|FUGITIVO IRRECONOCIBLE| L.H |

02 - DABRIA.

I remember the day you told me you were leaving  ( Recuerdo el día que me dijiste que te irías )

I remember the make-up running down your face  ( Recuerdo el maquillaje bajando por tu rostro )

And the dreams you left behind you didn't need them  ( Y los sueños que dejaste atrás, no los necesitabas )

Like every single wish we ever made  ( Como cada cosa que deseámos )

I wish that I could wake up with amnesia  ( Desearía poder despertar con Amnesia )

And forget about the stupid little thing  ( Y olvidarme de todas las estúpidas pequeñas cosas )

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- ¡No Lucas Herondale! ¡No puedes hacer esto! ¡No me puedes hacer esto! - Gruñó Dabria. Lucas le había lanzado su aventura de un solo golpe.

Ella sintió una corriente en su espina dorsal.

- Lo lamento tanto Dabria. - Cogió sus manos entre las de ella. - Ya tomé mi desición.

Ella lo miró apenada. Eso sentía ella. Pena de sí misma.

- No puedes dañar a tus padres Luke. - Tragó sonoramente. Aterrada. - Ellos... estarán devastados y nadie podrá ayudarlos.  - Pasó su mirada del frío piso de cerámica a el rubio que no volvería a ver.

Lucas soltó el aire retenido frenéticamente.

- ¿Nadie?, ¿de que hablas? Tú estarás aquí para salvaguardar sus depresiones. Si piensas que vendrás conmigo... - 

Ella le interumpió.

- No lo digas. No iré por que sé que no lo quieres así. - Recorrió toda la habitación suspirando de nostalgia.

Lucas no se inmutó ni a mirarla. Y no lo haría hasta irse.

- Sabes mejor que nadie que su depresión será momentánea por no haber heredero a su estúpida riqueza. - Viró los ojos. Incluso se llegó a preguntar:

¿He sido felíz alguna vez?

¿Por qué todo le daba la espalda si solo quería felicidad para sí? No pedía mucho ¿ó si?

Nunca tuvo una oportunidad para ser felíz.....

Sus padres no le querían, o eso le dijeron los Herondale; así que lo dieron en adopción, él no sabía si habría sido verdad o si fue solo una mentira pero les creyó. Los primeros meses en su "nuevo hogar" fueron encantadoramente aterradores, sin embargo, sus verdaderos padres le visitaban y pasaban con él los fines de semana, aunque él pequeño Lucas sabía que sus padres biológicos ya no tenían custodia sobre él.

Se divertía mucho con ellos, pero repentinamente un sábado lo dejaron de visitar, luego el domingo y así lo que restó de los años.

Nunca dejó de pensar en ellos. No dejó de creer que por su culpa se fueron y que sus nuevos padres tenían algo que ver con todo. 

Temía preguntar su verdadero nombre y en cierto punto, ni él quería saberlo todo de su antigua vida. ¿Le aterraba? Un poco. ¿Se atrevería a descubrirlo? Claro. Pero esos cinco primeros años con su "familia" solo se limitaba a pensar en cualquier cosa para alejar las dudas de su verdadera vida.

 Lloraba y ahogaba sus sollozos con la almohada por que así le decía Chris, su padre adoptivo, y no tenía de otra.

Cuando alguno de sus sollozos se hacía audible, Chris entraba y bufaba frustrado siempre repitiendo lo mismo una y otra vez: