『 141 』 ➳ Bar AU

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Ninguno de los dos estaban ahí porque quería. Eso era absurdo.

El chico más alto tenía un copa en la mano, desahogándose con sus amigos sobre su más reciente amor fallido mientras el contrario se sumía en su depresión con un cigarrillo en los labios, había sido rechazado.

Ninguno creyó que iría a un lugar tan vulgar para desahogarse de sus penas. Mucho menos el rubio (que era médico y se negaba rotundamente a ese tipo de lugares).

Pero ahí estaban, con la mirada perdida, la boca seca y la espalda encorvada.

Les intentaron hacer plática una y mil veces y cada una de ellas fue cortada de manera cruel, exagerada y fría.

Ambos eran demasiado apuestos.

El bar se había divido en dos. Los que miraban al trío de la barra (principalmente al chico rubio) y los que miraban al solitario chico del cigarro. No había nadie que no volteara y los desvistiera de pies a cabeza sin querer.

El rubio se terminó de golpe el trago que uno de los trabajadores le había invitado y vio en la barra una nota con el número del mismo.

Suspiró y, por primera vez desde que habían llegado, su amiga se atrevió a hablar.

-deberías tomarlos-murmuró mientras bebía perezosamente-para comenzar a olvidarlo-.

El chico se encogió de hombros. Lo que menos quería en ese momento era otra relación fallida.

-¿y cómo vas con Cecil? -mencionó de la nada, señalando al chico a su derecha (quien estaba coqueteando con el bartender descaradamente).

-meh-y se desparramó en el asiento.

La risa salió espontáneamente de su garganta al ver sus gestos y juró que pudo escuchar unos cuantos suspiros y jadeos.

Cecil besó con burla la mano del chico (claramente para darle un poco de celos a su amiga. Plan fallido) y luego le preguntó a voces sobre el chico que estaba sentado siempre en los sillones fumando.

-no conozco su nombre. Creo que nadie aquí lo hace. Se ha escuchado que hace poco fue rechazado por alguien pero nadie sabe quién. Viene a fumar y con frecuencia pide whisky-murmuró el chico con las mejillas rojas.

Cecil dio las gracias y seguido volteó hacia la chica y el chico para sonreír de forma gatuna.

-conseguí información-.

-a cambio de un beso en la palma-.

-era un buen trato-.

-no lo era-.

-¿celosa? -.

-¿debería? -.

-¿qué descubriste? -el rubio intervino en la conversación tan absurda que mantenían.

-no mucho además de lo que ya sabíamos. Otro rechazo pero nadie sabe porqué o de parte de quién-atinó a decir con finjido dolor.

El chico con pecas volteó disimuladamente hacia su lugar. Ahí estaba, con un cigarrillo entre los labios, los ojos cerrados y una bola de interesados pegados a él y al mismo tiempo lo suficientemente separados para no recibir un golpe en la cara (pasó el primer día que el chico fue ahí).

Su estancia en ese bar era rara. Normalmente la gente iba en grupo a llorar sobre las mierdas que les pasaba en conjunto. Y si de casualidad iban solos, eran unas claras señales de que esa persona queria algo más que un roce caliente en público, sin embargo, el de cabello negro no se había interesado por nadie. No los miraba y con suerte los camareros podían sacarle unas pocas palabras cuando le ofrecían algo de tomar.

【S O L A N G E L O】One-Shot'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora