Cambio de aire

2 0 0
                                    

Apenas he terminado mi último año de carrera y me dispongo a viajar a Londres con el fin de poder poner en práctica lo aprendido y mejorar mi dominio del inglés.

Cómo todo en esta vida, una etapa sucede a otra y ahora es el momento de partir, de dejar mi ciudad natal, mis amigos de siempre, mi familia y dirigirme a otro país. La vida es así, un continuo cambio, periodos de adaptación, viajar, conocer mundo.

En realidad cada día nuestra vida toma distinta dirección, cada elección, por poco importante que parezca, está condicionando nuestro futuro. Yo esta siempre la he tenido muy clara, y aunque me cueste, estoy dispuesta a asumir todas las consecuencias. Nunca he creído en la palabra "siempre" ya que todo tarde o temprano acaba...O hasta ahora es lo que pienso.

Me despido de mi familia y viajo hasta Madrid para coger un vuelo directo a Londres. En el aeropuerto de Crawley me espera la familia con la que conviviré durante unos meses hasta encontrar un trabajo que me permita independizarme.

Los Smith son un amable matrimonio con dos hijos, Mathiew, un chico de mi mísma edad, 25, alto, rubio, de ojos verdes y bastante guapo, y su hermana Lisa, de 19.

El señor Smith sostiene una gran pancarta en la que se puede leer: "Welcome to London Luna". A pesar de haber hablado solo un par de veces con ellos por teléfono, todos se muestran bastante amables.

- Chicos esta es Luna, quién vivirá con nosotros durante unos meses y a la que ayudaremos en todo lo que necesite durante su estancia en nuestro hogar- .Dijo la Señora Smith, una elegante señora de 50 y tantos años.

- Hola Luna, encantado de conocerte, yo soy Mathiew- . La verdad esque era bastante atractivo, una sonrisa perfecta lucía en su cara, y sus ojos verdes me miraban con cálidez. - Luego te presentaremos a mi hermana Lisa, que desafortunadamente no ha podido venir a recibirte a causa de un examen final que tiene dentro de unos días, ya sabes... - Dijo en un perfecto inglés británico.

- Encantada Mathiew, yo soy Luna, os agradezco que me hayáis ofrecido vuestro hogar, espero no causaros ninguna molestia. - Respondí algo cortada.

Sólo me apetecía llegar a casa, dejar el equipaje y tomar un buen baño de agua caliente. El cambio de clima era notorio, acostumbrada a la cálida temperatura de Andalucía, enseguida empecé a tener frío. Llovía, algo normal en Londres, tendría que empezar a hacerme la idea de que ahora no vería muy a menudo el sol.

Eran las 4 de la tarde cuando salí de la ducha, tras tomar el té y conocer un poco mejor a los Smith, decidí irme al cuarto que me habían asignado y tras hospedarme quedé exhausta hasta altas horas de la noche. En mitad de la madrugada me había desvelado, por lo qie decidí bajar a la cocina y tomar un vaso de leche a ver si me volvía entrar sueño. La casa de los Smith era bastante amplia, con grandes cristaleras por la que entraba bastante claridad al salón principal, decorado con muy buen gusto, un gran olasma presidía la habitación, dos sofales de color crema estaban situados formando un ángulo recto y una amplia alfombra de piel cubría el suelo. La cocina era bastante moderna, con una bonita mesa de madera decorada con un elegante centro  donde solían almorzar. Tenía un patio trasero que daba a un gran jardín donde tenían una juguetona labrador de color canela, Sunny. Calenté la leche y me senté a la mesa. No había pasado un día y ya extrañaba a mi familia. Absorta en mis pensamientos decidí volver a la cama cuando de repente entró a la cocina Mathiew.

- Hey, ¿qué haces despierta? Es tarde. - Hola, pues no podía dormir, como me acosté tan temprano pues me he desvelado, y tú que haces despierto, ¿mañana trabajas no? - Así es, escuché ruido y me desperté, tengo un oído muy agudo, ¿estás bien? - Sí, no te preocupes, solo que me encuentro un poco extraña, necesito acostumbrarme, nada más. - ¿Tienes planes para mañana? Si te apetece puedo acompañarte a Central Park cuando salga del trabajo, y así te vas habituando. - Tenía pensado entregar currículums en los institutos, pero está bien, no me vendrá nada mal. - Dije sonriendo, el chico estaba siendo bastante amable. Me despedí de él y volví a mi cuarto, me caía muy bien. El segundo día en Londres prometía.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 09, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El límite del infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora