El nacimiento de las herederas

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   Nacidas bajo la cuna del sol, resplandecientes fueron creadas Constelación, la primera hermana, Luna la segunda hermana, y finalmente Estrella, como tercera heredera. Las tres eran hijas de la Reina Sol, quien con su canto calmaba a las tres niñas recién llegadas al universo. Las tres pequeñas fueron creadas de polvo y luz, piedra y agua. Detalladas en cada aspecto a manos de su madre, Sol. Y hechas con el mayor amor que había sido creado en el universo.
La voz de Sol era una melodía sin comparación que no se igualaba a nada en el universo. Les cantaba a las tres pequeñas cada vez que necesitaba calmar el llanto de alguna.
Las niñas crecian rápidamente hasta que llegaron a desarrollar una hermosa belleza, diferente en cada una. Pero las tres tenían el rasgo de la luz tan poderosa y sanadora de su madre.

Luna tenia una piel tremendamente pálida, llena de imperfecciones, algo como pequenos crateres alrededor de todo su cuerpo, ojos verde olivo y pelo negro cuál la noche, una belleza que más adelante se convertiría en la envidia de su hermana. Constelación se llenó de odio desde el momento en el que se percató de la impresionante belleza de Luna, pues, esta era capaz de brillar incluso en la oscuridad mas profunda que el universo pudiese entregarles. Y a pesar de que Constelación tambien brillaba, no poseia el mismo brillo que su hermana, pues se encerraba y se limitaba en cada aspecto de si misma. 
En cambio Estrella no brillaba tanto como alguna de sus dos hermanas, pero era feliz, porque quien le miraba había encontrado una belleza y una luz única por mas pequeña que fuese.
La Reina Sol comenzaba a notar la rivalidad que las hermanas se tenían entre sí, sin embargo no podía hacer nada para evitarlo, pues a partir de que las tres cumpliesen 18 años, a la Reina no se le permitiría interactuar con sus hijas, más que por cartas.

Sol sabía que un día iba a tener que dejar a una Reina heredera para entregarle su poder, pues llegaría el momento en el cuál Sol iba a desaparecer del universo y simplemente marcharse, sin vuelta atrás. Comenzó a educar a sus hijas para ser Reinas ejemplares, más a pesar del esfuerzo que hiciesen, El Cosmos era el único digno de decidir cuál de las tres hermanas sería la verdadera heredera.

El Cosmos era uno de los hombres con más poder de aquél pequeño universo. De personalidad sería, y muy fuerte tanto emocional como físicamente. Contaba una de las muchas leyendas del universo, que una bruja llamada Viento, del ejercito de Tierra, le robó el corazón al Cosmos, dejándolo así sin sentimiento alguno. O almenos eso decía la leyenda, pues El Cosmos nunca quería explicar el porque de su indiferencia, apenas hablaba.

Constelación, vio en el Cosmos la oportunidad perfecta para sacarle provecho al poder que el Cosmos le entregaría si contragese matrimonio con ella. Estrella solo le veía como un profesor, un ejemplo a seguir quizás.
Pero Luna, conforme crecía se enamoró perdidamente y sinceramente del Cosmos. Y no hubo vuelta atrás. Más el Cosmos no tenía corazón y no podía enamorarse de la verdadera heredera del Sol.

Las Herederas del SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora