Noviembre, 1999
Querida ______ :
Ya no lo puedo soportar, la situación se está saliendo de mis manos, hoy es el ultimo día que me verás, el corazón se me apaga de solo pensarlo, mi pequeña bebé hermosa, cuánto tiempo he estado esperando por ti, espero que todo salga bien, que te espere una vida maravillosa, voy a quererte siempre, no he dejado de mirarte en todo el día y espero grabar esta imagen de ti, a tus 5 años, eres brillante, tienes los ojos de tu padre, verdes como las esmeraldas. No me pidas que explique todo porque no puedo, ni yo lo sé, pero trataré de averiguarlo.
Si estás leyendo esto es porque tienes la edad suficiente y el momento que tanto esperé por fin llego, ojala no lo hubiera hecho. _______, mi bebé, nada es normal en ti, y sé que tú lo sabes, como nada tampoco es normal en mi, esta es la primera carta y procurare enviarte más, hasta que mi corazón ya no lata.
Mientras escribo esto tomas la siesta en mi cama, las maletas ya están hechas, aunque me gustaría abrazarte por siempre, algo me persigue, siempre lo ha hecho y no te arrastraré en esto conmigo.
Procura no leer todas las cartas juntas, todo a su tiempo mi pequeña; no seas testaruda.
Te ama con todo su corazón, mamá."
Esa fue la primera carta, llegó cuando cumplí 16 años, Jessica era la única amiga de mi madre la cual conocía, no tenía hijos, y su marido trabajaba en una escuela cercana, me recibió cuando cumplí 8, después de rotar en hogares y orfanatos, todo mejoro. Mi habitación estaba en el ático, era acogedor y cálido, el lugar donde ahogué mis penas de niña y adolescente.
Desde ese día, 13 de diciembre, mi cumpleaños, comencé a esperar, pasó un año y la siguiente carta no llegó, pero si llegó la moto soñada que Jess pensó amaría y tenía razón, pero los años pasaron y el día de mi cumpleaños 19 se acercaba, era tiempo de partir el viaje.
Ese día dije que me iría, y no iba a volver, Jessica lloró por horas, cuando aliste mi mochila y baje a despedirme, me esperaba con un obsequio.
-Se que aún no es tu cumpleaños, pero hay algo para ti, es el ultimo regalo que envió – dijo Jessica, y yo me quedé en silencio mirando el paquete y un sobre que lo acompañaba.
- La carta llegó hace un año – dijo casi murmurando – pero con ella un mensaje que decía que la guardara cuando decidieras partir, ella te conocía muy bien.
Me entrego el paquete con cautela y yo solo la abracé, le dije cuanto la amaba y tome el casco de la moto, ya no había vuelta atrás, cerré la puerta tras de mí, subí a mi moto y partí.
Febrero, 2013
Querida ________:
Mi niña preciosa, como han pasado los años, se que dije que escribiría, pero las cosas fueron distintas. Espero que Jessica haya entregado mis presentes, los guarde solo para ti mi amor, supe de tus buenas calificaciones y sabes que estoy molesta porque no hayas querido ir a la universidad. Las cosas por acá no están de lo mejor.
La historia de mi vida es muy larga, y la tuya también lo es, durante este camino he tratado de entender quien soy, de donde vengo y sobre todo que soy. El viaje que he recorrido todos estos años ha sido agotador, pero sé que de una manera a otra, estoy ayudando porque algún día querrás saber la verdad.
En mi tiempo en Londres, cuando cumplí 25, descubrí que era adoptada, no tienes idea hace cuanto fue eso, ya ni lo recuerdo. Por años trate de entender que es lo que soy, y que hago en este mundo, y se hay más como yo, se que suena descabellado, pero lo entenderás con el tiempo.
Existen criaturas en este mundo de las que no sabes, hay algo más allá de los humanos, algo que perdura, que rompe el equilibrio de lo natural. Lo que tú y yo somos en parte.
Si mis cálculos están bien, leerás esta carta antes de leer el diario que envié para ti. En él, muchas verdades se te revelaran, muchas dudas estarás claras y podrás entenderme al fin. Confió en ti hija mía, mi amor por ti traspasa cualquier dolor, aquel diario lo convertí en la bitácora que me acompaño estos últimos 15 años, pero aun no está terminada, ese es tu trabajo. Pasé toda mi vida descubriendo mi pasado, indagando en como llegué a esto, pero tu tarea, es escribir el futuro.
En el momento que leas esta carta, será demasiado tarde, mi vida ya habrá terminado, después e muchas luchas, ya no tengo como salvar y puedo descansar tranquila solo sabiendo de que tu estas bien, mi milagro.
Confío en que este regalo no llegará a malas manos y tienes que creer fielmente en lo que dice, no dudes, no permitiría que alguien te dañe.
Te amo hasta la eternidad, mamá.
