5. El mensaje

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Me quedo como una idiota mirando el mensaje por varios minutos, casi no pestañeo, siento un ardor en mis ojos y el pecho apretarse, un malestar en el estómago horrible, es como si hubiese visto que matan a alguien frente a mis ojos pero lo que acaban de matar es a mi corazón, y Rhys, mi mejor amigo. Acaba de terminar con una amistad de años por una chica, porque ella cree cosas que no son, él prefirió su relación antes que una amistad. No me considero mala, no entiendo porqué me pasan estas cosas. Le di toda mi amistad, mi comprensión, porque siempre ha sido mi único amigo y nunca pensé en herirlo o querer que nuestra amistad arruinara su relación. Decidí romper mi corazón todos los días un poco más cada vez que lo veía con ella para no perder lo que habíamos construido con los años. No destruir nuestra amistad.

Es mi único amigo, mi mejor amigo.

¿Qué se supone que tengo que hacer?

Hacer lo que me pidió, alejarme, por su bien. Eso es lo que haría un amigo, y eso haré.

Restriego mis ojos antes de que las lagrimas caigan. Mi garganta duele, el nudo ha de ser gigante, nunca había sentido algo así.

Maldito Oswaldo José.


El resto del sábado lo pase acostada en mi cama y no salí de mi habitación, nunca pensé que una decepción podía doler tanto, que podía afectar tanto a mi cabeza, hacerme sentir tan vulnerable, tan triste, sacar todas mis energías y lanzarlas por la ventana. Apague mi celular, y me desconecte de todo.

El domingo, cuando no baje a comer mis papás se preocuparon, creo que me veía fatal, pues hasta Louis dejo de lado su enojo y me dio un abrazo, basto decir el nombre y ellos entendieron, no preguntaron mucho, solo se quedaron conmigo y me trataron como a su bebé de nuevo.

Ya es lunes nuevamente, las clases siguen y la vida también, me aliste como siempre, comí un poco porque no tenia apetito lo que era muy raro así que en parte le agradezco a la maldita de Alessia y a Rhys porque al menos bajaría unos gramitos.

Y ahora camino por el pasillo rogando no encontrarme con Rhys, ni con Alessia, o peor, con ambos juntos, sería lo peor tener que ver como pasan de mi y yo doy vuelta la cabecita como un perrito. Sé que tarde o temprano le veré la cara a los dos pero tengo fé que las fuerzas se apiadaran de mi.

Supongo que Dios aún me considera una pecadora por ponerme a gritar por la ventana de la casa "Humitas calentitas" y hacer que mis vecinos salieran a buscar a la señora inexistente que las vendía, ya que a lo lejos veo cómo Rhys camina hacia mi lado. Apresuro mi paso detrás de un grupo de chicas, no sirve de mucho, Rhys me toma por el brazo y me lleva a un lugar apartado de gente. Cerca de la biblioteca.

—¿Qué chingados quieres?—saco mi brazo con brusquedad y fuerza.

—¿Thea qué pasa contigo?—pregunta bajando su brazo.

—Solo estoy haciendo lo que querías.

—No entiendo de qué hablas.—su ceño está fruncido a más no poder.

—Bien, y ahora te haces el desentendido.—cruzo mis brazos sobre mi estomago.

—No me hago, en serio, no sé qué está pasando, no respondes mis mensajes y con suerte me miras, ¿hice algo malo?

Elevo mi mirada hasta sus ojos, está confundido, y está diciendo la verdad, no hace falta pensar mucho, aprieto mi puño derecho y tomo un largo respiro.

—¿No fuiste tú verdad?—le pregunto para afirmar mi pensamiento.

—¿No fui yo de qué?—de un salto lo abrazo, sus brazos rodean mi cintura y me aprietan contra él, apoyo mi cabeza en su hombro.

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⏰ Última actualización: Aug 19, 2020 ⏰

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