Capítulo 6.

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Hoy, sus padres llegaron más alegres que de costumbre, sintió Coral.

Le preguntó a Sam que había pasado, ésta le respondió:— Al parecer, su jefe les felicitó por el último caso que salió exitoso para su cliente.

—Oh, debería de felicitarlos, no lo sabía. – contestó Coral, mientras se dirigía hacia la habitación de sus padres.

Tocó dos veces, y sus padres dijeron que pasara.

—Hola, hija. Creí que dormías, por eso no fui a saludarte.– dijo su padre, mientras se acercaba a darle un sonoro beso en su frente.

Su madre también le saludó, solo que no le dió un beso ya que se estaba aplicando labial.

—Hija, arréglate por favor. Ya estaba por ir a decirte, hoy tenemos una cena de celebración con amigos y compañeros. –explicó Coraline.

—Ah, felicidades. Sam ya me contó lo que sucedió hoy, pero no sabía sobre la cena, ahora me preparo. – respondió mientras se dirigía otra vez a su habitación.

—Gracias.– escuchó Coral que decían sus padres.

Bien, no escuchó la palabra  jefe así que se sentía aliviada.

Cuando se enteró de la cena de celebración, tuvo un ligero presentimiento de que lo vería otra vez, pero se despreocupó cuando no lo nombraron.

Se adentró a su baño, llenó su tina, le echó jabón líquido y un par de esencias aromáticas.

Estuvo media hora reposando en el agua, hasta que su madre interrumpió su zona de confort.

Desde el otro lado de la puerta, se escuchaba como Coraline decía que se apurase, los invitados ya estaban por llegar.

Una vez que se marchó, salió de la tina envuelta en su bata de baño.

Abrió su closet y buscó un atuendo casual, ya que de su casa no iban a salir.

Se decidió por un vestido floreado de color rosa pastel y blanco. Con una cinta de seda que se ajustaba en su cintura.

Se colocó unas pantis blancas con unos cacheteros de color celeste, decidió no ocupar brassier, ya que no tenía senos volumtuosos y el vestido se adhería bien a su busto medio plano, y no se notaría la falta de éstos.

Se echó perfume de uva, colocó un poco de rubor en sus mejillas y brillo labial.

Buscó unos zapatos cerrados y se los colocó.

Se echó un vistazo en el espejo, hasta que Sam vino por ella.

—Mi niña, ya baja. Los invitados ya están abajo.

Coral asintió y salió tras ella.

Se colocó al lado de sus padres en la entrada, mientras éstos veían como los invitados se bajaban de sus coches.

Saludó a los amigos de la familia, a algunos compañeros e hijos.

Al cabo de unos quince minutos, ya no había más gente a quién saludar.

Miró a sus padres, y notó la preocupación en sus rostros.

—De seguro no vendrá.–dijo Coraline, mientras veía a los lejos de la entrada.

—Imposible, él dijo que vendría.– replicó Patrick.

—¿Quién? – preguntó Coral, con duda en sus ojos.

—Nuestro jefe, Kurt Blintek, te acuerdas hija, ¿no? –preguntó su padre.

Coral se puso pálida y asintió. No dijo nada más, y se dió vuelta para ver a los demás invitados.

** Bratty Princess **Donde viven las historias. Descúbrelo ahora