—Vamos, cariño. Sal ya del baño —. Te dice Jason riendo. Han pasado un par de meses desde la boda de tu gemela y tú y tu novio habéis prosperado. Vuestro plan de hoy es que él te enseñe a conducir.—No sé... Creo que mejor aplazarlo. —Suplicas, te has encerrado en el baño para evitar la clase de conducción de hoy.
—Llevas un mes aplazando las clases, _________, y sabes que tienes que aprender, es por tu bien. Además, será divertido, no me lo niegues.
Abres la puerta con tímidez, dejando ver tu rostro divertido. Jason se acerca y te abraza tiernamente.
—Ahora que te tengo entre mis brazos, no puedes escapar de las clases.
—Noooo —Finges intentar huir, mientras ríes.
- - - -
Tú y tu novio salís a un amplio jardín, donde te va a enseñar. No hay peligro ninguno, porque ni niños ni perros suelen andar por la zona. Te colocas en el asiento del conductor, y el Waud a tu lado.
—Vale, aunque ahora temo por mi vida, debo ayudarte a aprender —Bromea Jason.
—Ja, Ja. Muy divertido —Comentas, sarcástica. Te pones el cinturón, ajustas los espejos y te posicionas bajo la divertida mirada de Jason.
—Vale, ahora debes tener poner las marchas de esta manera...
- - - -
Después de varias horas de práctica, parece que manejas bastante bien el vehículo, así que Jason te deja libre para conducir sin sus indicaciones. Decidida, arrancas el coche. Estás a punto de avanzar, pero ves que tienes una de las marchas mal colocadas, y, antes de que te des cuenta, el coche sale despedido en dirección a un árbol. Tu novio agarra el volante y gira bruscamente, para que el coche solo llegue a rozar fuertemente en el lateral. Después de varios minutos de shock, tú y Jason bajáis del coche. El árbol ha arañado el lado derecho del vehículo. Miras a Jason esperando ver una expresión de enfado en su cara, pero, para tu sorpresa, descubres que se está empezando a reír silenciosamente.
—¿De qué te ríes? Te he destrozado el coche —Dices, asustada porque es probable que tu novio tenga problemas de salud mental.
—No, tranquila, si estoy enfadado, pero es que tu cara ha sido increíble —Dice, mientras comienza a reírse descontroladamente. Al ver como se ríe, comprendes lo divertido de la situación y comienzas a desternillarte también. Juntos intentáis mover el coche y Jason llama a una grúa. Mirándole, empiezas a pensar en lo afortunada que eres de estar con un chico como él, tan agradable y divertido, aparte de apuesto y sexy.
A las dos horas llega el mecánico, y tras revisar que todo esté bien con el motor, os explica:
—No ha pasado nada serio, podéis conducir con normalidad, ya que solo tiene un arañazo en la puerta delantera —. Mirando a ambos jóvenes —No sé cuál de vosotros ha hecho esto, pero recomiendo que no vuelvas a conducir en un tiempo.
Tú y tu novio os miráis con una sonrisa traviesa, y haciendo el esfuerzo por no reírte, le dices al mecánico, un señor de mediana edad con gafas y una barriga prominente:
—Gracias, señor. No dejaré que mi novio vuelva a conducir el coche jamás.
Notas un pellizco en tu trasero, y tras soltar un leve gritito (por suerte el mecánico no se dio cuenta), preguntas cuanto dinero le debe pagar. Tú novio paga los veinte dólares por la consulta, ya que tú no tenías dinero en ese momento. Cuando veis al señor alejándose en su grúa, te sientas en el asiento de copiloto, esperando a que Jason se ponga a conducir, pero él se acerca con cara de sorpresa a tu ventanilla:
—Pero, ¿No se supone que no debías conducir tú? Yo he estrellado el coche contra el árb... —Jason es rápidamente por tus labios, que empiezan a recorrer su cuello y van subiendo hasta que os fundís en un beso, tú dentro del coche y el fuera, agachado para estar a tu altura —¿Sabes qué? Me has convencido, yo conduzco. Pero espero que cuando lleguemos a casa me recompenses...
Le miras mordiéndote los labios y le susurras al oído todo lo que haréis al llegar a vuestra casa. Entonces Jason, con la cara enrojecida, corre hacia el volante, y arranca el vehículo, mientras te ríes pícaramente.
Llegáis en cuestión de minutos y Jason se baja del coche en un par de segundos, abriéndote la puerta. Sales con la ayuda de su mano, y entráis a la casa. Después de saludar a vuestra mascota, os fundís en un beso y entráis a la habitación.
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Jason Waud y tú || One Shots
Fanfictionσиє ѕнσтѕ|| ʝαѕσи у тυ ѕσιѕ ραяєʝα, ∂ιfєяєитєѕ ѕιтυα¢ισиєѕ υωυ ℓσѕ αмσ