—¿Y bien? ¿cómo me veo?
Sunjung giró su cabeza para poder mirar a Junwon que estaba frente al espejo revisando su atuendo, ella sonrió al verlo usando una camisa, para ella no había nada más atractivo que un hombre con una y que ésta le quedará como anillo al dedo.
—Sin duda...
No pudo terminar ya que el mayor la interrumpió.
—No, no, mejor no digas nada, te conozco y dirás una tontería —se negó girando su cuerpo para ver a la castaña—. Me pondré aún más nervioso y no quiero eso, no quieres eso.
—No tienes idea de lo que diré —acusó levantándose del sofá.
Estaban en su departamento, Junwon le había pedido ir juntos a esa fiesta que Jay organizó, sería entre compañeros de empresa, juntando ambos sellos del b-boy, era algo que hacía cada tres meses esperando que sus artistas se hicieran más cercanos y pudieran salir futuras colaboraciones. Fue esperando a que ella lo ayudara a elegir un atuendo, ambos habían acordado que ese día le dirían a su jefe y amigos que eran pareja, ya estaban harto de ocultar lo suyo, lo que fuese a pasar pasaría, dejarían de pensar en qué pasarían.
Sunjung se paró frente al azabache apoyando sus manos sobre los hombros de éste para alizar la camisa.
—Pero seguro será para avergonzarme —dijo seguro.
—Podría ser. —Sonrió—. Sólo iba a decir que te ves como el amor de mi vida.
—Te odio, Eun Sunjung —juró con las mejillas rojas para después agachar la cabeza avergonzado—. No hagas eso de nuevo.
—¿Qué? ¿qué hice?
—Ser tan perfecta —respondió volviendo a verla—. Estas hermosa, ¿y yo?
—También eres hermoso —aseguró antes de besarlo—. Pero esa camisa es demasiado.
—¿No me queda bien? —preguntó quejándose.
—Te queda bien pero es demasiado, vamos a decirle a nuestros amigos que somos novios no vas a pedir mi mano a Jay —se burló, riéndose de lo avergonzado que se veía el mayor—. Me encanta como te quedan las chaquetas de jean, sobre todo si son oscuras.
—No traje —se lamentó.
—Olvidaste una la otra vez, ahora la busco, ponte una remera cualquiera de las que has traído —mandó antes de ir a su habitación a buscar la chaqueta pero al volver encontró a Junwon sólo con la camisa desabrochada buscando entre las prendas que trajo una remera—. No seas así —suplicó con un puchero.
—¿Así cómo? —preguntó tomando una de sus remeras para ver el estampado que tenía esta—. ¿Esta te parece bien?
Sunjung no respondió sólo se acercó a verla, pero rápido ignoró la misma para dejar un beso en la mejilla de Junwon y luego bajar al cuello.
—¿Qué haces? —interrogó mirándola.
—Me estas tentando —se excusó con una sonrisa.
El mayor soltó una risa incrédula, termino de sacarse la camisa para cambiarsela, todo ante la atenta mirada de la castaña.
—Cuando volvamos podremos pasar el tiempo a nuestra manera —sugirió Junwon tomando la chaqueta de las manos de la menor—. Si empezamos llegaremos muy tarde.
—Bien —aceptó poco convencida.
Él se rió antes de besarla tomando con su brazo libre su cintura para acercarla, la verdad que eran pocas las veces en las que él comenzaba los besos o cualquier gesto de cariño que incluyera el contacto físico, era más de palabras y bastante tímido en ese sentido, por lo que Sunjung atesoraba cada uno de ellos.
