1. Amigos

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Roger Taylor, un adolescente solitario que amaba leer libros en los tiempos libres en el colegio y componer cuando estaba tranquilo en casa.
Nadie lo notaba, y él no se fijaba en nadie, excepto por un chico de último año, alto, de cabello rizado y con una risa contagiosa, que por algún motivo llamaba la atención del pequeño.
Iba caminando rápidamente hacia el salón, ya que el timbre había sonado y tardó en darse cuenta porque estaba sumergido en la lectura.
De repente se chocó con un chico, lo reconoció enseguida. Todo lo que traía en mano cayó al piso.
"Oye, ten cuidado, rubio" le dijo éste.
"Perdón, tengo prisa" se disculpó, agachándose a juntar los libros.
El chico se agachó sólo para juntar un papel que había caído al lado de sus pies.
Cuando se lo dió, sus manos rozaron, haciendo que Roger se quedara unos 10 segundos mirándolo fijamente.
"Soy Roger Taylor" habló saliendo del trance.
"Brian May" soltó una pequeña sonrisa.
"Debo irme. O el profesor me matará"
"Está bien. Adiós, Rog"
El ojiazul se sorprendió ante el apodo que le acababan de poner, sobre todo porque se trataba de alguien que acababa de conocer, y sólo sabía su nombre.
Le costó concentrarse en la clase, ya que en su cabeza se repetía una y otra vez la situación con el rizado.
Cuando el receso llegó, se sintió aliviado.
Se llevó un susto cuando vio a Brian esperándolo fuera.
"Hola" le dijo éste con una pequeña sonrisa.
"Qué bonita sonrisa tiene" pensó el rubio para sí mismo.
"Hola, Bri" lo llamó así en un ataque de confianza, como para devolverle el apodo de hoy.
"¿Puedo preguntarte algo?"
"Claro"
"Antes que nada, ¿no tienes a alguien con quien pasar el recreo?"
Roger se apenó de la respuesta que iba a dar. "No" agachó su cabeza. "¿Tú?"
"Sí, pero estarán bien sin mí. Prefiero pasarla contigo y conocernos más" Brian sintió lástima, aunque no estaría con él sólo por eso.
"Gracias. De todas formas puedes hacerme la pregunta e irte. Mis libros me hacen compañía"
"Lo digo en serio"
"Oh, bien"
Se sentaron en un banco del patio.
"¿Eres pariente de Michael Taylor?" preguntó el más alto.
"Soy su hijo, ¿lo conoces?"
"Pues tu padre y el mío fueron amigos en la infancia. Me habló muchas veces de él, por eso me quedé pensando en cuanto me dijiste tu apellido"
"Qué coincidencia. Ahora sus hijos son amigos" terminó de decir esas palabras y se calló. "¿Amigos? Acabas de conocerlo, Roger. ¿Qué te pasa?"
Brian notó su sonrojo y soltó una pequeña risa. "¿Tienes algo que hacer después de la escuela?"
"Ir a casa, solamente"
"¿Te molesta si te acompaño?"
"Para nada. Así podrás ver a mí padre"
"Por mí genial. Te espero en el árbol del frente" dijo eso y el timbre sonó. Cada uno se fue por su lado.

⇢❃♡❃⇠

A la salida, se encontraron el el árbol que había dicho el mayor.
Las tres cuadras de distancia a las que estaban se fueron riéndo y hablando sobre la vida.
"¿Sabes? Te había observado varias veces antes de que chocáramos. Tú y tú grupo de amigos son bastante escandalosos y hacen notar su presencia"
"No los considero grandes amigos. Sólo a John, el pelirrojo. Pero yo también te había visto, siempre con tus libros"
El rubio sonrió y siguieron caminando.
"¡Ya llegué!" gritó Roger entrando a su casa. "Lo siento, Bri" se disculpó viendo que lo había dejado sordo con su grito.
"Hola, cariño. ¿Traes un amigo?" su madre salió a saludar.
"Sí. Él es Brian. Es hijo de un viejo amigo de papá"
"Un gusto. Soy Winifred"
"El gusto es mío"
"Qué amable. Voy a buscar a Michael así te lo presento"
"Papá, él es el hijo de Harold May, Brian"
"Ah, hola" se estrecharon las manos. "¿Qué es de la vida de tu padre? Hace mucho no sé de él"
"Trabajando mucho. A veces no lo veo hasta la cena"
"Dile que me llame cuando quiera y esté libre, así nos ponemos al día" el señor Taylor tomó un papel y anotó el número de teléfono de la casa para dárselo al chico.
"Lo haré"
Llegó corriendo una niña.
"Ah, y ésta es mi hermana Clare" dijo Roger.
"Qué guapa eres" el rizado se agachó para estar a la altura de la pequeña.
"Y tú muy alto"
"Cariño, ¿quieres quedarte a comer?" le preguntó Winifred.
"Si me permiten, puedo llamar a mi familia y preguntarles si me dejan"
"Claro. Roger, acompáñalo al escritorio"
"Ven" dijo el rubio, haciéndole una seña para que lo siga. Le indicó dónde estaba el teléfono y lo esperó fuera.
"Me dieron permiso. Pero debo estar allí para la hora de cenar" dijo el rizado saliendo de la habitación.
"Genial. Vamos a comer. Muero de hambre"

El chico de último año •Maylor•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora