Mientras cantas en la ducha puede que no te des cuenta pero; ¿y después? Abrirás cualquier aplicación de mensajería y ¡puf!, únicamente podrás escribir texto.
-¡¿Y mis emojis?! -gritarás conmocionado.
Cerrarás la aplicación y la volverás a abrir, sin éxito. Reiniciarás el teléfono una y otra vez pensando que es un error externo e, inclusive, abrirás el portátil a ver si los encuentras en el teclado digital. Pero no será así. Porque con los animojis el apocalipsis emoji está a la vuelta de la esquina y, desgraciadamente, no lo podrás evitar.
¿Pero qué está pasando aquí? Contemos la historia completa antes de que a alguien le dé un jamacuco. Todo empezó con la inclusión de los animojis en dispositivos tales como los IOS que, rápidamente, se fue extendiendo por todas las plataformas. Ahora, son imparables y los emojis, esos seres que te han acompañado desde que entraste en internet, se sienten amenazados.
El emoji sorprendido convocó una reunión la semana pasada para debatir este problema y tanto el emoji feliz, como el enfadado, el enfermo y la insuperable sevillana coincidieron en que la mejor opción para todos era activar el protocolo de huelga indefinida, deteniendo el tráfico de referencias visuales en muchas aplicaciones.
La resistencia es tan fuerte que, pese a que esto produce que vayan aún más en declive, decidan no rendirse y seguir. ¡Y van perdiendo! O bueno, eso es lo que parece. Porque todo movimiento tiene sus detractores y es imposible contentar a todos. Hay una mayoría que los retracta, utilizando el argumento de que todo cambio es necesario y, aún así, quienes les apoyan opinan que no pueden quedar en el olvido.
Así que, ser, prepárate para ver una de las luchas más sanguinarias jamás contadas, porque no se andan con tonterías y meterte con uno es enfadar a todos. Y no querrás que eso pase...
Sigamos, siempre teniendo en cuenta que no tienes un revólver apuntando para seguir leyendo esto, sino que es un emoji en su tiempo libre amenazando con un cuchillo carnicero que yo mismo me he encargado de limar.
Los desperfectos, colapsos y problemas que esto causa van de mal en peor: el servicio de mensajería Whatsapp está teniendo problemas para mantener sus servidores, puesto que la gran mayoría han sido quemados por los emojis más radicales y, los que quedan en pié, no son capaces de almacenar todas las reclamaciones que les están llegando. A Telegram le está pasando algo similar, como a Line, Twitter y muchas otras redes sociales que sirven a la vez de contacto con otras personas.
Pero el mayor problema lo encontramos en Facebook. ¡Oh Zuckerberg! Sus usuarios están furiosos, con guadaña en mano y una antorcha en la otra, ante el castillo de Mark, dispuestos a linchar como antaño hicieron con el monstruo de Frankenstein. Sin ellos, Messenger no es nada y las publicaciones en grupo perdieron la gracia y adoptaron todas un aire de seriedad impropio de las redes sociales que únicamente ofrecen un servicio para matar el tiempo.
Esta guerra se ha cobrado muchas víctimas y aún se va a cobrar más. Así que ya sabes, utiliza los emojis o... bueno, cómprate un buen protector para el cuello. 😉
