Fifty saturdays

Frontera

Al entrar lo primero que vi a lo lejos eran dos cuerpos sin vida empapados en sangre, uno era de una mujer peliroja, aunque aún más peliroja debido a la sangre que sobresalía de un disparo en la frente. Sus ojos eran blancos, no se distinguia apenas el color de ojos que llevaba, estaba sentada en el suelo recargada en la pared, parecía como si nos mirara. Por otra parte, había un hombre de contextura ancha, era pelirojo también, pero con menos intensidad. Estaba tirado en el suelo, con más de 5 disparos en el pecho, parecía como si quien sea el que le haya matado le guardara mucho rencor.

Vomité, era una escena horrible, no estaba preparado para algo así.
-¡¿qué pasó aquí?!- pregunté con miedo -es una larga historia, la cual no tengo por qué contar, solamente necesito de tu ayuda- me dijo mirandome de reojo -¡¿de mi ayuda?! Ay no... no no ¡no tengo nada que ver con esto! No quiero estar involucrado en algo as- me apuntó de nuevo con la pistola y preguntó -¿tienes pasaporte?- tragué saliva y me quede callado con miedo, solo pude asentir con la cabeza. -bien, vas a ayudarme a deshacernos de estos cadaveres ¿si? Cruzaremos la frontera al mar- dijo bajando lentamente la pistola -¿¡estás loco?! ¡Nos pillarán! ¡No quiero terminar en prisión por eso!- hizo un leve chasquido con los dientes e interrumpió -Tu hazme caso, no nos descubrirán- miró al costado, se llevo la mano a la nuca y me miró de reojo. -ayudame a cargar los cadaveres al coche- y así hize, agarramos los cadaveres uno por uno entre los dos, los metimos en bolsas de basura y los metimos bastante bien colocados en la parte trasera del coche.

Quedaba poco para que anocheciera, y yo aún fuera de casa E INCLUSO IBA A CRUZAR UNA FRONTERA HACIA EL MAR. Tenía miedo, no podía evitar pensar en las cosas malas que podrían ocurrirle a mi vida ahora. -sube- dijo mientras se subía en el asiento del copiloto -¿traes tu pasaporte cierto?- completó para asegurarse. Afortunadamente yo nunca salgo de casa sin mis documentos escenciales, entre ellos mi pasaporte, así que me vino de perlas. Me preguntó si se lo podía mostrar, para asegurarse de que no mentía, saqué el pasaporte pero no lo abrí, (por la simple razón de que en aquel pasaporte está mi nombre biológico, el cual algún día cambiaré de una puñetera vez) al verlo me dijo -okay, tu conduces ¿si? Cuando estemos por llegar al limite me pasaré a la parte trasera con los cadaveres para cruzar, ni se te ocurra parecer nervioso, que si sospechan revisarán el coche- yo asentí con la cabeza sin pronunciar palabra, ¿qué podría hacer? Tras aquella advertencia me dijo -escucha, siento mucho meterte en esto, te prometo que si todo sale bien te devolveré a casa lo más pronto posible ¿si?- me miró, esta vez no parecía un asesino, pero mi mente seguía en pánico -está bien... Gracias- dije segundos antes de arrancar el coche.

30 minutos de camino en silencio, sin pronunciar palabra alguna, este chico miraba a la ventana sin decir nada, a veces dudaba si realmente estaba despierto.
Era muy incomodo todo, apenas procesaba lo que estaba ocurriendo.

Derrepente finalmente rompió aquel incomodo silencio -¿cómo te llamas?- dijo sin despegar la mirada de la ventana -Zack- dije con voz entrecortada, segundos después acompleté -¿y tú?- (si seré idiota, ¿quien le pregunta como se llama a un asesino?) -Jin- dijo con voz firme y seria. Me pareció un lindo nombre, no parece nombre de asesino, y tampoco es como si él lo pareciera, a pesar de su firmeza también lo notaba con miedo, además de que no notaba mucha diferencia de edad que yo. Tras aquellas 8 palabras volvimos al silencio incomodo, ¿¡POR QUE OTRA VEZ?! total, que al haber cogido un poco de confianza me animé a preguntarle algo que al segundo me arrepentiría -tu... ¿Mataste a aquellos dos...?- (¡SI SERÉ IDIOTA! QUIEN PREGUNTA ESO X2) -solo a uno, ¿por?- dijo con una expresión triste, la cual pude ver en el reflejo de la ventana. -oh... Está bien- (Zack, callate de una maldita vez mejor)

Pasó el tiempo y no se oía nada dentro del coche, derrepente ví un cartel el cual decía "se acerca a la frontera" -Hey, ¡Jin! ¡El límite!- el gilipollas estaba dormido, pero se despertó al segundo -¿ah si?- me miró -si, vamos, ve al maletero- dije sin despegar la mirada de la carretera - voy, no me falles ¿eh?- tras aquello Jin se pasó al maletero sin necesidad de detener el coche, como si de una serpiente entre grietas se tratara.

Al llegar al límite pasé el coche por el control, y el oficial se bajó hacia mi ventana y me pidió el pasaporte. -su pasaporte señor- yo intenté controlar mis nervios, no quería que sospechara de mí. -enseguida oficial- me giré hacia mi mochila y saqué el pasaporte, seguidamente se lo mostré. El guarda lo miró extrañado -¿Emilia?- al oir ese nombre sentí como mis organos se encogían, hacia tanto tiempo que no lo oía. -oh... Jeje.. Soy trans, solo que aún no he cambiado mi género legalmente jeje- me morí de verguenza en aquel momento, pero el policía lo dejó pasar. -que tenga un buen día- seguidamente arranqué, pero escuché al oficial gritarme -HEY- me giré con miedo -BAJESE- me bajé con aún más miedo y me acerqué a él -¿s..si...?- (¡PENDEJO! ¡NO TARTAMUDEES AHORA!) el oficial señaló al maletero el cual noté como goteaba algo de sangre -¿que lleva en el maletero?- me quedé palido, no sabía que hacer -¿le importa que abra el maletero señor? - dijo con un tono desconfiado. -n...no- me ví obligado a responder mientras veía como aquel oficial se acercaba hacia mi perdición. El hombre abrió el maletero.

Instantaneamente Jin le dió un golpe con la pistola en la nariz, dejandolo inconsiente, - AL COCHE- me cogió del brazo y se disponia a huir conmigo en el coche, pero cuando se subió un guardia me agarró del brazo y tiró hacia él -AYUD/- me interrumpieron inmovilizandome de un golpe contra el coche, lo ultimo que pude ver, fue como por el otro lado, atrapaban a Jin al igual que a mí.