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En cuanto Jimin contactó con su padre para informarle de lo ocurrido, los planes comenzaron. Todo fue cuidadosa y estratégicamente planeado durante cuatro horas. Contaban con la inteligencia de los hombres de la CIA y eso le daba más tranquilidad. Pero al ser un miembro de confianza, el plan que llevarían a cabo lo dejaba con la adrenalina al máximo.

Después de todo, él pensaba que estaría al tanto de la situación apartado.

Ya que no poseía la fuerza para poder enfrentar lo que se les venía encima.

No, no era eso.

El simplemente no confiaba en sus habilidades para el engaño. Por eso, estaba empezando a dudar que el plan que iban a llevar a cabo en unos momentos funcionara. Incluso su padre había aprobado que el fuera parte, confiaba en su equipo que tenía al mando para mantenerlo a salvo. Jimin confiaba en su padre, pero no confiaba en sí mismo.

Ser la carnada era demasiado riesgoso, pero había aceptado sin dudar. Su desesperación de encontrar a Yoongi y a Jungkook mantenía su mente en una niebla de la que no podía salir. Ningún pensamiento cruzaba por su mente, solo los deseos de encontrarlos.

Sabía que su decisión iba a traer consecuencias si el fallaba. Sin embargo, podía más su determinación, si estaba en sus manos lograr salvar a Yoongi, lo haría. No iba a dejar que nadie, sobre todo esa mujer, le pusieran un dedo encima.

No si él podía evitarlo.

Por esa razón, por ese sentimiento que todavía no dejaba su corazón ni su mente, no se movió del lugar en donde estaba. El plan dio comienzo y aunque no estuviera preparado físicamente, mentalmente lo estaba. Si antes pensaba que el plan no iba a funcionar, ahora podía decir justo lo contrario. La misión que tenían ahorita iba a ser superada y nada saldría mal. Jimin podía con eso.

Él lo iba a lograr.

Dos hombres lo tomaron y lo condujeron al lugar del que parecía ser un taller abandonado. Jimin bajó la cabeza de manera sumisa solo para disimular su vista al tratar de ver alrededor. Pudo ver como los agentes de la CIA rodeaban el lugar aprovechando que la atención de las personas del taller lograban distraerse con él. Justo lo que ellos querían.

Lo que Jimin quería.

Jimin sabía que era el objeto de atención y decidió ignorar la sensación de sentirse intimidado. Tenía que comenzar a adentrarse en su papel.

Cadenas, metal y llantas rodeaban el lugar junto con un ligero olor a hule. Los dos hombres que lo acompañaban lo llevaron a lo que parecía ser el centro del lugar. Había sillas en mal estado junto con varias luces que parpadeaban. Una mesa estaba a unos metros de él, donde se encontraban varias botellas de alcohol junto con paquetes de cigarrillos. Jimin no pudo evitar temblar cuando uno de ellos bajó su mano de sus brazos a su espalda baja. Tomó todo de su autocontrol no quitarla inmediatamente.

Tenía que ser cuidadoso con sus reacciones. No conocía el tipo de gente con la que trataba en este momento, solo sabía que era peligrosa y cualquier signo de rechazo que mostrara podía ser lo último que haría.

—Dime hermosura, ¿De dónde conoces a Min Yoongi? —Preguntó uno de ellos, quien tenía un cubre boca que impedía ver su rostro detalladamente. Jimin vio que la postura de ese hombre era siempre alerta, la tensión en sus músculos y los ojos que lo taladraban con la mirada.

Podía deducir perfectamente que ese tipo de persona estaba preparada para matar al siguiente segundo que pasara. Era ese descubrimiento que mantenía a Jimin paralizado del miedo. Después de todo él no se había preparado para esto, pero ya estaban aquí e iba a hacer todo lo posible para que el plan marchara su curso.

SOULMATES ||VKOOK|| ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora