Beggining

5 1 0
                                    

Alex

-. Tiene que ser una broma - renegué. mi cabeza dio en el volante de lleno, haciendo contaminación auditiva, Mucha más de la que ya había.
¿pero qué se supone que esperaba?
Esto es New York, la gran manzana.

-. Alex, Jamie está picandose la nariz y es asqueroso - vi a Josie hacer un gesto de asco a través del espejo retrovisor. Mis hermanos pequeños son la alegría de mis días, pero un par de cachorros harían menos alboroto.

Me tomé un momento para respirar.

-. Jamie, no lo hagas, sabes que molestas a Josie - lo reté. Levantó los hombros y dirigió la mirada a la ventana. Mierda.

El tráfico estaba al fin menguando, el mundo estaba ayudándome, pero como la vida no es perfecta, mi móvil empezó a sonar mientras Josie volvía a quejarse esta vez de los eructos de su hermano.

-. Cariño, no es buen momento - hablé para Marlee en el teléfono.

-. ¿Mal día? - preguntó ella -. Juro que no quiero estresarte pero ya llegó el profesor Jhonsson y sabes cómo se pone con lo de llegar tarde.

Genial.

-. Lo sé, y gracias por avisarme, llegaré cuanto antes, ¿trata de cubrirme, si?

Desconecté la llamada tan rápido como pude.

Mientras conducía, la tranquilidad dentro del auto me llamó la atención. Eché un vistazo por el espejo. Jamie se había distraído con un cubo rubrick y Josie... Josie se estaba picando la nariz.

No pude evitarlo, una sonrisa genuina, la primera del día, asomó a mis labios.

Luego de dejar a los niños en la escuela, pude correr a la universidad, gracias a Dios Jhonsson estaba amable hoy, la clase transcurrió tan llena de actividad como siempre y al fin podía ser libre... hasta que me tocará hacer el almuerzo o pedir comida china.

-. Alex - la voz detrás de mí era bastante conocída, y antes de voltear a verlo ya me dolía el estómago.

-. ¿Que quieres Jeson? - pregunté con voz cansada, porque justamente así me sentía con la situación en la que él nos obligaba a estar.

-. Vamos, aceptame un café, sólo hablaremos, será todo - pidió, con los ojos azules, que alguna vez me gustaron tanto, reclamandome.

-. No tenemos que hablar de nada, tú lo Sabes, ¿por que no podemos sólo... dejarlo estar y Ya?

-. ¿te da miedo estar muy cerca de mi?

-. miedo no es la palabra - Dije un poco más fuerte de lo que quisiera. Me tomé un momento para observarlo, estaba tan bien vestido y arreglado como siempre, como la mayoría, y yo... yo probablemente aun tenía avena en el cabello por la guerra de comida durante el desayuno, además de las ojeras porque Josie me había hecho pasar (como diría la abuela) "una noche gris", tenía fiebre y yo no pude estar en paz hasta que le bajara, aún estoy inquieta por haber dejado que fuera a la escuela. Lo que me recuerda que...
-. Debo llamar a la maestra - suelto en voz alta, y el chico frente a mí arruga la frente.
-. ¿Maestra? , ¿en qué piensas? ¿Escuchaste algo de lo que dije por lo menos? - Ahora está enojado, y eso es mucho mejor aunque no lo haya planeado.
-. Soy mamá soltera - solté. Antes de salir corriendo al estacionamiento.
****************************
-. Estoy pensando seriamente en llamar a servicios sociales si esto continúa como va - Las simples pero contundentes palabras de la señorita Garroway hacen que me entre el pánico y a la vez la furia contra mi hermano menor.
Luke observa la ventana mientras juguetea con sus dedos y si es que se ha enterado de lo que dijo su maestra, le interesa muy poco, cosa que hace que me hierva la sangre.
-. Egoísta - mascullo entre dientes mientras trato de retener las lágrimas y junto valor para responderle a la maestra, o al menos mirarla a los ojos.
-. Señorita Garroway, yo sé que mi hermano no se ha esforzado mucho este semestre, pero es porque no maneja bien aún lo qué pasó con mis padres y ...
-. Creo haber escuchado esa excusa el semestre pasado - replica ella sin cambiar el gesto, me doy una patada mental por usar siempre a mis padres.
-. Ya sé que no es excusa para reprobar tantas materias, pero tengo algo de culpa, la universidad absorbe mi tiempo y yo...no he dedicado suficiente a ayudar a Luke con la tarea o los proyectos de la escuela.
-. ¿Y los días en que no viene a clase también son culpa suya, señorita Duncan? - se me detiene el corazón y me delato a mi misma con la sorpresa en mi rostro. La maestra sonríe sarcástica antes de arrancarle un auricular a mi hermano, quien a penas reacciona. Así que por eso estaba inmutable. ¡Ni siquiera estaba escuchando!
-. Viene a clase dos o tres veces por semana, y siempre presenta justificaciones médicas firmadas por "Alex Duncan" , imagino que usted las firmó dormida o su hermano es también un gran falsificador de firmas.
Le lanzo una mirada furiosa a Luke antes de inventar algo rápido en mi cabeza.
-. Yo los firmé - aseguró en un impulso. La maestra le pide a Luke que salga del aula antes de sentarse delante de mi con una mirada algo más ... benevolente.
-. Se que no puede ser fácil ser una adulta joven, ir a la universidad, trabajar y además cuidar de cuatro niños en edad escolar, pero se supone que la custodia la tiene tu abuela - menciona la maestra, claro, la abuela que es tan buena pero que a veces no puede recordar ni su nombre.
-. Puedo hacerlo - es lo único que atiné a decir. La maestra da un suspiro probablemente cansada de mi.
-. Espero que si, Alex, porque si esto no mejora pediré qué servicios sociales intervenga -  es todo lo que dice antes de salir y dejarme allí.
*****************************************
-. ¡Esta vez sí que te has pasado! - regañe a Luke tan firme como pude mientras entrábamos en la casa.
-. Ya te dije que la escuela no es lo mío - respondió él azotando la puerta de entrada detrás de nosotros y con intenciones de esconderse en su habitación como siempre.
Esta vez no se lo iba a permitir.
-. ¡No he terminado contigo! - grité tirando de su brazo hacia mí . - ¡la escuela es importante, mantener las cosas bien en esta casa es importante, y no vas a ponernos a todos en riesgo porque "no es lo tuyo", trabajar y estudiar a la vez no es lo mío, dormir 4 horas tampoco es lo mío, pero es lo que me toca y tengo que hacerlo para sacar a flote a esta familia. A ti solo se te pide que vayas bien en la escuela y cuando amenazan con separarnos, tú solo dices ¿"no es lo mío"?!
Luke sigue mostrando desinterés en todo lo que digo y se mira las uñas ignorándome.
-. Se acabo el bascketball, hasta que no mejores en la escuela estás castigado y no vas a salir a jugar ni a ningún otro lugar - Luke abre los ojos con sorpresa que rápidamente se convierte en furia.
-. Tú no puedes hacer eso - masculla con rabia, y una pequeña enfermiza parte de mi se alegra de darle una lección sobre cómo me siento yo.
-. Obsérvame - suelto con suficiencia
Mi hermano me lanza una mirada furiosa antes de decir lo único que sabe para lastimarme.
-. Prefiero vivir en un orfanato que estar contigo - y con eso se mete a su habitación cerrando de un portazo.

A la abuela le tocan sus medicinas, así que hago un esfuerzo por calmar a mis demonios y pongo mi mejor sonrisa antes de entrar a su habitación con el vaso de agua.
-. ¡Ale! - exclama ella con una sonrisa, a pesar de las muchas cosas que no me gustan de su enfermedad, me encanta como a veces cuando no recuerda que vivo con ella, me saluda como si no me hubiese visto en meses, parece la única persona en estos tiempos que se alegra de verme.
-. Hola, nena- saludo -. Su nombre es Elena, pero de pequeña nunca lo pronunciaba bien y terminaba diciéndole "nena", el apodo se quedó y siempre la he llamado así -. Te ves preciosa hoy - le recuerdo.
Su sonrisa a la que le faltan algunas piezas dentales es todo lo que necesito para reconfortarme y salir a enfrentar al mundo todos los días.
-. Escuché gritos allá afuera, ¿tu mamá y tú están peleando otra vez, cariño? - Aunque entiendo a mi abuela, me duele cuando no recuerda que su hija está muerta y hace este tipo de comentarios.
-. No, nena, solo estaba reclamándole a Luke por... porque ya sabes cómo es, estaba tocando mis cosas.
La nena suelta una risita antes de sorprenderme con un abrazo.
-. Yo sé todo lo que te esfuerzas por nosotros, y por eso siempre vas a merecerte el mundo entero, ojalá yo no fuera una anciana inútil - se le quiebra la voz, y sé que tengo a la nena lúcida otra vez, verla llorar como se que lo hace, solo me partiría el corazón un poco más, así que me refugio en su abrazo.
-. No lo eres - le susurro al oído - tu eres lo que mantiene unida esta familia - le recuerdo mientras una lágrima se me escapa y rueda por mi mejilla. Casi puedo escucharla sonreír. Y es todo lo que necesito.

¿y si nos conocemos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora