¡Mil disculpas!
Fui falla, lo siento. 💔 Pero la tesis me está matando lentamente y tuve algunas asesorías que me hizo cambiar muchas cosas 😵💫
Recordatorio: Los días de actualización son los lunes 🫶🏼
¿Un documental?
Cuenta una leyenda oriental que las personas destinadas a conocerse están conectadas por un hilo rojo que nunca desaparece, y aunque suene poco realista y completamente disparatado, dicen por ahí, que este "hilo" se mantiene atado a pesar del tiempo y la distancia.
Es decir, no importa en lo absoluto lo que tardes en conocer a esta persona.
Ni siquiera interesa el tiempo que pases sin verla.
Lo lejos que vivan.
O las circunstancias que los separan.
Este "hilo" se estirará hasta el infinito pero nunca se romperá porque dueño es el destino.
Y obviamente, ¿qué loco iría en contra del destino?
Honestamente, en un principio creí que era una completa tontería, es más, pensé que era una invención de alguien que solo estaba intentando ligar conmigo. Pero con el pasar de los días, meses y años, aquella historia que en su momento creí ridícula me sirvió de excusa o quizá esperanza de imaginar que nuestros caminos podrían volver a cruzarse.
Y a lo mejor es por esa razón que me tatué el maldito hilo rojo la misma noche que decidí cortar toda comunicación con Milo...
Ah... Esa maldita noche.
Ese maldito incidente.
Esa maldita foto.
Ese partido...
Algunos años atrás
― ¿Otra vez soñando despierto, Olvera? ―me preguntó Vincente Duarte, el capítan del equipo de futbol de la Universidad de Tierra del Sol. ― ¿Acaso no fue suficiente para ti deshonorar el honor de la selección deportiva más antigua y con mayores logros de la ciudad, ahora te crees lo suficientemente bueno como para... Oye retrasado, me estás escuchando?
―Lo siento, Vicente. Entiendo totalmente mi falta, no te precupes, ahora mismo iré a darle diez vueltas a la cancha... ―murmuré saliendo de ahí lo más rápido posible.
Claramente no le caía bien.
Es más, podría decir que él auténticamente me odiaba y quería golpearme hasta dejarme inconsciente.Y dada nuestra gran diferencia de tamaño, prefería alejarme de las confrontaciones físicas que se pudieran originar. Después de todo, su personalidad era extremadamente agresiva al punto de qué circulaban rumores desagradables a su alrededor, pero por pertenecer a una familia de atletas nacionales, Vicente Duarte lograba salirse con la suya la gran mayoría de veces.
Aunque en realidad, no era solo su mala vibra lo que arruinaba mis días universitarios... En realidad... En realidad... ¡Eran todos!
Todos.
Absolutamente todos los miembros del equipo me detestaban y me evitaban como si fuera la peste. Y si eso no fuera suficiente... Incluso el entrenador no me tomaba en serio y mantenía cierta distancia al hablarme...
Era la primera vez en mi vida que quería dejar de jugar fútbol.
Me trataban como a una paria.
Y no tenía el respeto de nadie dentro de la cancha.
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Amando a Milo
Ficção Adolescente| Secuela del libro: Odiando a Teo | La vida no necesariamente sigue el camino planeado. A veces se detiene. O avanza a pasos agigantados. E incluso se desvía y toma el recorrido más inesperado. En el caso de Teo, sus sueños fueron hechos añicos...