¿Quién eres? (5)

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Si, se llamaba Henry y era algo extraño. (No entiendo por qué pero mis mejores amistades siempre han sido personas raras o fuera de lo común) Prosigo, la primera conversación entre él y yo fue muy rara. Solo intenta imaginar un cuadro donde yo muy linda dando a conocer mis ideales, sueños, metas y el respondiendo con palabras que nunca había escuchado. Isagoge, serendipia, euroescepticismo, barbián, nefelibata... En realidad, no creo que sean específicamente estas palabras sino otras pero eran algo raras. Lo que más me perturbaba era que sus oraciones terminaban siendo preguntas y yo no sabía que responder. Algo como esto: ¿Pero dime que llikta crees en la supleondra y como ha surgido la brukta sin su lepresifata?... ¡Exacto!, también me quede con una cara de que no entiendo nada. En mi interior sentía que el no me quería cerca o solo intentaba ahuyentarme. Sin embargo, ¿no te ha pasado que cuando tienes una idea en la cabeza no te importa si te rechazan o te miren mal sino que insistes hasta obtener lo que deseas? Yo era así, o es decir sigo siendo así. Entonces, insistí y comencé a evadir sus preguntas y le hacia otras preguntas, de esa manera conocí a mi pequeño amigo. Y sí, por si se lo preguntan él era menor que yo por un año y medio. Al día siguiente en la academia, realmente quería sentarme con èl pero no tenía la confianza. No tuve opción, me senté en los asientos de adelante y fue una malisima idea. Las mesas eran largas y el asiento muy largo, podían caber como 6 personas. (Claro depende de la contextura de los estudiantes). Lleguè temprano y estaba vacía esa mesa, ubicada en medio del salòn. Recuerden que ya no me juntaba con nadie, al fin me liberé de ese tal Juliàn y estaba sola. Empezaron a llegar mis compañeros y unos cuatro obesos se sentaron a mis costados. Era algo tarde, tal parece que llegaron corriendo y si que apestaban. ¿Te imaginas estar horas sentada justo en medio de ellos?¡horrible! sentía que no podía respirar. Era lo ùltimo que me faltaba, no pude prestar atención todas esas horas hasta que llego el break. Si señores era mi fin, adiòs sueño de ingresar a una universidad y estudiar esa carrera que ni tengo idea... Tuve que hacer algo para sobrevivir, así que tomé mis cosas y en cuanto se fueron me cambie de lugar y siguió siendo monótono el dìa. La mañana del siguiente dia, me posicionè en un asiento màs adelante y estaba tranquila, curiosamente Henry se sentó adelante de mí y le hice la conversación, todo chido hasta que vinieron un grupo de chicos y me botaron de las mesa. Es decir, me dijeron que ellos siempre se sientan allí. Nuevamente mi "linda suerte" jugando conmigo, pero no me habìa dado cuenta de algo. Los chicos me botaron de su mesa pero me dieron una idea y dijeron que me sentara con Henry, no me habia percatado que había un asiento vacío a su lado; en realidad, la mesa de Henry era una mesa solo para dos y estaba al frente de la pizarra. (Mi hermana mayor me decía siempre que las primeras mesas eran la carnada del profesor y yo le tenia miedito a eso pero si estaba Henry a mi lado ya no me asustaba tanto) Entonces, me senté a su lado. Era muy gracioso, Henry le encantaba preguntar a los profesores muchas cosas, pero su voz era tan tranquila, tan bajita; yo en muchas ocasiones levantaba mi voz para llamar al maestro y solo asi venian hacia Henry. Fueron muy buenos tiempos, desde ese momento almorzabamos juntos, conversábamos de cosas raras de la vida, el sentido, el propósito, posibilidades alternas del mundo. También, nos guardàbamos asiento, es decir , èl me guarda asiento porque yo solía llegar tarde. (Confieso que es un mal hábito mío, suelo llegar tarde a mis compromisos aunque actualmente se dice que las personas muy creativas suelen llegar tarde a sus reuniones, en fin no lo se) Sea como sea, ese dia llegue tarde y lo vi sentado con otro chico. Era de esos chicos que tienen cara de lentos, era algo antihigiénico; yo solo tenia en mi mente como es posible que sea amigo de ese tipo. Luego, supe que este chico compartía información, ejercicios con Henry. De igual forma, no quería que se acerque a mi. (de lejitos no màs) Lo triste es que llego ese dia en que Henry no llego a clases y solo estaba ese tipo sentado en nuestra mesa. Procedí a sentarme y esperar a Henry, pero de inmediato el tipo este se acerco a mi y comenzó a pegarse mas e intentar cruzar su pierna con la mía. (IUGGGG en todos los sentidos) En ese momento odiè tanto a Henry por faltar. Realmente extrañaba a mi pequeño amigo, de todas maneras no me quedé en silencio. Levanté mi voz y le dije: ¡Quita tu pierna y tu brazo tienes un enorme espacio en la mesa! Yo no soportarìa a nadie asi, tomè mis cosas y le dije: si viene Henry le dices  que me fui a otra mesa porque no puedo leer desde acá. (me inventé una excusa, no me culpen) En fin, si llego Henry pero era muy tarde. En el break, Henry vino hasta mi mesa y me pregunto si sucedio algo, y yo simplemente le conte la verdad, solo para ganarme su burla de él. Admito que me agradaba su risa era muy pegajosa. Después de eso, Henry se sentaba solo conmigo en una mesa de dos. Hasta que dejó venir seguido por disque sus clases de karate. Otra vez me dejò sola.  En ese lapso tambièn, conocí a otras personas no tan importantes, una chica de Arequipa, uno que venía de la selva que por cierto intento abrazarme el tonto. Ya nada importaba, volví estar sola pero esta vez me esforzaba màs, a parte porque Henry me ayudaba a entender algunos ejercicios y me enseñaba a que debía practicar màs por mi propia cuenta. Henry siempre tuvo disposición de enseñarme, èl nunca se enojaba conmigo, pero sì  refutaba mis ideas locas para èl. Aunque siempre tuvo una noción de la vida algo triste y sin proposito. De todas maneras, Henry, tienes que saber que te estimè muchísimo, y aunque actualmente no me escribes siempre puedes buscarme y yo estaré para ti. 


Curiosidades de una vidaWhere stories live. Discover now