capitulo 2

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Sakura quiso saber algún otro detalle, pero se dio cuenta que la baronesa no iba a decirle nada mas. La mujer ya estaba saliendo de la iglesia y su alta figura se movía con rapidez. Sin embargo, Sakura vacilo. Al abandonar su casa en Kent había mostrado una enorme seguridad. Partía hacia Londres a embarcarse en una gran aventura, sin que nadie le impusiera reglas y con todas las posibilidades de ganar. Pero ahora que finalmente estaba frente a su futuro representado por una mujer que parecía una escultura con una hermosa piel, pero una expresión amarga, sintió que la invadía un oscuro temor, provocando un temblor en sus manos, incapaz de lograr que sus pies se movieran. 

Y entonces vio al hombre, recostado con un elegante abandono contra una columna. Tenia un aire pensativo. Cuando noto que ella lo observaba, se aparto de la columna y comenzó a caminar de una manera que parecía pecaminosa, aunque Sakura no pudiera explicar porque. Tal vez fue por la sonrisa que se dibujo en sus labios, una mueca astuta, casi felina, o quizás por su forma de andar, como si estuviera al acecho de algo...o de alguien. Cuando estuvo suficientemente cerca. Sakura lo miro a los ojos y vio un negro tan penetrante que pensó en la oscuridad de la noche atravesando su alma. 

La muchacha sintió la garganta seca e instintivamente miro a su alrededor en busca de un sacerdote o un monaguillo, alguien que pudiera protegerla, porque la baronesa ya había cruzado la puerta principal. 

---Sera mejor que te apresures--- dijo el hombre en voz baja y profunda. Tenia un tono musical, pero no como si fuera un carillón lejano que uno tuviera que esforzarse para oír---Ella odia las iglesias y no esperara mucho.

---¿Se refiere a la baronesa?--- La voz de Sakura sonó débil y aguda; trago saliva, intentando calmar sus temores. 

Solo era un hombre, se dijo a si misma con firmeza. Y estaban en un lugar publico.Nada menos que una iglesia. Sin embargo, a pesar de todas esas consideraciones, sintió los nervios a flor de piel, produciendo un cosquilleo. 

---Si, la baronesa--- Repitió el hombre---Mi tía. 

Sakura dio un salto como si la hubieran pinchado. 

---¿Su tía?---Se mordió el labio sin saber que decir, pero finalmente encontró las palabras---Me va a buscar un marido---Entonces,durante un horrible momento, se pregunto si aquel hombre seria el elegido. 

El hombre sonrió con afectación, como si hubiese leído sus pensamientos. 

---No, no soy el hombre adecuado para ti. Tu marido sera viejo y arrugado, con los dientes dañados y un aliento fétido. Te recordara una ciruela pasa, pero sera adinerado.Y morirá cuando seas joven. 

Sakura lo observo en silencio.Luego dijo con tono contundente: 

---No le conozco a usted, señor, ni tengo el mas mínimo interés en conocerlo.--- Y con eso quiso dar por terminada la conversación, pero el hombre soltó una risita que la detuvo. Fue una risa suave y cálida, a pesar de la frialdad de quien provenía. 

---Tienes carácter. Muy bien. Lo vas a necesitar en los años venideros. 

Sakura quería marcharse, pero su curiosidad por conocer algo mas sobre su futuro fue mayor que su rabia. No pudo evitar preguntar. 

---¿Años?--- Repitió, lamentando el temblor que había asomado a su voz. 

---Seis meses para casarte. Otros diez años hasta que el se muera. 

---Diez años--- Murmuro Sakura en voz baja---tendré treinta y un años. 

---Una edad excelente para ser una viuda rica. 

De repente, pareció ser consciente de su situación. El dolor la desbordo y sin freno, las lagrimas asomaron a sus ojos, deslizándose suavemente por sus mejillas para caer sobre sus manos enguantadas y entrelazadas, Sakura trato de detenerlas, pero sentía un dolor intenso. Su vida estaba a punto de experimentar un cambio demasiado drástico. 

¿Como había podido su padre hacerles eso? Ella sabia que no tenia intenciones de morir. La enfermedad lo había atacado con agresividad, acabando con el en poco mas de una semana. pero ¿porque no había asegurado el futuro de su esposa y sus tres hijos?¿porque los había dejado en la calle y a merced de un tío avaro? 

Aquello no estaba bien. No podía ser la voluntad de Dios. Sin embargo, había ocurrido y en aquel momento, Sakura se encontraba tratando de hacer todo lo posible para remediar la situación. 

Entonces sintió que el extraño la agarraba con una mano cálida y tranquilizadora, mientras la arrastraba con suavidad fuera de la iglesia. 

---Vamos---Le dijo---La baronesa esta esperando.

El Arte De PecarWhere stories live. Discover now