Capítulo 3

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Había recorrido ya más de 5.000 kilometros en motocicleta, pare en una gasolineria  en Tennessee para comprar un refresco y seguir la ruta, entre al local y tomé asiento saqué mi mapa y lo estire en la mesa, marqué mi destino, Mystic Falls, Virginia, me quedaban unos 700 kilometros.

El viaje era totalmente agotador, Mystic Falls era un pueblo perdido dentro del gran estado de Virginia, llegaría en una 30 hora, pasé a un autoservicio, me cambié de ropa, no tenía tiempo para innovar, use jeans azules clásicos, una blusa blanca de algodón, encima una camisa de tartán azul abierta y mi chaqueta de cuero negra además de botas con cordones y sin plataforma

La gasolina estaba bien, continué el viaje, eran las 8 pm y ya comenzaba a oscurecer,  crucé el típico cartel Bienvenidos a Mystic Falls, era martes en la noche pero la ciudad parecía un desierto, nadie por las veredas, los semáforos vacíos, creo que esta gente si se tomaba en serio el “no se sale en días de semana”.

Estaba llegando al centro al parecer, y mi moto comenzó a hacer extraños ruidos, metros más allá, dejo de funcionar. 

- ¿Por qué señor? ¿Qué hice mal? – gritaba mirando al cielo mientras me bajaba de la motocicleta e intentaba investigar que le sucedía.

Me agaché, revise la gasolina, estaba en cero, ¿Cómo era posible? Comencé a mirar con cuidado, la manguera del combustible estaba rota, boté gasolina hace kilómetros.  Me maldigo, pero pienso que pudo ser peor, comienzo a caminar con la moto a un costado, las calles en Mystic Falls se ven interminables, a los costados no se ve nada más que bosques, siento un leve ruido entre los árboles, miro inmediatamente, todo está oscuro, quizás fue el viento, continuo caminando y siento una rama quebrarse.

- ¿Quién mier.da esta allí? – grito mirando a los arboles, un bosque tupido e interminable.

Nadie contesta, decido seguir, comienzo a ver luces cerca, a pasado alrededor de una hora, el hambre me acecha. Llego a lo que se llamaría el centro de Mystic Falls, aunque todo está cerrado y oscuro, escucho risas, sigo caminando, hay un local abierto, dejo la moto afuera, guardo mis llaves y arreglo mi chaqueta, entro con el casco en la mano, de un segundo a otro, el local repleto guarda silencio y me miran. 

Eres parte de mí ~ Damon Salvatore y tú ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora