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—ACTO NÚMERO UNO —
—Vence tus miedos o ellos te vencerán a ti.
LA VIDA DE EMILY SNOW ERA TOTALMENTE DESASTROSA,desde antes de que tuviera nombre, Emily no tuvo padres. Ella quería pensar eso porque desde que tenía uso de razón solo pasaba en orfanatos, uno tras otro, el ultimo que le tocó fue en Londres, en dónde las monjas del orfanato castigaban a Emily sin ninguna razón. Así que a la edad de siete años Emily escapó y comenzó a vivir en las peligrosas calles de Londres, comenzó a hurtar comida de puesto para no morir de hambre y bueno en dónde pasaba la noche esa era otra historia,Emily para ser tan pequeña e inocente sabia sobre algunos peligros así trataba de escoger un lugar o escondite para dormir. En una de esas frías mañanas el llanto desgarrador de un pequeño gato despertó a Emily,cuando ella lo vio su corazón no resisto tanta pena e incluso quiso llorar al ver como habían botado aún gatito tan chiquito,entonces se prometió cuidarlo ya que para la vista de Emily ellos dos eran iguales,dos niños solos en el mundo sin padres ni amor. Las tiendas a las que Emily hurtaba estaban cada vez más pendiente de él ya que había comenzado a robarle leche y atún para su pequeña gata Mía. Pero cada crimen tiene sus consecuencias pues la había atrapado a ella y su gata.
— Tal vez matar a tu gata evitará que sigas robándome las leches y atún—Espetó aquel hombre de aspecto maloliente,tenía a Mía agarrada de cuello con un cuchillo en la garganta—Si,eso haré.
—No por favor—Lloró Emily,Mía era todo para ella—le prometo trabajar y pagar todo lo que robe,se lo juro.
Pero arriba de un techo la justiciera la cual el mundo conocía como Wonder Woman observaba todo,estaba lista para detener aquel hombre pero algo la detuvo, la niña de cabello chocolate pateó con fuerza al señor haciendo que este soltara a la gata y el cuchillo. Emily solo tomo a Mía y la abrazo—Te vas arrepentir mocosa.
Entonces aquel hombre tomo a Emily de los brazos estrujándola pero una cuerda o soga se enredó de la mano del hombre la cual se tornó dorada pues estaban presente un de las Justiciera más importantes del mundo enteró. Una Diosa, Emily corrió hacia la otra esquina sin soltar a su gatita.
—Este es el lazo de Hestia y te obliga a decir la verdad— informó con tanta seguridad la Amazona— Promete que jamás volverás a lastimar a inocentes y te dejaré ir.
—Estás loca—grito o Euforia el hombre queriendo soltarse de aquel agarre. Diana negó sucesivamente con la cabeza al ver la decisión de aquel hombre. Saco el lazo y esta vez lo enrollo todo— ¡Oye esto quema!
—Eso pasa si no dices la verdad. Ahora te lo preguntaré una vez más ¿prometes no volver a dañar o lastimar al inocente?.
—Lo prometo.
—Eres libre—Diana soltó aquel hombre y este solo corrió hasta desaparecer de la vista de ellas. Diana se acercó lentamente hacia la niña—¿te encuentras bien?
