Dos días pasaron desde que me entere de la enfermedad de mi padre. Dos días que decidí estar solo, alejado de todos. Tuve que apagar el celular porque no dejaban de entrarme mensajes o llamadas de Heather o de mis amigos. Claro, también se tomaron la molestia de venir a verme, pero me negaba a salir de mi habitación. Quiero que me entiendan, y que entiendan que quiero estar solo. No tengo ánimos de hablar, ni de ver a nadie. Incluso a Heather, ella era quien mas insistía en que abriera la puerta, pero tras mi constante silencio, ella se canso. O mas bien entendió que necesito mi espacio.
Me dolía decirle que se fuera. Decirle a todos que se fueran. Pero no quería ver a nadie. Rara vez salia de la habitación para comer, pero tenia cero comunicación con Lizzie o mi madre. Lizzie supo que Harry estaba internado, pero mi madre le dijo que no era nada grave y que estaría en casa pronto. Mas para su cumpleaños.
Mi madre insistía en que vaya a ver a mi padre, al parecer él pedía por mi. Pero yo la ignoraba. Estaba enojado con él por ocultarnos la verdad, enojado conmigo, y enojado con el mundo. No se si servía encerrarme y preguntarme por que. Pero era lo único que quería hacer.
Ya se aviso en el instituto de mis inasistencias. Solo habían llamado para informar que aprobé los exámenes, y que eso me servirá para una buena universidad. Son buenas noticias. Pero noticias mejores serian que alguien venga y me diga que mi padre no va a morir y que todo va a estar bien. Pero ese tipo de noticias no van a llegar.
Llaman a la puerta de mi habitación y suspiro.
- ¿Cuantas veces lo tengo que repetir?
- Elliot, es Connor al teléfono. Esta realmente preocupado por ti. Dice que si no le contestas vendrá.
- Bien. No abriré la puerta de todos modos.
- Connor deja de gritarme a mi -dice mi madre hablando al teléfono- No quiere atenderte, no quiere abrir la puerta. No quiere nada, solo estar solo -ella suspira- Bien. Se lo diré, te mantendré informado. Gracias por llamar, cariño -corta la llamada- Connor me dijo que te dijera una serie de insultos que en este momento no puedo decir porque esta Lizzie. Pero él vendrá -no contesto. Me quedo en silencio mirando el techo, acostado en mi cama.
- Mamá ¿Elliot esta triste, otra vez?
Suspiro y cierro los ojos.
- Si, cariño. Pero ya va a estar mejor. Solo esta enojado como para querer salir.
- Nunca vi a Elliot enojado.
- Y no quiere que lo veas enojado, por eso se encierra.
- ¿Como el Grinch?
Sonrío débilmente. Podría abrir la puerta y dejar pasar a Lizzie un momento. Pero no tengo fuerzas para levantarme de la cama.
- Algo así. Vayamos a ver la televisión y dejemos tranquilo a tu hermano -escucho como Lizzie baja las escaleras- Elliot tienes a todos preocupados. Algún momento tienes que salir de ahí.
Al ver que no contesto, mi madre suspira profundamente y la escucho alejarse. Vuelvo a cerrar los ojos, pero esta vez con intenciones de caer en un profundo sueño. Y por suerte, no me cuesta llegar a él.
Tenia unos 5 años, y estaba sentado en el rincón en el jardín de infantes a causa de haber golpeado a un compañero. La señorita había llamado a mis padres, pero solo se pudo presentar mi padre. Ya que mamá estaba en el trabajo.
Él entra al salón y cuando me ve suspira negando con la cabeza. De seguro se venia el reto de todos los días, y un juguete menos de mi habitación. Me quedo en silencio mientras se acerca, coge una silla y se sienta. Ahogo una risa porque la silla es pequeña para un hombre grande como él.
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Save her (2014)
Teen FictionObra registrada en Safe Creative bajo el código: 1407181492454. - Todos los derechos reservados- - ¿Quien es ella? -pregunto al sentir la necesidad de saberlo al verla tan solitaria, perdida entre todos los alumnos. Diferente a todas las chicas que...