#PERSPECTIVA DE MARGI#
Dormía plácidamente en mi cama un domingo. Abrí los ojos poco a poco debido a lo que me pareció un ruido metálico. Observé a mi alrededor. Estaba en mi habitación con mi marido en la cama. Unas cortinas blancas decoraban la ventana. Los armarios también blancos estaban pegados a la pared. Una suave alfombra reposaba en el suelo. De repente, de nuevo el ruido. Me incorporé al escucharlo asustada.
-Leonard. ¡Leonard! ¡Despierta! ¿Has escuchado eso?- Pregunté alterada.
-No...- Me refunfuñó con la cara enterrada en la dulce almohada.
-Era un ruido. Baja a ver.- Le ordené con miedo en mis palabras.
-Ahora voy.- Gruñó sin moverse.
Otra vez el ruido. Cogí lo primero que vi, que en ese momento era mi revista favorita, y me levanté. Bajé las escaleras lentamente. Los ruidos venían de la cocina. Entré de un salto dando grititos. En cuanto me calmé vi a Ángel mirándome seria, como si yo estuviera loca. Sobre la mesa estaban un par de platos bien colocados con sus cubiertos correspondientes, dos vasos de nuestros zumos favoritos, pequeñas cestas con bollería y frutas y unas flores que decoraban la mesita. En las manos de mi hija estaba un plato de una montaña de tortitas y otro con crepes. Había preparado todo con extremo detalle. Azúcar para mi marido y piezas de fruta y cosas bajas en calorías para mí. ¡Era un cielo! Y yo estaba en una estúpida posición de guardia como si estuvieran a punto de atacarme.
-Buenos días.- Se decidió por decir la niña.
#PERSPECTIVA DE ÁNGEL#
Margi acababa de saltar sobre mí como si la estuvieran robando. Me quedé mirando su posición: piernas flexionadas, espalda un poco encorvada y con los brazos tensos sujetando lo que parecía un pequeño libro de cotilleos. La saludé fingiendo que no me parecía en ese momento una señora un poquito loca.
-Buenos días, cielo.- Me saludó Leo apareciendo de repente.
Se quedó mirando a su mujer que aún seguía en esa ridícula posición.
-Cariño, ¿qué haces con eso?- Le preguntó extrañado.
-Es que... cr...creía que era un ladrón y no sé, pretendía asustarle.- Se excusó.
-¿Con una revista?- Se burló Leonard antes de sentarse en la mesa.
-Pues lo primero que he cogido.-
Margi se incorporó y se quedó mirándome. Me sentí un poco incómoda.
-Solo quería preparados el desayuno y, bueno... ayudaros un poco con las tareas.- Dije sin que nadie me pidiera ninguna explicación mientras dejaba los platos en la mesa.
La señora Vang se acercó a mí y me abrazó mientras que Leo nos miraba orgulloso. Yo la rodeé con mis brazos un poco confusa. Un gesto de su afecto que me costaba mucho aceptar y, más aún, devolver. Parecía una niña pequeña que nunca había visto a sus padres y se los acabaran de presentar, es decir, confusión y seriedad.
*****
Ese día no había dejado de limpiar y hacer las tareas de la casa aunque mis tutores me hubieran dicho que no hiciera nada. Me quedé un poco confusa cuando vi al señor Leo moviendo la caseta de perro a la parte trasera del jardín. Cruzaba la puerta blanca vallada con ese trasto enorme agarrado con una cuerda. Lo arrastraba haciendo que la hierba se destrozara, aquello me dio un poco de pena. Corrí al garaje donde encontré lo que necesitaba. Llevé una carretilla hasta donde estaba el señor Vang.
-Ah... muchas gracias.- Me dijo al verme.
Conseguimos levantar con mucho esfuerzo la caseta y la pusimos sobre la carreta. Llevó el objeto hasta un costado del jardín. Lo bajó de la carretilla como pudo sin pedirme ayuda. Comenzó a hacer algo en la tierra, en la base donde se encontraba aquel anticuado objeto.
-¿Qué haces?- Pregunté curiosa.
-Estoy asentando esto en el suelo para que no pueda moverse.- Me respondió concentrado en su trabajo.
-¿Para qué quieres hacer eso?-
-Ya te lo he dicho, cielo. Para que no pueda moverse.- Parece que el señor no entendió mi pregunta.
Una vez que él hizo lo que quería hacer, se levantó y se limpio la tierra.
-Oye, Ángel. Ya que estás tan interesada en las tareas, ¿por qué no limpias un poco la caseta? Tienes pintura en el garaje, si quieres.- Me dijo mientras entraba en la casa.
¿Me acababa de cargar el muerto de la cutre caseta? No tuve más remedio que hacer lo que me pidió. Lo primero que hice fue limpiar un poco aquel trasto. Lavé las maderas y me fijé en que no hubiera nada suelto o que pudiera causar daños o incluso el destrozo de la caseta entera. Tras revisar que no hubiera desperfectos, tenía que decorarlo. Escogí la pintura blanca, ya que pegaba con el color de la casa, y cuando se secó dibuje unas huellas negras de cachorro sobre la pintura blanca. Creo que me quedó bien.
Estaba dando los últimos retoques al interior de aquel objeto que ya no parecía tan trasto cuando escuché una voz que me sorprendió.
-Oye, preciosa. Si necesitas algo más para limpiar puedes venir a mi casa y lo hablamos.- Me resultaba familiar pero no era exactamente igual a la que yo recordaba.
Salí como pude de la caseta y cogí rápidamente un trapo para limpiarme antes de mirar al chico que me hablaba.
-No, gracias. Estoy bien.- Le respondí intentando reconocerle. Me resultaba familiar.
-¡Qué pena! Haríamos una bonita pareja.- Reprochó él.
¿Pero cuántos años tenía? ¿Veintiuno? ¿Quizá veintidós? ¿Qué hacía ligando con una chica de dieciséis años?
-¿Pareja? ¿Limpiando?- Añadí irónica.
Él se rió y fue en ese momento cuando descubrí por qué me sonaba tanto.
-¿Eres el hermano de Ryke?- Pregunté creyendo que era él.
-¿Eres amiga de mi hermanito pequeño?- Respondió con otra pregunta.
-Vaya, ¡qué mal! Si no fuera por eso te habría entrado.- Se quejó él.
-¿No lo has hecho ya cuando has dicho que haríamos una bonita pareja?- Le dije sarcástica.
-Yo tengo una manera especial de acercarme a las chicas y te aseguro que contigo no lo he hecho.-
-Bien por ti.- Añadí rodando un segundo los ojos porque se creía un donjuán.
Igual de creído que Ryke. Me di la vuelta para ignorarle. La caseta ya estaba terminada así que entré en la casa para descansar un segundo... o toda la tarde...
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¿Quién soy yo?
Teen FictionNo hay forma más básica de describir una historia que diciendo que contiene un inicio, un problema y un desenlace. No puedo decir lo mismo de esta historia protagonizada por una joven que, como muchos escucharéis decir, está perdida y parece buscar...