Y dedicarte mis mejores años. Que veas como se arruga mi piel, mis pómulos se ponen pálidos y mis labios se resquebrajan; y como mi cuerpo empieza a caer débil y roto por el paso de tantos recuerdos. Que mires mis cicatrices y me cuentes como me las hice, sentir un millón de veces como pasas tus uñas por mi pelo, o tus labios en el cuello. Que siempre tengamos nuestros ratitos de mirarnos un rato, reírnos, perdernos y volver a repetirlo. Y tu sonrisa, poder siempre disfrutar de ella. Quiero tus amaneceres, tus días y tus atardeceres. Tus mejores ideas, tus mejores inventos, que me llames pidiendo ayuda y ser el primero en darte el brazo. Romperme mil veces por ti y que te rompas mil veces por mí. Quiero alimentarme de ti, y que nos devoremos vivos como fieras. Y si me pierdo, poder encontrarme en ti. Y que mis mejores versos, mi arte, y toda la belleza que deje, hablen de ti tan bien, como quiero destrozarme a tu lado. Llevarte a todos esos lugares que quieres visitar, y morirnos de risa en cada parte del mundo. Y que cada vez que me pidas mirar el cielo estrellado, sea en Sidney, Florencia o Viena, te diga que mejor me quedo con tus pecas.
Y así hasta que ya no puedas más, y tus iris dejen de brillar como antes, para que una vez más, con lápiz y papel, pueda hablar de lo bonita que eres.