→Entonces, poco a poco con sus cálidas manos le limpiaron las gotas de lluvia sobre su rostro; esta suave, dulce y mimosa acción calentó ambos corazones. Las mejillas de Bai Luoyin gradualmente entraron en calor; las grandes manos de Gu Hai las frotaban una y otra vez. Esta era la primera vez que Bai Luoyin no impedía que hiciera una acción tan íntima en público←