I. Ilusión

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Ni siquiera entendía cómo estaban allí ni cómo habían llegado a hacer lo que estaban haciendo. Nada tenía sentido para ella aparte de la sensación de sus manos subiendo por sus piernas y llevándose hacia arriba la estrecha tela de la falda consigo. Sus largos y duros dedos hicieron a un lado el pequeño triángulo de su ropa interior para deslizarse en sus labios húmedos.




Ella gimió.

Él la calló con un beso. 



Se sentía mareada, completamente desorientada por las sensaciones. No sabía si era su mente confusa o realmente eran plumas negras que estaban cayendo a su alrededor, haciéndole cosquillas en la piel donde rozaban.



En un momento de lucidez intentó apartarse, pero se encontró con esos pozos negros sin fondo, que decían más que mil palabras. Él le subió la pierna y entró en su interior sin preámbulos ni miramientos.



Empujó con fuerza hasta llenarla completamente. Ella gritó de placer en su oído, aferrándose a la capa negra y roja del Akatsuki para no caerse. En la próxima embestida sintió que las piernas le desfallecían, pero Itachi la sostenía con fuerza por las caderas, manteniéndola allí, con la espalda anclada al tronco mientras él se enterraba profundamente en ella. Mientras entraba y salía de su calidez que lo recibía estrecha y mojada.



Una...

Dos...

Tres...

Cuatro veces...



Las uñas de la pelirrosa se clavaban en sus fuertes hombros, echando la cabeza hacia atrás entregada a las sensaciones. Con la falda hacia arriba y cubiertos por la capa, él poseía su cuerpo con fuerza, haciendo que la fricción en su espalda contra el tronco fuese dolorosa y deliciosa a la vez, ni porque su vida dependiera de ello le diría que parara.





—¡Liberar!



Sakura parpadeó varias veces, mientras sus ojos enfocaban el presente. Los objetos a su alrededor comenzaron a tomar forma, el lago, el bosque, el sol ardiente y brillante y dos akatsuki a menos de 100 metros.



—¿Estás bien Sakura? —inquirió Kakashi preocupado a su lado sin perder de vista a los enemigos frente a ellos.



La chica Haruno no dijo nada, su corazón aún latía a mil por hora y trataba de encontrar el sentido a lo que estaba pasando, completamente desorientada. Cuando sus ojos verdes enfocaron al mayor de los Uchiha, que tenía una leve sonrisa en los labios lo comprendió.



Había sido un simple juego de su mente.



Sintió el frío de la realidad helarle las venas. Lo que su mente le había mostrado y cómo se había dejado engañar. ¿Cómo había sido tan tonta? Era una de las mejores ninjas en bloquear genjutsu, incluso a un nivel avanzado como el Sharingan de Itachi Uchiha.



—Hasta las personas buenas en genjutsu pueden caer fácilmente cuando la ilusión que le presentan es algo que anhelan.



Y aunque él había dicho las palabras de forma impersonal, sabía que eran para ella. Porque aún su cuerpo traicionero mostraba síntomas de cuánto anhelaba la ilusión que él acaba de darle.



Ella lo sabía.

Anhelo [Itachi&Sakura][TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora