The Loud House: El amigable vecino LOUD.

El día en que nació un héroe.

Era martes por la mañana. Nada inusual ocurría. La gente se mantenía al margen se sí mismos y nadie se salía de la rutina impuesta por ellos mismos.

Ni siquiera la ruidosa casa de dos pisos en la avenida Franklin. La casa Loud.

Ese día era especial para los miembros de la casa Loud.

Pues ese día, martes temprano por la mañana, las escuelas primaria, secundaria y preparatoria de Royal Woods irían a visitar el nuevo laboratorio que se abría en el pueblo.

Había dos razones de por que el centro abría en el pequeño pueblo. La ubicación y una niña de cuatro años que vivía en la casa Loud.

Lisa había sido invitada al centro para trabajar allí, a pesar de su pequeña edad, la segunda Loud más joven demostró estar a la altura para lograrlo. Incluso se mostraba levemente emocionada por la idea de su nuevo trabajo.

El enorme plantel fue construido en tiempo record, cuatro meses, sin duda la empresa estaba desesperada o impaciente por la ayuda de la pequeña niño.

Y en honor de la nueva integrante del equipo de investigación, la compañía privada encargada del laboratorio invitó a todas las escuelas a la inauguración y bienvenida de la niño genio. Era un acto para demostrar su grandeza, y con suerte, poder inspirar a nuevas personas del pueblo para unírseles. Después de todo, los genios salían de los lugares menos esperados, Lisa Loud era un ejemplo claro de ello.

Es por eso que se prefirió acercarse a las mentes jovenes, los adolescentes y niños, para que ellos formarán el futuro de...

«Laboratorios Oscorp RW»

Aunque no todos estaban tan emocionados por la visita, algunos la veían como una simple excursión escolar y ya. Nada importante.

Ese era el caso de los Louds. Que si bien estaban emocionados por la ceremonia en honor a Lisa, en la cuál ella daría una conferencia ante todas las escuelas del pueblo, no se sentían felices por la idea de tener que meterse en las cosas de cerebrito qué tanto le facinaban a Lisa.

—¡Bajen de una vez! ¡Literalmente se nos hace tarde!

Grito una chica de diecisiete años. Pelo rubio y esponjado, delgada. Vestida con una camisa azul y unos pantolones cortos cafés. Lori Loud gritaba desde la primera planta de la casa con su teléfono en una mano y la llaves de la minivan en otra.

Sus padres no estaban, ambos habían ido a trabajar y le encargaron a ella encargarse de cuidar a sus hermanos durante la excursión, y el fallarles no era una opción para la mayor de los Loud.

—¡Perdón! ¡No encontraba qué ponerme!

Bajo apresurada una chica de dieciséis años, de cabello rubio pero mucho más lacio que el de Lori. Vestía con un largo camisón de verde agua, unas sandalias y unas gafas de sol.

—Leni, literalmente es el mismo conjunto que usas siempre.

—¡Decidí que lo mejor sería ir por lo seguro!

Dijo Leni con una sonrisa radiante.

Lori rodó los ojos e ignoró a su hermana.

—¿Por qué tardan tanto?

Ambas rubias saltaron del miedo al ser sorprendidas por la precencia de una de sus hermanas menores.

Quien estaba a su lado era una niña de ocho años con cabello negro adornado con un flequillo que ocultaba ambos de sus ojos. Vestía con un camisón, unas medias en brazos y piernas de color negro a rayas blancas.