Capítulo 1

1K 127 49
                                    

The Corner, Louisiana

Un pueblo aburrido como ningún otro. Nada interesante iba a suceder allí jamás. Toda la belleza de sus bosques, lagos y montañas era totalmente inútil; nadie jamás iba a poder contemplarlas si, al planificar sus vacaciones, tenían en cuenta lo monótono y aburrido del lugar.

Pero realmente no culpaba al pueblo, sino a la gente que habitaba en él. Cada día era la misma rutina. Levantarme temprano, preparar el desayuno, soportar la depresión de mi madre, y caminar hacia el trabajo intentando mantenerme en pie a causa del sofocante calor y la humedad característica de maldito lugar. Sinceramente no tenía idea de qué era lo que había pasado por la cabeza de mi padre cuando decidió dejar Cheshire para tomar aquel maldito empleo, que había terminado por consumirlo. Mamá no había vuelto a ser la misma desde entonces, y su terrible estado de ánimo se acrecentó con la muerte del único hombre que, según decía, había amado en toda su vida.

Si bien aquel trágico incidente había sucedido muy rápido, y hacía ya bastante tiempo; ella no había logrado reponerse. Lloraba la mayoría de las noches y sus ojos, rojos e hinchados por la mañana, hacían que mi desayuno fuera una tortura y que deseara salir corriendo de allí más que cualquier otra cosa en el mundo.

Esa era una de las razones por las que había tomado el empleo en la Cabaña de Scott. Se trataba de un bar tan latoso como el pueblo mismo, pero era la única forma de mantenerme alejada, la mayor parte del tiempo, del dolor que me provocaba el estado anímico de mi madre. A diferencia de ella, yo había logrado asumirlo en seguida. Amaba a mi padre, pero su decisión de mudarnos allí había logrado distanciarnos, haciendo que todo fuera menos doloroso. Sin embargo sabía que sólo se trataba de orgullo, algo muy común en mí. En el fondo lo extrañaba muchísimo, y la única razón por la que escapaba de la compañía de mamá era porque la angustia en sus ojos me recordaba que él ya no estaba allí para nosotras y que nunca más volvería a verlo.

__ Buenos días, Anny.

__ ¿Cómo estás Scott? - saludé al chico que era mi jefe de casi 29 años, mientras que yo subía los dos escalones faltantes de la entrada

__ Mejor que tú por lo que veo - carcajeó - ¿Qué sucede, linda? ¿Por qué esa cara?

__ Lo de siempre Scott - dije empujando la pesada puerta del bar The Corner

__ ¿Sabes que si sigues renegando del pueblo, algún día, el pueblo va a revelarse y te sucederán tantas cosas juntas que desearás jamás haberlo hecho? - rió siguiendo mis pasos hasta que ambos estuvimos detrás de la barra.

__ No tengo miedo - le espeté atándome el delantal del uniforme - Es más, espero que suceda.

__ Llegas temprano - afirmó desviando la conversación al ver que ese tema ya no tenía vuelta que darle - ¿Tu madre sigue igual?

__ Así es...y en mi opinión - medité mientras refregaba la madera de algunas mesas, sólo por concentrar mi atención en algo - seguirá así mientras no tenga alguien con quien descargarse o por lo menos distraerse.

__ Y supongo que tú no eres una opción - aventuró el.

__ Ya sabes lo que pienso Scott - dije girándome para observarlo - Lo que necesita es una amiga, o un novio, y no va a conseguir ninguno de los dos si continúa encerrada llorando.

Los ojos de mi jefe me observaban confusos. Sabía que no estaba de acuerdo con mi forma de ver las cosas, pero él era una de las pocas personas, en todo el maldito pueblo, que de verdad se preocupaban por mí, y le debía gratitud por eso.

__ ¡Buenos días! - se oyó el jovial saludo de Kim, otra de las meseras del bar, a quien podía llegar a considerar mi amiga, interrumpió mi contacto visual con Scott - ¿No es un estupendo día? - dijo mientras esbozaba una de las sonrisas más grandes que haya visto en mi vida. Rodeé los ojos de forma de cansancio ella frunció levemente el ceño antes de acercarse a abrazarme por los hombros - ¡Oh! ¡Pero si ahí está la amargada de mi amiga! Cuéntanos ¿Qué te ha hecho el pueblo hoy? - bromeó con tono penoso, fingiendo un puchero.

Mas alla de besarte  l L.H l 卌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora