Capítulo Cuatro

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Candace



No sé cómo fue que acabamos así, él encima de mí y yo debajo de él, nuestros labios casi rozándose, nuestras respiraciones en un correcto compas, su fuerte olor masculino, esa mirada que hace que me derrita y deje la cordura de lado. No sé que me está haciendo Ryle, pero tengo miedo de perderme. Dejar mi cordura y salir herida por una simple calentura.

Nunca me había sentido excitada por un hombre, pero él, es como mi droga prohibida, se cuela en mis pensamientos, razonamientos y cordura.

-Nena, nunca había sentido lo que siento por ti, este anhelo que me haces tener me supera, que Hades se apiade cuando reclame tu coqueto coño, te follaré como nunca nadie te ha follado, te haré mía de todas las maneras que sean posible, dejaré tu dulce coñito lleno de mi puto semen y chuparé esa deliciosa nata que tienes entre tú calientes piernas, porque pequeña no solo me sentirás aquí, me sentirás en todas partes-suelto un gemido ante sus palabras, nadie me había hablado así, esa forma tan arrogante y posesiva que solo su voz logra que mi cuerpo se vuelva agua, mis pezones se erizan y mi vagina se humedece, pego mis piernas mientras me retuerzo por alejar tal tentación, tal pecado que promete destruirme-y cuando termine contigo suplicaras por más y si algún hijo de puta se atreve a tocarte, le dejaras claro que la única polla que entra en este dulce coño es la mía, porque me perteneces Candace.

Me quedo sin aliento, cuando por fin une nuestros labios, mi primer beso, mi primera vez permitiendo que un hombre me toque de esa forma, cuál pensaba que jamás sería posible. Gimo ante el dulzor de sus labios, sabía a whisky y cerveza una mezcla destructiva para una chica como yo.

Cuando por fin nos separamos, el aire regresa a mis pulmones, no sé en qué momento deje de respirar, pero parece como si eso no importara en el momento donde nos besamos.

-Por ahora lo dejaremos aquí, sé que no estas lista para todo lo que tengo pensado hacer contigo-se levanta y comienza a desnudarse mientras se dirige al baño. Una lágrima cae por mi mejilla mientras me doy cuenta de lo tonta que he sido.

-No puedes querer tratarme como una cualquiera-le digo enojada, no entiendo como me deje segar por sus palabras, por su presencia.

-Nunca dije que lo fueras-me dice burlo mientras se gira hacia mí.-si quisiera tratar como una cualquiera, te hubiera follado hace un momento, sin importar saber que eres una cosita inocente.

-¡No seré tu puta!-le grito ante su burla.

-Gatita, será mejor que no te alteres, recuerda lo que paso esta mañana-me congelo ante su comentario, jamás espere que utilizara mi momento de crisis contra mí y sobre todo de una manera tan ruin, cojo la almohada que esta a mi lado y sela lanzo con fuerza.

-Eres de lo peor-agarra la almohada antes de que le llegue a dar y se ríe mientras entra al baño.



Me levanto de la cama y voy al cuarto de Sofia, esta mañana me mostró el camino por si necesitaba algo, no pienso dormir con ese imbécil, no seré su puta de rato. Toco su puerta y espero a que me abra.

-Candas, ¿qué te trae por aquí?-me dice sorprendida al verme tan alterada y con rastro de lágrimas en mi cara.

-Necesito un lugar donde dormir, no sé si te molestaría si me quedara hoy contigo.

-No, claro que no, pasa estás temblando.

Cierra la puerta y me lleva hasta la cama, al principio trata de sacarme conversación, hasta que saca la pregunta que tanto he tratado de evitar.

-¿Mi primo te hizo algo?-me acomodo en mi lugar y la miro mientras tomo aire para no lanzarme a llorar, odio llorar delante de la gente, me hace ver débil y estúpida.

-No, solo que ya no me apetece compartir mi espacio vital con él, puede llegar a ser muy irritante-le digo lo más calmada posible.

-Te entiendo Ryle puede llegar a ser irritante cuando selo propone, pero no te preocupes es él así con todos, no te lo tomes personal, desde la muerte de sus padres...se podría decir que no tolera mucho a las personas, los sentimientos y desconfía hasta de su sombra-veo como su voz se vuelve más tenue, como si se retuviera de derrumbarse- él...duerme con una pistola a su lado, temiendo que vuelva a ocurrir lo que paso hace 6 años.

Analizo todo lo que me ha dicho y trata de no entrar más en el tema, entiendo que es un tema delicado y no soy una entrometida. Cuando estamos más tranquilas nos acomodamos en la cama para dormir, hoy se podría decir que fue un día complicado.

No entiendo por qué me siento atraída por esa bestia, obvio es atractivo, pero cuando abre su boca sele va lo guapo.







Un zumbido me despierta, me giro y los rayos de sol se filtran por la ventana, haciendo más difícil la posibilidad de volverme a dormir. Me siento y miro mi a rededor, los recuerdos de la noche viene con rapidez a mí, me sonrojo al pensar lo cerca que estuve en caer en los brazos de ese salvaje. Busco a Sofi por la habitación, pero no la veo.

Unos golpes en la puerta me sorprenden, con cuidado me levanto de la cama y camino a abrir la puerta, no sé ni que hora es, al abrir un chico bastante guapo se aparece delante mío, si no mal recuerdo él fue uno de los hombres que ayudo al cavernícola a traerme aquí, pero no recuerdo su nombre.

-Que demonios haces en la habitación de Sofia-me dice bruscamente al ver que la que abría la puerta era yo y no Sofi.

-Estoy quedándome con ella.

-¿Dónde esta?-me dice fríamente, no entiendo su problema es un maleducado.

-Primero que todo, ¡BUENOS DÍAS! y no sé donde esta-le contesto enojada por su hostil actitud, no sé cuál es su problema, parece que todos en este club de delincuentes son unos maleducados.

-Me importa una mierda tus buenos días-me dice seriamente mientras me empuja hacia atrás-yo que tú aprendería a mantener la boca cerrada, yo no soy el pres, a mí me vale verga lo que te pase así que te comportas puta oxigenada.

Mis mejillas se sonroja del enojo y no controlo mis impulsos y le pego una buena cachetada, el sujeto me mira con odio y cuando pienso que me va a golpear, un grito nos intercepta.

-¡Drogo! ni sete ocurra ponerle una mano encima- Sofi se pone delante de y lo mira muy enojada-desde cuando en el club le pegan a las mujeres, ¡EH!-grita enfurecida.

-Ella me pego primero mujer, ¡no me jodas!-veo como las venas de su cuello se hacen más notables, se nota que está enojado.

-No me importa, no puedes pegarle-le regaña-¿A que has venido?

-Te necesito para controlar los encargos de suministros.

-Ok, ahora bajo, vete-le dice cortantemente, él se gira y sale enfadado de la habitación-perdón, Drogo tiene un temperamento algo complicado, no volverá a pasar hablaré con Ryle, esto es inaceptable.



Asiento y trato de no darle más importancia al asunto, me baño y arreglo para por fin bajar a desayunar, me moría de hambre, al entrar a la cocina, no había nadie, lo cual me sorprendió, pensé que estaría petada a esta hora de la mañana.

Su vieja dama (Blue Angels, #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora