Capítulo 4

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Narra Damon

Pasé todo el día en casa, Elena llegó en la mañana para reunirse con Stefan, le coqueteé descaradamente en frente de su “novio” y podía ver como mi hermanito ardía de rabia, pero da igual, la esperanza de que Elena me amé sigue aquí, y no voy a dejar que Stefan la tenga así de fácil, nadie me hace sentir cosas como lo hace Elena Gilbert, su sonrisa perfecta, su cabello liso y moreno, sus ojos castaños, ella tiene eso que me encanta, su dulzura, la forma en que me habla, es tierna pero sexy, es, es la versión mejorada de Katherine.

Stefan y Elena se fueron, al Grill con sus amiguitos, la bruja y los demás idiotas, me quedé en casa unas horas, los últimos días algo me inquietaba, había algo en mi mente que no me dejaba estar en paz, pensé en salir a buscar alguna presa, pero no tenía ganas, saque algo de las donaciones de sangre que guarda Stefan, traté de leer algo, pero tampoco funcionó, finalmente decidí tomar algún trago, pero mi reserva de whisky estaba nula, ¡Todo salía mal hoy!

Salí de casa y fui por el bosque, el camino al Grill era mucho más corto así, en el camino pude divisar a alguien, me acerque con cuidado, era una chica, se bajo de una moto y comenzó a inspeccionarla – guau, usa la palabra moto y chica en la misma oración, ninguna chica de Mystic Falls se atrevería a ocupar una.

Comenzó a maldecirse en voz alta reí al escucharla y pisé una rama, ella se alarmó por completo, era totalmente raro, el oído humano casi nunca capta ese tipo de cosas, seguí mi camino y en segundos llegué al restaurant.

Entré y vi a Elena y los demás, decidí unirme al grupo, para sorpresa (claro), hablaban de Katherine, y como salvar a Elena si es que viene al pueblo por ella, pedí algunas copas a la mesa, Stefan me miraba con reproche.

En un momento, la campanilla de la puerta sonó y ella entró como si nada, aunque al parecer yo no fui el único que me quedé mirándola, por 5 segundos todo el Grill quedó en silencio.

Traía una chaqueta de cuero negra y jeans, su tez era blanca y estaba un poco bronceada, tenía un pelo largo y ondulado de color rubio oscuro  que llegaba a su cintura, - y su cintura dios, me concentro- su nariz era respingada y pómulos altos, y lo mejor, bellísimos ojos verdes como el bosque.

Analizó con su mirada, y caminó a la barra como si nada, mientras todos la mirábamos, traía el casco de la moto en la mano y se quito la chaqueta,  Mystic Grill nunca vio algo como ella.

Pidió una cerveza y le sonrió coquetamente al barman y por primera vez, le tuve tanta envidia.

- ¡Qué mujer! – pensé en voz alta.

- Es un espejismo dios, una belleza – siguió diciendo Matt desde la otra esquina de la mesa.

Elena me miraba con el ceño fruncido -¿celos pensé?- Stefan solo la miraba en silencio, yo solo la observaba era, era algo irreal, era realmente no natural y fui incapaz de pararme y presentarme ante ella, bebía la cerveza e una forma tan sexy.

Los chicos terminaron de comer  y se arreglaban para salir con destino a casa.

- Damon, ¿Nos acompañas? – me dijo Stefan levantándose de la mesa.

- Voy en un segundo – le dije, me pare, arreglé mi camisa y me dirigí a la barra.

Ella conversaba con el barman entretenía y mostraba una sensual sonrisa, me senté a dos puestos de distancia y la mire con una sonrisa seductora. Ella terminaba de hablar con el mesero y él le entregaba una tarjeta – la miré extrañado.

-Soy Damon – dije y luego tomé un sorbo de whisky.

Ella solo me miró, asintió y me regaló una media sonrisa, luego tomo el último trago de cerveza.

- Así que nueva en Mystic Falls, linda moto… - le dije en un hilo de voz - ¿Cómo te llamas? – terminé mientras apoyaba mi mentón en mi mano en señal de atención.

- ________ Stobbe – dijo mientras se colocaba la chaqueta, tomaba su bolso.

- Así que Bulgaria – dije rápidamente, en referencia a su apellido.

- Hungría – dijo para salir por la puerta y comenzar rápidamente a caminar.

Eres parte de mí ~ Damon Salvatore y tú ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora