🐍 B L A C K 🐍

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Las vacaciones de Navidad estaban tan cerca que hasta ya se podía olfatear el delicioso pastel de manzana y canela o las piernas de pavo ahumadas bañadas en miel por la temporada que los elfos domésticos de las cocinas preparaban para los últimos banquetes de invierno.

—“Entonces, que harán estas fiestas?”- preguntó Remus con algo de curiosidad.

—“Nosotros tendremos visita de nuestro tío Theseus y la tía Queenie”— dijo Jacobo mientras le daba un mordisco a su manzana.

—“Y también cuidaremos de los pequeños escarbatos... Y las crías de hipogrifo que acaban de nacer, será algo tedioso...”— se quejó la chica de ojos celeste a la vez que caminaba agarra del brazo del joven Black.

—“Menos mal tendrán como entretenerse...”— respondió Canuto alzando ambos hombros —“Yo preferiría quedarme aquí que estar en una aburrida cena de mi familia...”—

—“Oigan! Y porque no vienen con nosotros a casa de tía Queenie?! Sería divertido!”— Jacob lo pensó un poco, no era tan mala idea —“Así no irías a esa aburrida cena Sirius”—

James, Pettigrew y Remus tosieron un poco; una tos fingida que Lily Evans notó enseguida. Sirius, por su parte, se rió un poco y luego miró a Elizabeth con una sonrisa

—“Lo siento, verás... Mi familia es algo difícil, en especial mi madre...”— rasco un poco su mejilla sin dejar de sonreír. Una sonrisa que sus mejores amigos sabían su verdadero significado... Tristeza.

—“Oh, en serio? Es muy estricta supongo, me hubiera gustado que fueras con nosotros...”— contestó con desánimo Lizzy sin soltar su agarre.

Sirius solo acarició su cabeza y le beso en la misma con ternura; si tan solo ella comprendiera un poco más acerca de la familia Black sabría más del pobre Sirius.

Esa noche Elizabeth regresaba a su dormitorio después de la cena, había querido regresar antes que su amiga para terminar de empacar todo y no olvidar absolutamente nada importante. Sus pasos hacían eco por el pasillo hasta que al girar en la esquina, casi chocaba con alguien.

—“Umm... Lo siento! No te vi”— ella se disculpó y quiso seguir su camino a las escaleras, pero una fuerte mano la detuvo y la forzó a girar sobre sus talones.

Frente a ella estaba un joven de su edad, usaba los colores y el símbolo de la casa de las serpientes, su cabello negro y rasgos faciales le eran muy familiares.

—“Eres la Scamander... Elizabeth no es así?”— preguntó el en un tono serio sin soltarla aún

—“S-Si... Y tu quien eres?”— ella bajó la mirada, pues sus ojos de él le intimidaban mucho.

El bufó con su pregunta —“Si, se nota que eres una Scamander... sumisa, distraída y torpe... Ahora entiendo porque Sirius se junta contigo”—

Antes de que pudiera contestarle, otra mano la soltó de su agarre. Sirius alejo a su hermano de Elizabeth con un empujón.

—“Dejala Regulus...”—

—“Hermano, sigues juntandote con sangre sucias? No me imagino como reaccionará nuestra madre al saber de ti... La Scamander”—

Sirius le apuntó con su varita y este también hacía lo mismo. El corazón de la pobre Elizabeth estaba como loco de tan solo pensar que comenzaría una pelea...

—“Jóvenes Black!”— esa voz fué el halleluja que detuvo una masacre. La profesora McGonagall se acercó al lugar.

—“A mi oficina... Ahora”— ordenó la subdirectora no sin antes aclarar su voz y mirar de reojo a Elizabeth, ella ya estaba poniendo en pie su escape silencioso. —“Usted también Señorita Scamander, no crea que no es parte de esto... Y el joven Severus Snape”—

Esto último lo dijo señalando una columna de mármol del pasillo antes de avanzar con los hermanos, de la columna salió el azabache antes nombrado poniéndose al lado de la Hufflepuff.

—“Desde cuando estabas ahí?! Me espiabas?! Eres un acosador?!”—

Severus se sorprendió y negó con su cabeza muy enojado —“Claro que no! Yo seguía al perro de tu novio, algo trama y quiero saber!”—

—“Bien dice el dicho muggle, la curiosidad mato al gato... Por cierto, tu eres de Slytherin”—

—“Que observadora”— contestó sarcástico mientras caminaba a la par con ella a metros detrás de McGonagall.

—“Ya en serio, quien es el?”— señaló a Regulus.

—“Que te importa.”— contestó groseramente el azabache mirando hacia otro lado.

Ella lo miró con un puchero de disgusto hasta que cambió su rostro a uno de sorpresa —“Es el hermano menor de Sirius?!—

—“Jøder! ¡¿Me leíste la mente?!”—

Ella asintió satisfecha y orgullosa —“Soy una legeremante cariño, puedo entrar en tu mente y saber tus pensamientos y sentimientos, aunque a veces es algo incomodo...”— esto último lo dijo cabizbaja

—“Había leído acerca de la legeremancia, el tuyo como lo apredniste?”— preguntó aún más lleno de curiosidad

Elizabeth se sorprendió al ver que el quería saber más —“Pues... Siempre lo tuve, como mi tía Queenie, es un don natural... Pero también me enseñó a controlarlo y algo de oclumancia”—

La plática entre ambos jóvenes era amena y tranquila en el camino, tanto Severus se sintió intrigado de saber más de su "don" como ella de su basto conocimiento. La profesora McGonagall reprendido a los Black por su comportamiento con un castigo antes de vacaciones y a los otros dos les advirtió de no provocar o buscar algo con ellos.

—“Øye Severus, tu que sabes todo y lo que no, lo inventas... Que tan importante es la familia Black? Se que son magos sangre pura y esas cosas, pero Sirius no se ve como alguien... Así de egocéntrico”—

—“Los Black son una familia poderosa en el mundo de la magia, pertenece a una de las 28 familias sangre pura siendo prestigiada y respetada como la nobleza... Aquí en Hogwarts hay varios miembros de esa familia, Regulus, Sirius y sus primas, Andromeda, Narcissa y Bellatrix; yo te recomiendo no meterte con ninguno... Aunque ya estas más metida con la vergüenza de la familia...”—

—“Vergüenza? Sirius? Pero si es muy... Diferente”—

—“Precisamente por eso Elizabeth, los Black son una familia que hay que tener mucho cuidado... Tómalo como una sugerencia, aléjate de ellos”—

Las palabras de Severus sonaban mas y más en la mente de la Scamander, la pobre no se imaginaba lo que Canuto vivía en su hogar o como era su madre, todo eso la dejaba intranquilo.

Las vacaciones finalmente llegaron a Hogwarts, y con ello una despedida temporal, cada quien llegó a casa para las fiestas de invierno de ese año quedando de escribirse casi diario. En el número 12 de Grimmauld Place una mujer de buen porte, ropas elegantes y facciones refinadas estaba al pie de las escaleras apuntando con su varita a un azabache

—“Todavía te atreves a mirarme... A mi! Tu no tienes derecho siquiera a mirarme ahora Sirius! Juntandote con un grupo... Asqueroso de... Sangre sucias! No solo estas en la estúpida casa de los leones, sino también esos... Esos... Esos repugnantes hijos de muggles!— su voz era fuerte, rasposa pero sin dejar ese toque de elegancia que la caracterizaba —“Sabes... Que esto lo hago para que aprendas, para que sepas y conozcas... QUE NADIE SE ATREVE A AVERGONZAR A LA FAMILIA BLACK! CRUCIO! CRUCIO!”—

Continuará...

✨O B L I V I A T E✨ El Regreso de una ScamanderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora