Capitulo 5

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Vale, por fin he perdido la cabeza.

Miro el techo blanco de la habitación de Naomi. Toda su habitación grita su personalidad por donde quieras que mires. Las paredes pintadas de un rosa pastel, los posters de bandas y cantaste (de los cuales solo reconozco a One Direction), el librero meticulosamente acomodado al lado de un escritorio. Sip todo grita Naomi.

Naomi había salido de la habitación luego de que yo llegara para, según parece, buscar su laptop que fue secuestrada por su hermana, creo que entendí que se la llevó para ver Peppa Pig.

Luego de por fin haber aceptado que sí, veo fantasma, lleve a mis hermanos a casa a esperar a que alguno de nuestros padres llegará para poder ir donde la única pensar que no pensara que estoy tan loca. Cuando mamá llegó le pedí un SOS, que ella sabe que solo lo uso cuando es en caso de emergencia, así que entendió que necesitaba venir donde Naomi.

De verdad que aun no entiendo cómo llegue sin ocasionar un desastre o un accidente.

Al llegar a casa de Naomi a penas y si puede contarle lo que había pasado (aunque también me miró extraña), pero accedió a ayudarme de una forma muy simple y ni yo entiendo cómo se me ocurrió. Solamente hay que poner el nombre "Daniel" (como me dijo que se llama el fantasma) y el nombre de nuestro colegio, el Santa Marta, en el buscador de Google y tal vez salga algo relacionado con algún chico con ese nombre.

–Te juro que no entiendo cómo a mi hermana le gustan esos muñequitos. –dice muy irritada Naomi, mientras entra a la habitación.

–¿De qué la puedes culpar? Es solo una niña.

–Como sea, vamos a investigar. –toma asiento a mi lado y puso la laptop en la mesa.

Al momento de escribir el nombre del chico con el de nuestro colegio, nos encontramos con una impactante noticia.

–En el año 2000 un estudiante de último año en el colegio Santa Marta, Daniel Miller, fue encontrado muerto en uno de los cursos de su recinto. Las autoridades dictaron que fue suicidio... –leo con voz temblorosa. Ay Dios mío, veo un fantasma.

–¡Oh, Becca! ¡Ves fantasma, que cool! –grita Naomi mientras comienza a dar saltos– no sé porque no tengo una vida tan interesante como la tuya. –suspira.

–Ni que cool, ni que nada. ¡Ahora veo espíritus! –gritó asustada. –ahora lo único que me queda es huir, primero tomaré un bus, un Uber o lo que sé que me saque de la ciudad para de ahí dirigirme a un pueblo solitario y volverme ermitaña donde viviré de lo que cultive y los animales que caze. –digo caminando de un lado a otro– cambiare mi nombre y me conocerán como Verónica la loca...

–Para ya Becca. –me interrumpe Naomi– si estamos lidiando con fantasmas, tengo cierta información que nos sería útil. Primero, no les gusta la sal, así que deberás llevar un sobre con ella por si lo ves lo espantas. –asiento tomando nota– además los fantasmas no son más que almas que no cumplieron su misión en esta tierra, así que lo que tenemos que hacer es buscar que lo ata a este plano y liberarlo.

Pasó casi todo el resto del día con Naomi intentando tener fuerzas para no desistir, después de todo estamos hablando de fuerzas más allá de nuestro entendimiento.

–Lo mejor será irme. –le digo levantándome– mi madre debe estar preocupada porque le dije que tenía un SOS así que será mejor regresar.

–Tienes razón, pero no debes irte sola. –asiento y tomó mi teléfono para llamar a mi padre.

–¿Mi pequeña zanahoria necesita un abogado? –es lo primero que dice al contestar el teléfono.

–No papi, solo necesito que vengas por mí. Sabes que no puedo tentar mucho en andar sola por la calle. –Lo escuchó reírse mientras escucho como de fondo comienza a caminar.

–Tu madre me dijo que estabas donde Naomi, así que estaré en cinco minutos o menos. Espero que no destruyas algo en ese tiempo cariño. –ruedo los ojos a pesar de que no me pueda ver y le cuelgo. Mi propio padre haciéndome bullying, que amor.

–Sabes, es injusto que tu padre esté tan bueno. –no es la primera que lo dice y sé que no será la última. Mi padre llama la atención donde quiera que va sin proponérselo. Lástima que no herede esa belleza.

–Dímelo a mí que soy la hija, es injusto no haber nacido con esa belleza. –me quejo mientras bajamos– adiós familia. –gritó desde abajo para que todos en la casa me escuchen. Desde que conozco a Naomi sus padres me tratan como su otra hija y yo los quiero mucho por igual.

Al estar en la puerta sólo tuvimos que esperar unos minutos para que mi padre apareciera. Cuando dice que llegará en determinada hora, lo hace.

–Naomi. –saluda mi padre.

–Señor Wilson. –a pesar de que mi padre le insista en que lo llame Max, por su apodo, ella para molestar un poco le sigue diciendo señor. A mi padre no le gusta porque no hace sentir más viejo.

Me despido de Naomi y me subo en el auto.

–Viejo, quiero una pizza. –hago pucheros.

–Viejo tu abuelo.

–Sabes, hoy como que tengo ganas de hablar con el abuelo para decirle que le mandas saludos. –sonrió al mirar la cara de susto. Siempre que digo ese tipo de cosas me refiero a mi abuelo paterno, o sea, al suegro de mi padre. Nunca se han llevado muy bien, aunque mi madre me cuenta que desde que nació mi hermano mayor, el abuelo se ha ido calmando con los años.

- ¿De qué quieres la pizza, cariño? -sonrió victoriosa. Me levanto un poco de mi asiento y beso su mejilla.

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Estoy viva. Se que mucho han estado preocupados por mi y se los agradezco de corazón. He tenido muchos problemas y hasta "perdí" esta cuenta un tiempo en el que desaparecí y cuando volví a tenerla, ya habían pasado varios meses y no sabía si actualizar. Gracias a todas esas personitas que me animaron a volver, ¡gracias!

creszo-rosa
Barbiee_Brunette

Infortunio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora