Drabble 003

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It's More of Her than Herself

Numero de palabras: 700

Tema: No sabría.

Introduccion: Solo lean, tiene su tiempito ya. Es complejo de leer debido a mi mal uso de los pronombres y conjugaciones, lo siento.

Se creyó dueña de su cuerpo, de su mente y de su ser. Se creyó dueña de lo que era y hacia; de cómo se sentía, de cómo pensaba y como razonaba. Se creyó dueña de sus extremidades, de sus órganos y todo lo que la componía; oh, pero que equivocada estaba.

Ella era su único soporte, su mayor orgullo y admiración. Siempre consiente de lo que hacía, como lo hacía y cuando lo hacía. Siempre tuvo una idea de todo lo que la rodeaba y siempre se creyó sensata a la hora de amar.

Pero ella la conoció, a aquella otra chica que era todo lo contrario. Era un lindo desastre viviente, que cruzaba arrasando por donde pasaba. La metió en su tornado y la descolocó, la embadurno de todo lo que era, mientras que ella sacaba todo de sí para dárselo a la otra.

Se retorcieron en aquel torneo de emociones, entregándose mutuamente, amándose y odiándose. Lo que sentían era algo nunca antes visto, algo que no todos tienen el gran placer de sentir. En algún punto, dejo de ser suya, y e volvió de ella. Todo lo que alguna vez le perteneció, se lo entregó a ella sin ninguna objeción, siendo plenamente consciente de lo que hacía y como lo hacía.

Paso por los caminos de la duda con rapidez, porque en su cabeza no había ninguna duda que cursara. Todo fue seguridad a la hora de abrirse y mostrarse. Su pequeño desastre lo aceptó y agradeció, lo recibió y se comprometió a guardarlo como si de oro se tratase—para ella era mucho más valioso que el oro—.

Tormentas aún más fuertes que su tornado propio las abarcaron, diluvios e incluso tiempos de sequía; pero el tornado seguía girando sin parar, siempre encontraban la forma de ponerlo aun en marcha. A veces una ponía más de la otra, o ponían lo mismo, pero era lo justo y necesario; tal cual como el equilibrio químico. Sus manos nunca se soltaron, sus pies nunc retrocedieron y sus labios nunca titubearon, eran suyas y era todo lo que importaba.

Aquel bello tornado crecía y crecía, era un revolcón de colores y un mural de pétalos. Era su maravilloso desastre. Sus corazones y almas habían dejado su cuerpo, que ahora era un embace demasiado pequeño para lo que sentían, todo era perfecto. Ambas eran el cielo de la otra, e incluso llegaban a ser el infierno. No se puede decir que la felicidad reinaba siempre, porque sería mentirles como simple vocera de esta historia, pero si era algo que predominaba.

Sus más grandes anhelos fueron resueltos, sus dudas ya tenían respuestas y sus deseos acallados. Pero el tiempo se les agotó, sin darse cuenta su tiempo de girar en su propio tornado se terminó y tuvieron que parar. Sus pies se estabilizaron y se obligaron a ver el panorama, ya no había más camino por el cual seguir.

Ellas intentaron volver a poner el tornado en marcha, de verdad que lo intentaron, pero por alguna razón que nadie sabe, solo no pudieron. Y les dolió, les dolió más de lo que alguna vez algo les había dolido. Sus almas se vieron obligadas a volver a sus cuerpos.

Iniciaron un nuevo camino, esta vez caminando; pero nunca se separaron la una de la otra. No es como si lo hubieran intentado; porque a pesar de todo, ellas se pertenecían. Una parte de ellas siempre iba a ser más de la otra que propia. Porque se habían marcado con fuego en algún lugar de la otra, y aquello no se borraría por más que lo intentaran.

Y quizás, ambas estaban destinadas para la otra; quizás sus hilos si estaban conectados, quizás sus almas si eran gemelas por mas diferentes que fueran; solo que la conclusión, no era la común, porque ellas no eran comunes y lo sabían. Ellas eran de la otra, como nadie nunca le perteneció a otra persona.

Colorful FeelingsWhere stories live. Discover now