El gran día de la boda de tu hermana ha llegado, han pasado seis meses desde que Jason adoptó a Omar, y te estás vistiendo. Intentas subirte la cremallera del vestido, pero no llegas. De tanto esfuerzo, tropiezas y estás a punto de caerte, pero Jason se te adelanta y te atrapa antes de rozar el suelo.
—Ya te subo yo la cremallera, cariño —Ambos reís mientras tu novio termina de prepararte. Te das la vuelta y le besas.
—¿Qué tal estoy?
—Estás... Wow, simplemente perfecta, igual que siempre. Te amo.
Te miras en el espejo. Un precioso vestido azul cae por tus piernas hasta llegar al suelo. Jason saca su móvil y te comienza a sacarte fotos. Tu ríes y empiezas a posar como una modelo, a modo de broma.
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Os despedís de Omar y salís de casa. Montáis en el coche y Jason empieza a conducir, gira la cabeza hacia ti:
—¿Cuando vas a querer sacarte el carné de conducir?
—No sé. Siempre he tenido miedo.
—Oh, entonces te enseñaré. Aprendes rápido —Jason te sonríe y le acaricias la mano suavemente.
Después de media hora de viaje llegáis al bosque donde tu hermana y Joe se van a casar. Tu novio aparca y os separáis, pues eres dama de honor. El bosque donde están preparando el arco nupcial es precioso. Al estar en pleno mayo la hierba está verde e hidratada. Entras a una enorme tienda de campaña donde la novia se está arreglando, pero antes de poder mirar dentro alguien te tapa los ojos.
—¡Chist! Soy yo, Lawrence. Tengo una sorpresa para ti —Poco a poco te quita las manos de la cara y las lágrimas no tardan en asomar por tus ojos. Tus mejores amigas de la infancia, Lindsay, Tania y Elisabeth están delante.
—No,no, no. No llores cariño, que se te corre el maquillaje —Salta rápidamente Tania. Es una mujer cubana rellenita. Ella era la que más carácter tenía del todo el grupo, era como una madre. Te seca las lágrimas antes de que nada pase y te abraza. Poco después las otras se unen al abrazo, con los ojos vidriosos.
—Te he echado mucho de menos, cariño —Lindsay se seca las lágrimas con un pequeño pañuelo. Es de nacionalidad inglesa y su acento fue la causa de muchas burlas en la época del instituto, pero tu siempre estuviste a su lado. Es realmente dulce y cariñosa con todo el mundo.
—Joder tía, ¿Por qué no eres lesbiana? —Tú y Elisabeth reís. Te encojes de hombros y pones una sonrisa traviesa. Elisabeth siempre fue tu mejor amiga. En el instituto siempre estaba muy confusa sobre lo que sentía y eso la llevó varias veces al psicólogo. Una noche, mientras la consolabas, te besó, dejando paso a su verdadera identidad. Aclarasteis las cosas y al día siguiente llegó al instituto con el pelo corto y ropa masculina. Aunque todo el mundo se llevó una gran sorpresa, no recibió crítica alguna. Miras a los ojos a tu amiga ecuatoriana y os dais la mano dulcemente.
Todas lleváis el mismo vestido azul menos Elisabeth, que lleva un elegante esmoquin azul con una blusa blanca.
—¿Alguien me recuerda por qué perdimos el contacto? —Comenta Lindsay.
—Creo que fue porque terminamos el instituto y terminamos en universidades diferentes, mis amores —Explica Tania, entristeciendo ligeramente el ambiente.
—Pero bueno, ¿Quién de aquí tiene pareja? —Pregunta Elisabeth —A ver, queda claro que Lawrence si, creo —Todo el grupo ríe y levantas la mano tímidamente. Las chicas te miran sorprendidas, excepto Lawrence, que lo hace pícaramente.
