Los Caprichos Del Destino

CAPÍTULO 8

Sigue narrando Anne*

Ella me vio en el suelo llorando, y me vino a abrazar con todas sus fuerzas, yo me levanté del suelo.

Cuando me tranquilicé -Me gustas Anne- soltó sin rodeos. Yo le miré aturdida por lo que había dicho.

-Estas mintiendo, eso lo haces para que me olvidé del beso con Marta- Alicia empezó a llorar.

-Lo siento mucho Anne, tu a mi me gustas mucho, te lo iba a decir esa misma noche pero tenía miedo de ser rechazada.- Dijo entre suspiro.

-¿Y porqué le correspondiste el beso a Marta?- no lo acababa de entender. -Estaba muy borracha, y pues ella se me lanzó y me agarró de la nuca fuerte y no podía separarme, pero te juro que no me gusta Marta..-  Dijiste mientras te secabas las lagrimas.

-Tu también me gustas, lo digo por si no te has dado cuenta todavía, y me dolió mucho verte con Marta…porque ella me dijo esa misma tarde que se gustaba de ti….- dije intentando calmar un poco el momento.

-¡Anne! ¿y porqué no me lo dijiste antes? Así yo te confesaba mis sentimientos- yo me puse nerviosa.

-Porque yo pensaba que no te gustaba cómo te trataba- Estaba contenta y triste a la vez, y no sabía porque.

-Mira, ahora le digo a Marta aquí y se lo digo delante tuyo, Ane yo quiero estar contigo.-

Narra Alicia*

Le mandé un mensaje a Marta diciéndole que era urgente y que quería que bajara donde estábamos nosotras.

Al poco tiempo llegó y sin que yo me lo esperara me dio un pico. -¡Para ya! No es tu novia.- soltó con mucha rabia y celos Anne.

Marta se sorprendió y yo más. Marta no entendía nada. -Espera, ¿Qué pasa aquí? que no me entero de nada.-

No sabía cómo decírselo, pero quería ser sutil. -Mira, la cosa es que te quería decir que lo de anoche no quería que pasara, y mucho menos quiero tener una relación contigo.- le dije intentando ser sutil.

-Aunque quiero seguir siendo tu amiga.- Añadí. Marta me contestó peor de lo que yo me lo imaginé.

-Alicia, que sepas que me has hecho mucho daño, y te aseguro que viene la vuelta. Esto no se queda así.-

Ane y yo nos quedamos totalmente paralizadas con cara de miedo. Me puse a llorar y me fui a los brazos de Anne que me esperaban abiertos para ofrecerme seguridad. La verdad que me gustaba demasiado Anne.