Capitulo 3

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Salieron al exterior, donde la tarde londinense languidecía triste y oscura. La baronesa ya había parado un coche al que se apresuraron a subir los tres. El sobrino de la baronesa se sentó junto a Sakura, dejando sentir con su brazo una presencia solida y cálida a su lado. En lugar de mirarlo, la muchacha se giro hacia la ventanilla y se puso a observar las calles de Londres para detener el torrente de preguntas que inundaban su mente. 

Al cabo de un rato, llegaron a un vecindario respetable, con casas austeras que parecían sombrías en medio de la luz grisácea. Se detuvieron ante una de ellas, de apariencia anodina, que no destacaba sobre las otras. mientras Sakura se bajaba del coche, no pudo evitar pensar en todo lo que aquella serena simetría buscaba transmitir: corrección moral, felicidad matrimonial, niños encantadores y la alegre apariencia de una familia feliz y acomodada. 

¿Acaso todo eso era mentira? 

Claro que lo era, se respondió Sakura, la casa, el vecindario, incluso la tiesa baronesa no podían ocultarle la verdad. Lo que estaban haciendo. Comprarle un marido. Era inmoral. El matrimonio debía ser producto del amor, no del comercio. Sakura había ayudado a su padre a celebrar muchas bodas. Conocía la liturgia de memoria. Y que Dios buscaba no era un arreglo comercial corriente. 

Sin embargo, era tan habitual como se podía esperar. Tan típico, de hecho, que ella " La hija de un párroco que sabia como eran las cosas" ya estaba envuelta en un pacto diabólico para comprar a un hombre viejo y rico. No seria feliz en su matrimonio. Tendría que contentarse con la riqueza. 

Las manos le temblaron al pensarlo, pero enderezo la espalda, echo los hombros hacia atrás y entro en la casa de la baronesa. El interior se parecía mucho al exterior: formal y triste. La baronesa no se detuvo sino que siguió por el corredor hasta el fondo del edificio. A mano derecha, Sakura alcanzo a ver un enorme y horrible mayordomo, a quien le presentaron rápidamente y que desapareció enseguida en un saloncito contiguo.

---Te mostrare tu habitación---Se ofreció. 

La muchacha asintió con la cabeza y acepto únicamente por que hubiera sido una descortesía no hacerlo. Lo siguió hasta una habitación que en el pasado, debía haber sido luminosa y aireada, incluso hermosa. Estaba decorada en tonos amarillos con toques de verde; pero el tiempo había dejado desviados los colores y las telas, que ahora aparecían apagados, tristes y de indefinibles tonalidades. Y la luz grisácea se limitaba a resaltar el deterioro de la colcha. Aunque no parecía haber polvo, los estragos del tiempo daban a la habitación un aspecto realmente desolador.

Aun así, era una habitación mucho mas grande y mejor que cualquiera que ella hubiese ocupado en su vida. Sakura se volvió hacia su guía. 

---¿La habitación sera para mi sola? ¿ O voy a compartirla? 

La muchacha detecto una ligera mueca en los labios del hombre, pero sus ojos permanecieron inmutables y su tono distante. 

---Es para ti sola---Luego señalo una puerta medio oculta entre las sombras, al lado de la cama---Esta puerta conduce a mi habitación. Te agradeceré que llames antes de entrar.

Sakura se puso rígida y se giro hacia el con rabia.

---¡No tengo ninguna intención de entrar señor! Me voy a casar y llegare al matrimonio con mi pureza y honor intactos.

El hombre no pudo evitar una sonrisa, aunque la expresión de su rostro mostraba una cierta frialdad. Entro en la habitación y cruzando los brazos sobre el pecho, se recostó de manera despreocupada en la cama. 

---Tu honor no es de mi incumbencia.Tu pureza, sin embargo, sera vulgarmente mancillada incluso para la moralidad menos exigente. 

Aquellas palabras la sacudieron. Hablaba como si la perdida de su honor fuera una consecuencia inevitable. Pero ¿que alternativas tenia? No podía regresar a Kent, y aunque lo hiciera, su familia ya se había marchado a vivir con su tío. Ellos creían que se encontraba segura, refugiada en un convento ¿que podría decirles?¿que había decidido hacer una excursión en Londres?¿Sola? 

Su reputación quedaría en entredicho. Tenia que adaptarse lo mejor posible a su nueva situación allí. así que se levanto la barbilla, decidida a conservar, al menos su orgullo. 

---Señor, sus palabras me ofenden---Dijo con seguridad. 

El hizo un gesto de asentimiento,como si eso también fuera una consecuencia inevitable. Luego, bruscamente, hizo una vulgar reverencia y dijo: 

---Por favor, permiteme presentarme. Soy Sasuke, vizconde Uchiha, y esta es mi casa.

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⏰ Last updated: Feb 23, 2019 ⏰

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