Capitulo 3

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¿Me estaré volviendo más loca?

Es lo que actualmente me preguntó luego de hablar con Naomi y que ella me jurará que no había visto a nadie hablando conmigo.

Definitivamente perdí la cabeza.

Decido hacer lo mismo que hago con mis problemas. Ignorarlos.
Volvimos al salón de clases a esperar que la tortura por fin se acabará y así poder ser libres.

En las siguientes horas yo solo me la pasé tomando apuntes de las materias importantes, dibujar garabatos en las hojas de atrás y ver cuánto aguanto la respiración.

Cuando por fin sonó el timbre que indicaba el fin de clases, fue como escuchar las trompetas de cielo, que cantaban victoria.

–¡Por fin! ¡Seremos libres durante dos días! –grito mientras me levanto deprisa para recoger. Veo como la "señorita" (nótese mi sarcasmo) Morel me da una mirada acusadora, pero yo solo estoy concentrada en recoger todo.

–Becca, tengo que ir al baño urgente, te esperaré afuera. –ni siquiera había esperado mi respuesta y ya había salido corriendo.

Me encojo de hombros sin tomarle importancia y continuo con mi labor de recoger todo. Cuando tome mi estuche de lápiz, se me resbala de los dedos provocando que todos los colores terminen esparcidos en el piso. Suspiro, giro a todos lados para ver por dónde han quedado y en eso caigo en cuenta que soy la única que queda en el curso.

Odio quedarme sola en el curso, siento que pasan cosas raras cuando me quedo sola, no sé si son paranoias mías o que.

Me concentro en recoger todos los lápices esparcidos ignorando al mundo a mi alrededor.

Veo que uno rodó debajo de los estantes así que me agacho para intentar recogerlo, pero aún así no logro alcanzarlo.  Pego mi pecho al suelo mientras levando el trasero, está sería una posición muy incómoda si estuviera con alguien.

Logró recuperar el bendito lápiz de color cuando siento algo moverse detrás de mí.

–¿Disculpa? –giro en mi posición para encontrarme a alguien delante de mí. Levantó la mirada y me sorprendo ver esos lentes que ocultan unos increíbles ojos negros.
Observo como me mira con una combinación de duda y diversión en su mirada.

Recuerdo en la posición en la que me encuentro, haciendo que un sonrojo me ataque. Me levanto de prisa, lo que provoca que casi me vaya de boca contra el piso, aumentando mi sonrojo.

–¿Esto es tuyo? –pregunta luego de varios segundo en los cuales no había dicho una palabra. Observo lo que me tiende, y son los lápices de colores que aún me faltaban.

–Si... Gracias. –susurro con nerviosismo mientras tomo mis lápices de su mano–. Y lo siento por lo de hace rato, el choque y todo eso. –agrego eso último al ver su mirada confundida.

–Descuida. –todo se queda en silencio luego de esa oración.  Termino de recoger mis cosas y cargo mi mochila al hombro. Camino hacia la salido y cuando estaba por salir su voz me detiene.

–Daniel, me llamo Daniel. –giro un poco la cabeza mientras sonrió.

–Yo soy... –un sonido me interrumpe. Salgo del salón de clases para ver qué es lo que escucho cuando veo a una loca Naomi gritar mi nombre.

–Me vas a gastar el nombre. –le digo al ya tenerla de frente a mi jadeando, parece que si corrió mucho.

–Que gastar ni que nada, te dije que me esperaras afueras, ¡No me que me hicieras esperar! ¡Tu madre ya está aquí así que vamonos! –me toma de la muñeca y comienza a caminar conmigo agarrada. Me giro para despedirme de Daniel, pero, ya no está.

¿Ahora veo fantasmas?

_*_

Volvió por quién lloraba.

Infortunio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora