Estamos a unas pocas horas para ir a la fiesta de Brooke, la verdad nosotras no somos de ir a cosas así. La verdadera razón es que en ese sentido somos muy antisociales. No somos las chicas qué salen de fiesta, sí no las del tipo que se quedan en casa.
Eran casi las 10 de la noche, y ya estábamos listas. Cassey cómo siempre impresionando a cualquiera con un vestido rojo de encaje, un escote algo pronunciado y su cabello liso y brillante cómo el oro. Yo por otro lado no quise nada fresco, con eso me refería a algún vestido. Cómo decía Raven, no necesitas usar un vestido para parecer una puta. Y en este caso queríamos parecer putas. Pues obviamente era nuestra primera fiesta y no íbamos a ir cómo chicas friki o algo por el estilo.
En ese caso me coloqué unos pantalones rasgados en las rodillas, de color negro. Y un jersey de color burdeo, qué me llegaba hasta la cintura. Y por último unas converse del mismo color. Mí cabello nada distinto, corto cómo siempre y con algunas ondulaciones.
Luego de unas horas el tío de Cassey nos fue a dejar a la fiesta, el es muy simpático y se ofreció ya qué no quería qué fuéramos solas a algún lugar. Al llegar, ambas estábamos algo nerviosas. Aunque animadas por nuestra primera fiesta. Cuando entramos a la casa de Brooke, enseguida pudimos notar la cabellera rubia de Jared, hablando y riendo con unas chicas a su alrededor qué se notaban muy interesadas en él.
Por otro lado él nos miró rápidamente, con un aire algo malicioso. Y su típica sonrisa que no podía descifrar, nunca se sabe cuándo realmente está sonriendo. Cassey fue por algo de beber, a sí que yo había quedado parada en la nada, mirando a la gente a mí alrededor. Qué por desgracia no conocía a nadie. Salvo Brooke y algunas de sus amigas.
Él rubio se acercó a mí con una sonrisa en su rostro, pareciera que tenía claro a lo que realmente venía.–A sí que viniste.–Afirmó con claridad ante mí, yo sólo le miré a los ojos y pude notar una pisca de entretenimiento en el chico.–Jared, ya enserio. ¿Qué quieres?–Le dije con descaro mientras formaba una expresión de irritación.–Bailar.–Dijo en seco, colocando sus manos en los bolsillos del pantalón.—No, contigo no.–Le dije con algo de asco, realmente el no me interesa. Pero aún no se da por enterado. Yo por mí lado me alejé de el, ya qué no quería ningún contacto. Pero el actuó y me agarró del brazo con fuerza, luego me tomó del cuello alzando mi mentón.
En ese momento me sentí amenazada, y pude notar que a el poco le importaba la gente. Dentro de unos segundos llegó un chico, rubio al igual qué Jared pero su color era más un rubio dorado que a diferencia de Jared era un tono más ceniza. Él empujó a Jared rápidamente, seguramente estaba observando desde hace un buen rato. Pero Jared no se quedó sin más y golpeó en el estómago al chico, y es ahí cuando empieza la pelea.
Yo obviamente tenía que pararlos, o Jared terminaría matando al otro chico. Me coloqué en medio de ambos y empuje a Jared dándole una abofeteada.–¡Ya para! Joder.–Le dije enojada y algo alterada, viendo cómo su respiración se encontraba agitada por la pelea. El sólo se acercó a mí y me miró con desprecio, para luego irse completamente de la fiesta.
Luego miré al chico, qué se encontraba con la mejilla hinchada debido a un golpe por parte de Jared, le tomé del brazo y lo lleve rápidamente a la cocina de la casa, busque algo helado en el congelador y se lo coloqué en la mejilla.
–Gracias enserio, y disculpa por eso.–Le dije arrepentida, ya que después de todo no era su culpa, si no mía. Por no satisfacer a Jared.–Está bien, de todos modos tenía ganas de golpear a alguien.–Sentenció el chico con diversión soltando una risa desprevenida.–El es un poco loco, ya sabes.–Me encogí de hombros al soltar esa descripción de Jared, pues el olor era y bastante.–Me llamo Tyra.–Agregué con una sonrisa mientras observaba su mejilla hinchada por el golpe. A lo qué el chico respondió.–Joseph, un gusto conocerte.–Me dijo de forma cortés acompañado de una sonrisa tímida. Luego de mucha conversión con él, pude explicarle todo acerca de Jared. Quién era y lo que pretendía estando acá, sin embargo a Joseph le había desagradado bastante a Jared. Incluso hasta hizo pequeñas bromas con su nombre. Él me dijo que tenía que estar tranquila, y que todo estaría bien. Pero la verdad era que yo no quería involucrar a más gente.
Durante la fiesta estuve con Cass y Joseph, pues se lo había presentado y enseguida tuvieron una especie de conexión. Yo por otro lado me encontraba bebiendo. Aunque clara mente con tranquilidad y límite, no quería estar con resaca para mañana, ya qué era el último día de la semana.
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Eran cerca de las tres de la mañana, y era hora de irme. Me despedí de Joseph agradeciéndole su acto varonil por defenderme con lo de Jared, y por otra parte el sólo trataba de verlo cómo algo simple. Cass parecía embobada con él, de una forma inefable, ya que durante la fiesta la vi muy entusiasmada hablando con él. Al llegar a mí casa, que por suerte el tío de Cass nos había ido a dejar, llegué sólo a lanzarme a mí cama. Esta muy cansada, y quería solo dormir. Cass estaba apoyada en el marco de la puerta de mi habitación. Mirando su teléfono de forma ansiosa, yo por mí parte tenía curiosidad a sí que no dude en preguntar.
–¿Hablas con alguien?–Alze mi vista hacía ella y arqué una ceja al mismo tiempo qué sonreía. Cass me miro algo desprevenida, cómo indecisa en decirme o no.–Con Joseph, ya sabes.–Respondió con una sonrisa deslumbrante, que enseguida pude notar algo.–¿Te gusta, no?–Dije con una expresión pícara en el rostro mientras me acomodaba en mí cama.–Algo así, es lindo.–Dijo Cass con un enrojecimiento en sus mejillas. Yo sólo le moleste y le hice soniditos pícaros.
Luego de eso ella se recostó en mí cama, estuvimos un largo rato charlando. Pero la veía concentrada en el móvil. Qué incluso parece que se quedó hablando con el hasta tarde. A la mañana siguiente nos levantamos a las 7 de la mañana, teníamos algo de sueño, pero era el último día y salíamos temprano.
Hoy se supone que vería a Thomas, el me llevaría a un lugar especial. Aunque aún no sabía cuál. Estuve todas las clases muy aburrida, todo era normal a excepción de Jared. Qué lamentablemente se tuvo qué sentar en la última clase del día.
Estábamos tranquilamente, el por su lado y yo por el mío, ni siquiera se ocurrió el mencionar sobre lo de la fiesta. Además mucho menos iba a hablar con él. Pero Jared tampoco mencionó nada, incluso pasó toda la clase observándome y nada más que eso. Espero que no esté planeando algo, porque no quería que mí salida con Thomas se arruinara por completo.
Al tocar el timbre qué indicaba la hora de irse yo me levanté rápidamente de mí asiento, tomando mis cosas. Jared por su lado sólo me observó aún sentado. Aveces me daba miedo ese chico, está realmente loco. Luego de ordenar mis cosas salí del puesto, muy normal. Nada del otro mundo. Jared se levantó al compás de mí y me siguió, creo que él sabía que yo le estaba viendo.
Salí de la sala de clases y me dirigí a los casilleros, para buscar las cosas restantes que me faltaban. Estaba sacando el último libro y de forma precipitada el casillero se cerro con fuerza. Yo por suerte alcancé a sacar mí mano, o realmente hubiera quedado devastada. Me giré para ver de quién se trataba, era él. Jared, me estaba mirando con enojo,
sosteniendo aún la puerta del casillero. Se veía muy imponente, y yo me sentía acorralada, sobre todo por su altura.–¿Qué tal tú amigito ese?–Reprochó ante mí de forma descarada.–No te interesa, ya largate.–Respondí dándole un empujón tenue, a lo que el sólo le provocó más enojo. Reaccionó al empujón con un acercamiento a mí yo sólo le di un golpe en el entrepierna y luego le pisé con fuerza. Librándome de el, caminando con rapidez hacía la salida de la escuela.
♡Hola chicos y chicas, siento el retraso con este capítulo. Estoy en época de clases y me es difícil con tantas cosas. Pero prometo ser fiel al día en que siempre actualizo. También quiero desearles a todas las mujeres un feliz día. Somos fuertes y podemos con mucho. Bai bai.♡
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❀ El dolor de vivir.
Teen FictionTodo sucede por algo, y nada es casualidad. Las peores cosas a veces te hacen daño. ¿Pero a qué punto? Otras te fortalecen, pero ¿Qué tanto? Esta es la vida de una impresionante chica, qué a pesar de que lo puede haber perdido todo, nunca dejó de cr...