3. Maglev

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Ya es de día, miro mi reflejo en el espejo con la cabeza ladeada, no es por nada pero mi ropa de hoy queda divina junta, sonrío aprobando mi vestuario. Voy a tomar desayuno, ensalada de frutas y un té para el camino. Pa alias Ralph dice que debe retirar unos papeles y que puede ir a dejarme, yo inteligente acepto. Subimos al carro y comienza a conducir. Su cabello castaño claro está peinado para atrás, siempre envidie su pelo, pero mi cabello es el conjunto de él y Louis, no tengo sus genes pero siento que soy muy parecidas ellos, y me gusta.

—¿Hijita?—pregunta, doy vuelta la cabeza y lo observo.

—¿Mmm?

—¿Estás bien con lo de Rhys?—estoy apunto de defenderme contra cualquier conversación de ese tipo.—Sé que te gusta hace mucho y puede ser difícil ser su amiga.

—Pa...—empiezo a decir.—Estoy bien, soy su amiga antes que alguien que busca algo más, así lo decidí y puedo con eso.

—Mi niña.—dice con ternura.—Estoy seguro que igual le gustas. No sé por qué pero lo sé.

Lo dudo mucho.

—Déjame aquí, así te vas derecho.—Pa aparca en la esquina de la calle del colegio.—Te quiero, gracias por traerme.

Ralph se despide y luego se va, avanzo lo que queda de camino hasta el colegio, a mitad del camino una chica que no conozco se interpone y me habla. Miro su vestuario, está usando falda con top a cuadrilla, amarillo, negro y azul, unas botas largas y negras tipo militar, se ve genial.

—Tú amiga, entiendes de la moda.—me observa de pies a cabeza.—Me gusta tu estilo.

—¿En serio?—arrugo las cejas.—Es decir, que lo diga alguien como tú es un halago.

—Claro que si, me visto casi igual que tú pero más cuadrados, cuero, y negro por todos lados.—guiña su ojo.—Soy Rebeca, por cierto.

—Thea.—le digo de vuelta.

—Bueno Thea, un gusto conocerte, si algún día necesitas algo me dices, me caíste bien.—se va sonriéndome. Sigo mi camino sintiéndome como una diosa del estilo, ah.

—¿Qué hacías hablando con Rebeca Neema?—doy un salto, Rhys me observa con duda.

—Deja de estar asustándome.—le doy un empujón.

—Ya pues responde.—dice sobando su hombro.

—Se acerco a decirme que le gustaba mi estilo, muy simpática.—respondo.—¿Por qué?

—Nada, duda. Ella es como la chica mala de todas las películas, todas le tienen miedo.—arrugo mis cejas mientras lo miro, ¿miedo a ella? Era muy simpática.

—Sissss.—respondo. Él comienza a contarme frenético razones por las cuales le tienen miedo. Como una vez que golpeó a una chica y le rompió la nariz, cuando le pego una patada en las bolas a un chico que se pasó de listo, y cosas así. Ah, la operación de nariz la pagaron sus padres quienes tienen un dineral, dicen que ella es la hija rebelde para nada preocupada de lo que dicen los demás y menos sus padres. Con eso solo me cayo mejor.

—Igual se parece a ti pensándolo.—comenta pensativo. Ruedo los ojos y vuelvo a empujarlo.—¿Ves?

—Idiota.—comienzo a reír, caminamos hasta mi casillero hablando de cualquier cosa, pero como dicen por ahí "la felicidad dura poco". Y bien poco que duro.

—Bebé.—escucho decir a Rhys, veo como levanta a Alessia del suelo y le da un abrazo. Saco mis libros, parecen no poner atención así que me voy casualmente.

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