Capitulo 3: Luego de la tormenta, comienza la ventisca.

132 13 9
                                    

*+~._.~+*+~._.~+*+~._.~+*+~._.~+*+~._.~+*








Aquella mañana, al despertar, Alya se preguntó si la conversación que había mantenido con su amiga durante la madrugada era cierta o un sueño que, simplemente, se había sentido muy real. Sonaba tan estupido e imposible que, por un momento, se convenció de que fue un simple sueño. Probablemente el viaje en auto la había cansado tanto que le provocó sueños raros. Pero la llamada estaba allí, en su registro. 02:46 AM, Mari <3. Aquella conversación fue real.

Aquel pensamiento la carcomía por dentro. Así que mientras esperaba que su amiga, a un lado de las escaleras de la entrada, trataba de mantener la calma. Necesitaba respuestas, saber si era una broma o si la joven lo había soñado. Se mantuvo allí, esperando a que su amiga llegara, mordiéndose las uñas sin darse cuenta.

Nino la vio desde lejos. Le era fácil notar a Alya en cualquier lado, ¿Quien no se fijaría en una chica tan bonita como ella? Con la piel trigueña, esos ojos almendrados, el cabello rojizo cayéndole como una cascada de fuego por la espalda y los hombros. Mierda, se ve muy linda con esa blusa clara. Se acercó a ella, tratando de verse bien. Se quitó los auriculares, se acomoda la gorra y sonrió pícaro.

—¿Qué está pasando en el cielo que los ángeles están cayendo?— pregunto de forma coqueta.

Claro, esperaba una mejor reacción. En su mente aquel cumplido hacía a la chica voltear hacia él, le sonreía y soltaba una risilla. Él guiaba la conversación de tal manera que quedaban para ir al cine aquella tarde. Pero lo que recibió fue un fría y mala mirada por parte de Alya, un cruce de brazos y una negación de cabeza.

—Primer día de escuela y ya tengo que soportarte, Nino— se quejó la joven, haciendo una corta mueca.

Claro, Alya no era muy fácil de conquistar. Pero a Nino le gustaba así, difícil, testaruda, gruñona. A sus ojos era perfecta y nada lo cambiaba. Soltó una risita nerviosa, rascándose la nuca y se posicionó a su lado.

—¿Estas esperando a Mari?—

—Si— soltó en un suspiro— necesito hablar con ella.

—¿Ah?, ¿Pasó algo entre ustedes dos?— cuestionó con sorpresa el moreno.

—No, no. Solo que... ayer me llamó en la mad— ¡Ahí viene!—

Nino volteo hacia donde Alya observaba. Efectivamente, allí venía Marinette. Su largo y liso cabello tomado en dos coletas bajas, una polera blanca con un mensaje que no podía leer desde donde estaban, una falda negra más arriba de las rodillas y una chaqueta de mezclilla algo grande pero que se le veía bien. Llevaba una mochila azul marino en la espalda con estrellas amarillas cosidas (probablemente un diseño suyo) y su típico bolsito a un lado. Sonrió al verlos y apresuró el paso.

—¡Alya!—exclamó abrazando a su amiga con fuerza— ¡Dios, como te extrañe!

—¡Yo también te extrañe, Mari!— respondió la morena, devolviéndole el abrazo a su amiga.

—Literalmente se vieron hace dos semanas— comentó con cierto fastidio el moreno. Marinette lo observo y soltó una risilla divertida. Se acercó y le dio un amistoso abrazo también.

—Es genial volver a verte, Nino—

—I-Igualmente— tartamudeó, sin esperar aquel abrazo por parte de la joven.

—Mari— le llamó Alya— Necesitó hablar contigo. Lo de anoche... ¿Es cierto?—

La sonrisa en el rostro de la joven desapareció, dejando una pequeña mueca. El feliz brillo en sus ojos opacó y su mirada bajó hasta el suelo. Asintió lentamente.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 03, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Suicidaire; Miraculous Ladybug.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora