que Nico, quedó de piedra. La cama estaba vacía, y alguien había salido de la habitación, ¿qué les depararía en cuanto salieran al exterior? No lo sabían, pero tampoco les importaba.