Capítulo Cuatro

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-¿Como que no tienes los zapatos?-me pregunto Krystal otra vez.

-Por milésima vez Krys, NO los tengo. En la caja solo estaba el vestido y el antifaz.

-Pero cómo es posible que...un momento, ¿antifaz? ¿Qué antifaz? Yo no compre ningún antifaz.

-Bueno ¡pues en la caja había uno! Y además ¿cómo es eso de: “no compre”?-pregunte recalcando lo obvio, pero yo le había dicho a Krystal que NO me comprara un disfraz, era suficiente con ir a rentar uno.

-Bueno ____, ¡no iba a permitir que fueras con un vestido rentado! Además cuando entre a la tienda lo vi y me encanto, además ¿sabes qué fue lo más raro? Que la vendedora me dijo: sería perfecto para a su amiga. ¿No crees que fue raro? ¡Ya que yo no iba con nadie!

-Tal vez se lo mencionaste.

-Claro que n...Bueno si, si le mencione que necesitaba dos disfraces ¡Pero aun así! Pero bueno iré a la tienda para ver que paso con los zapatos ¿de acuerdo?

-De acuerdo, ¿pero que supone que use mientras tanto?

-Bueno puedes ser una cenicienta descalza ¿no crees?- dijo Krystal a punto de estallar en risas.

-¡HA HA HA! ¡Muy gracioso!

-Bueno aguafiestas ¡llevas unos zapatos cualquieras y luego los cambias! Aunque la verdad ni se te verán, podrías no llevar.

-Ok, bueno tienes razón llevare cualquier par de zapatos porque ni se verán. Entonces ya no vayas a la tienda ¿ok?

-Ok! ¡Te veo en unas horas! ¡Te quiero amiga!

-Sí, si ¡yo también te quiero!-y colgó.

¿Qué haría yo? No era exactamente de las personas que se pintaran o se hicieran peinados elaborados. Me pare frente al espejo. ¿Qué haría para verme diferente? No era que me avergonzara de mi misma, sino que esta noche quiero que no me vean como _____ la nerdasa, la excluida, etc. Quiero que me vean como ____  solamente.

Estaba tratando de descifrar como se hacía todo eso cuando oí que sonaba el timbre. Luego nana me llamo. Baje las escaleras para encontrarme a Caroline parada en la sala.

-Hola _____, vine porque olvidaste esto en mi casa.

Recibí lo que me ofrecía. Era la invitación a la fiesta, como era posible si estaba en mí... En ese momento se me ocurrió la mejor de las ideas.

-Caroline, ¿estas ocupada ahora?- pregunte rogando para que su respuesta fuera un no.

-Pues no, no tengo nada que hacer. ¿Por qué?

-Bueno te quisiera pedir un favor- tome aire, necesitaba armarme de valor para decir esto- ¿Quisieras ayudarme a arreglarme para una fiesta?- Cerré los ojos mientras esperaba por su respuesta.

-¡Pues claro que sí! ¡Vamos a tu cuarto para arreglarte!- Caroline se mostraba entusiasmada por la idea.

¿Han oído la historia de la Cenicienta? ¿Y cómo sus hermanastras arruinan su vestido pero luego aparece su hada madrina para arreglar todo y ayudarla? Bueno pues en esta ocasión era como si Caroline fuera eso, mi hada madrina.

Me mando bañarme para luego arreglar mi cabello, luego me maquillo y por ultimo me fui a vestir.

-Te ves hermosa _____.- reí por lo bajo mientras me observaba en el espejo. Era verdad, me veía diferente.-¿Quieres que te lleve a la fiesta ya?

Mire el reloj 7:30. La fiesta ya había comenzado.

-Si pudieras llevarme estaría...

-Iré por el carro, ahora regreso- antes de salir de mi cuarto Caroline me volvió a decir- de verdad te ves hermosa.

Me mire por última vez en el espejo, no pude evitar sonreír. Parecía una princesa. Pero sentía que faltaba algo. Mire a mi alrededor buscando lo que podría faltarme, vi el antifaz en la ventana. ¿Llevar antifaz? ¿Sería buena idea? Me lo coloque. Debo admitir que me hacía sentirme más confiada.

Baje las escaleras y salí para ir a buscar a Caroline. Estaba adentro de su auto que estaba estacionado enfrente. Me apresure a entrar.

-Un vestido blanco hermoso, un antifaz hermoso, una mujer hermosa ¿y unos converse negros?-dijo graciosa.

-No se verán, y son mis zapatos de la suerte.

-De acuerdo, si tú lo dices.

El camino se me hizo demasiado rápido. En un dos por tres estaba enfrente de la casa. Verán, las fiestas de la escuela todas se hacían en una mansión que había sido donada por una anciana millonaria de quien no se sabe nada, solo que no quería esa casa. Me baje del auto, tome un respiro.

-Gracias por traerme Caroline.

-De nada _____.-ya había cerrado la puerta cuando oí a Caroline- Ehhh… no olvides que a las 12 vendré por ti.

-¿A las 12?

-Claro, ¿qué clase de Cenicienta serias si no te vas a las 12, eh? Diviértete.

-Gracias-susurre aunque el carro ya no estaba cerca. Mire al cielo, era una noche estrellada.

Suspire, solo había una cosa que deseaba esta noche y no se cumpliría. Comencé a caminar hasta la casa, todo el patio delantero estaba desierto. Podía oír la música. Estaba a punto de llegar cuando lo oí, un pequeño "craccc". Lo primero que paso por mi mente fue el vestido, pero no lo levante y vi lo que era evidente. Mi madre me había dicho muchas veces que tenía que tirar estos tenis viejos, que no tardaban en romperse y tenía razón. Pero ¿porque tenían que romperse justo ahora? Entre a la casa y para mi fortuna había un sillón, me senté ahí y me quite los converse. Deje los converse debajo del sillón para ponérmelos cuando me fuera. Reí para mis adentros, al final había terminado como una cenicienta descalza.

Descalza y con el corazón acelerado abrí la puerta del salón. Todo se veía increíble. Estaban absolutamente todos los que alguna vez había visto en la escuela. Atraje un par de miradas al entrar, lo cual me hizo sentir incomoda. Avancé un poco y comencé a buscar a Krystal y a Taemin con la mirada. Entonces lo vi. Ahí estaba el, Jonghyun, hablando con sus amigos. En un disfraz de príncipe, el más perfecto de los príncipes. Sería poco decir que me había robado el aliento, se veía perfecto.

#Jonghyun’s POV

Otra fiesta, ¿qué genial no? Estaba hablando con Onew y Minho. Bueno ellos hablaban yo pretendía que los escuchaba. Todo esto era tan superficial. Cuando pasaban junto a mi agachaban la cabeza, como si no fueran dignos de mi presencia. Estaba harto, harto de ser siempre el "rey", que todos me respeten y me "quieran" sin conocerme. Necesitaba algo real, alguien que viera más allá de las apariencias y se tomara el tiempo de conocerme.

Pude notar que muchas miradas se dirigían a la puerta, ¿qué habría pasado? ¿A caso Lola se había dignado a entrar o seguía esperando para hacer su "gran entrada"?

Me gire para poder ver directamente a la puerta. Y lo que vi fue un ángel. Un ángel parado frente a simples mortales que no eran dignos de su presencia. Ella era hermosa, simplemente perfecta. Tenía un cabello negro como la noche ondulado, unos ojos grises que se resaltaban con ese antifaz, eran como las estrellas que iluminan esta noche, unos labios perfectos, rosados que parecía haber sido hechos para morirse por un solo beso, una nariz respingada en el centro, un cuello que parecía tan delicado como el cristal y un cuerpo espectacular con un vestido que la hacía ver hermosa. Era simplemente la mujer más hermosa que había visto, era como un ángel.

No pude evitar mirarla, y al parecer ella lo noto y se sonrojo. No fui consciente de lo que hacía, mis piernas reaccionaron solas y con la confusión de mis amigos camine hasta ella. Ella se estaba poniendo nerviosa, levanto un poco su vestido y note que...no tenía zapatos.

Bueno eso no importaba. Cuando por fin estuve frente a ella tome su mano y la bese delicadamente, pude sentir como ella se ponía rígida por mi acción. Levante mi cara para verla frente a frente, pero no solté su mano.

-¿Quisieras bailar mi Cenicienta Descalza?- le pregunte mientras me acercaba más a ella.

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Andy.J

Barefoot-Cenicienta.(Jonghyun y tu)-Adaptada-.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora