Capitulo 23

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Maraton 3/5 *-*

Harry se levantó y en menos de un segundo estaba preguntándole al médico. Su corazón estaba acelerado, sus manos temblaban y sudaban. No podía imaginar que algo le pasara a su pequeña, a la chica que amaba con locura.

-Bueno, necesito hacerles unas preguntas –dijo mirándolos fijamente –primero ¿eres su novio? –preguntó el médico.

-Sí –dijo Harry con firmeza. Louis y Zayn intercambiaron miradas.

-¿Y ellos? –preguntó refiriéndose al castaño y al moreno.

-Amigos –contestó Harry.

-¿Estaban con ella? –preguntó

-No, solo yo, bueno en realidad no estaba tan cerca de ella… nosotros habíamos… -Harry dudó –tenido una pelea, y ella estuvo charlando con otra gente.

-¿No sabes si consume drogas?

-Ella no, pero sospecho que algo le hicieron en esa estúpida fiesta –dijo con un tono claramente de enfado. El médico asintió como entendiendo todo.

-Los exámenes arrojaron que la sangre estaba alterada por alcohol y la comúnmente llamada éxtasis, una droga muy popular entre los jóvenes –dijo seriamente. Harry asintió apretando los puños con ira. –por lo que arrojaron los exámenes, tomando las medidas y cantidades usuales de cada pastilla, ella habría ingerido dos o tres –dijo seriamente –algo grave, agregándole que la chica no suele consumir drogas, la mantendremos en observación, no le ha pasado nada muy grave a ella, pero es mejor observarla. –Harry asintió y lanzó un largo suspiro. –mañana si las cosas salen bien, le daremos el alta alrededor de las doce del día.

-¿Puedo quedarme aquí cierto? –preguntó Harry.

-Claro, puede verla. Está en la habitación C512 del segundo piso. Es privada, por lo que hay un pequeño sofá si lo necesita –Harry asintió.

-¿Te quedarás? –preguntó Zayn. Harry asintió.

-Harry podemos venir temprano y… -Louis comenzó a proponer la idea pero Harry negó inmediatamente.

-Ya oyeron, hay un sofá, así que me quedaré aquí. Vayan con los chicos y cuéntenles, ¿pueden venir mañana por nosotros? –Louis asintió.

-Claro –dijo seriamente.

-Bien. Gracias por todo, son lo mejor –ambos sonrieron. Los chicos se marcharon, y Harry inmediatamente subió. Entró a la habitación, allí estaba ella. Estaba con suero, y dormía profundamente. Sonrió, su expresión de paz y su belleza seguían ahí. Se acercó a ella y pasó con delicadeza el dedo por su frente, bajando por su nariz, acariciando sus mejillas y tocando sus labios con delicadeza. Maldijo al imbécil de Ryan por hacerle esto. Pero ahora no importaba él, si no ella. Tomó su mano y entrelazó sus dedos con la suya. ¡Que hermoso sería poder tomarla de la mano cada día pero no como un amigo más! Suspiró, quizás ella se diera cuenta de que Harry era capaz de todo por ella.

Harry se sentó en el sofá. Sus ojos casi no se podían mantener abiertos, el sueño lo estaba venciendo. La observó unos minutos más. Volvió a ponerse de pie, le besó la frente con delicadeza. Miró sus labios ¿y si lo hacía? Ella estaba sedada, probablemente no se percataría de nada, y bueno, no era algo así como aprovecharse ¿no?

Se agachó levemente, y presionó sus labios con los de ella. Eran suaves, pero estaban fríos. Cerró los ojos un momento. Luego se separó de ella con una leve sonrisa.

-Buenas noches mi amor –susurró.

Se recostó en el medianamente cómodo sofá y rápidamente se quedó profundamente dormido. No pensaba dejarla sola, no lo haría.

Así que a la mañana siguiente, ella abrió lentamente los ojos. Le dolía el cuerpo y la cabeza, sobre todo esta última. Era como mil taladros resonando en su cabeza, le costaba abrir los ojos. Entonces se vio en un lugar desconocido. Un techo perfectamente blanco, en una cama, no una… ¿camilla? Con mantas perfectamente blancas y limpias. En su brazo, una aguja. ¡Ugh! Como las odiaba. ¿Qué había pasado? No recordaba nada. Volteó un poco y vio algo que la tranquilizó pero a la vez la preocupó. Harry dormía, se notaba algo incómodo en el pequeño sofá, pero aún así, sea lo que sea que haya pasado, estaba con ella. Sonrió. Algo como cosquillas pasaron por su estómago, al verlo allí, sus rulos cayendo por su frente, sus labios entreabiertos se veían irresistibles. Un momento ¿ella estaba pensando eso? Suspiró. Harry se removió un poco en la incómoda posición en que estaba. Entonces abrieron la puerta. Una enfermera le sonrió al verla despierta.

-Buenos días señorita _____ -dijo la enfermera.

-Hola –dijo ella. Su voz sonaba extraña -¿podría usted explicarme porque estoy aquí?

-Claro –dijo la enfermera mientras revisaba unas máquinas, le tomaba la presión y un montón de cosas. –tuviste una pequeña sobredosis de alcohol y éxtasis –dijo seriamente. –según tu novio, fue algo mal intencionado de terceras personas.

-¿M-mi novio? –preguntó. ¿Ryan había estado aquí?

-Sí, el insistió en quedarse, aunque se ve bastante incómodo, tienes una suerte enorme de tener un novio así –dijo la enfermera con una sonrisa –iré a hablar con el médico, evolucionaste bien, así que creo que podrás ir a casa.

-Gracias –dijo ella algo confundida ¿por qué pensaría que Harry era su novio? ¿Sobredosis? ¿Qué rayos estaba pasando?

Harry se movió un poco más y abrió los ojos. Recordó de inmediato donde estaba y se sentó. El cuello le dolía por la mala posición para dormir. La cabeza también le dolía, pero no interesaba. Miró hacia donde estaba ____, y sus miradas se encontraron. Esta vez, algo había cambiado, algo que Harry no había notado, pero ella sí. Esa mirada, esos ojos verde azules le habían producido un escalofrío en todo el cuerpo, casi no podía sostenerle la mirada.

-¿C-cómo te sientes? –preguntó Harry algo nervioso. Ella lanzó un suspiro.

-Me duele demasiado la cabeza –dijo ella entrecerrando los ojos y frunciendo el ceño –y el cuerpo…

-Lo siento tanto pequeña, debí cuidarte mejor –musitó Harry mientras se acercaba a ella.

-¿Qué pasó? Explícame bien, Harry –pidió ella.

-Quizás es mejor que te explique en casa, princesa –susurró el algo preocupado por su delicado estado de salud.

-No –dijo ella seriamente. Siempre tan terca, pensó Harry. –ahora.

-Bueno, pero debes estar relajada –ella asintió. –Luego de nuestra… discusión ¿recuerdas? –ella asintió dolorosamente. Nunca alguna de las palabras de Harry había dolido tanto en su pecho –te emborrachaste con Ryan, y creo que el muy estúpido… -ella arqueó una ceja –te echó pastillas de éxtasis en el trago.

-¿Q…qué? –dijo ella sorprendida y algo dolida

-Luego estaba aprovechándose de ti, tú estabas muy… bueno drogada y borracha, solo le seguías la corriente, los encontré casi teniendo relaciones y nos golpeamos –dijo indicando su labio roto. –te traje aquí porque comenzaste a tener taquicardia, sudabas y vomitabas. Vinimos con Louis y Zayn –dijo Harry. Ella lo miraba atónito –y bueno, decidí quedarme aquí, no quería dejarte sola. –ella sonrió, pero a la vez sus mejillas tomaron un color rojizo. Harry sonrió algo confundido, pero le gustó mucho ver que su amiga se sonrojaba, por él.

-Estoy muy… confundida, pero… gracias Harry, y quiero que me perdones por haber pensando semejante estupidez de ti… -Harry se acercó a ella y negó.

-Está bien, soy un mujeriego, un ******* que se acuesta con cualquiera, tenías derecho a dudar de mí –dijo el

-No, ahora sé que jamás me harás daño –dijo ella con una sonrisa. Harry le sonrió también. Justo en ese momento entró el médico. Luego de una charla, un montón de recomendaciones, la dieron de alta. Louis pasó a buscarlos. Charlaron más alegres, había que mantener la mente ocupada.

-No vuelvas a asustarme así –le susurró Harry al oído. Acto seguido, le besó la frente.

-Te quiero –dijo ella mientras entrelazaban sus manos.

-Yo también a ti –dijo Harry sonriendo. Louis miró por el espejo y sonrió. El definitivamente notó que algo había cambiado. Para bien, totalmente.

How to love (H.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora