No creo que haya demasiadas palabras o siquiera conjugaciones de letras para poder describir lo que sentía en esos momentos. Estaba flotando, de alguna manera sentía mi cuerpo levitar sobre cierta nube invisible de felicidad.
Los chicos ya estaban listos para el show, y ahora estaban pre-calentando. Verlos en vivo y en directo de esa manera... no podía creerlo aun; procure no pestañear tanto para así no perderme de esa vista, las imágenes mentales se estaban guardando en mi mente como un disco duro de computadora. Jamas olvidaría nada de ello.
-Ayudante- la mujer del staff me llamo- Ve a re-acomodar el cabello de Jungkook.
Mi corazón nuevamente dio un salto desde mi pecho hasta mi estomago. Sentí que el mismo no volvería a su lugar y que se quedaría revoloteando a través de mi organismo hasta que yo ya no estuviese con los chicos. Rápidamente me dirigí hacia el pasillo donde encontré a Jungkook vocalizando y haciendo ejercicios de respiración.
-Ma ma ma ma ma ma ma- fonaba el idol.
Lo mire desde la distancia, como torcía su cuello, tronaba sus dedos y estiraba sus articulaciones. En algún momento mis ojos se dirigieron a sus muslos y ahí fue cuando sacudí mi cabeza con ímpetu. Estaba siendo muy grosera.
-Uhm- interrumpí con timidez.
Jungkook se dio vuelta y al verme sonrió con calidez.
-Veo que te has adaptado rápido al ambiente- comento.
-Puede ser...- afirme con pena.
No podía mirarlo mucho tiempo a los ojos, mis mejillas estaban por estallar.
-Me pidieron que re acomodara tu cabello- dije con un nudo en la garganta.
El chico se acerco a mi y se agacho a la altura de mis ojos. A su lado yo era muy pequeña, deberíamos parecer hermano y hermana menor.
-Sera solo un minuto- espete con un susurro.
El idol asintió con una sonrisa. Al ver semejante gesto majestuoso, mi corazón casi se para ahí mismo. No sabia por cuanto tiempo mas iba a poder aguantar las ganas de gritar y revolcarme en el suelo; estaba casi a mi limite.
Con el peine de cola que tenia en una mano, le re acomode los mechones y flecos rebeldes. Estaba muy concentrada en poner en su lugar la linea que la estilista le había marcado pero por alguna razón su cabello no quería permanecer en el lugar. Tome la lata pequeña de laca que tenia en mi bolsillo y rocié un poco en su coronilla.
Por una fracción de segundo lo mire a los ojos y fue en ese instante que casi me caigo hacia atrás. El me estaba mirando fijamente, sus ojos rasgados destellaban como estrellas ¿Donde había quedado el Jungkook tímido que no se podía acercar a las chicas? ¿Quien era este hombre intrépido enfrente de mi? estaba comenzando a acalorarme y realmente necesitaba alejarme de ese espacio tan corto entre nosotros.
-Me gustan tus pequeños lunares- soltó este con una voz suave.
-G-gracias- dije en un coreano atolondrado- Son pecas, p-por el sol.
-Oh ya veo- contesto con asombro- Son muy bellas.
-Hmm- murmure en un tono desafinado.
Termine rápido de acomodarle el cabello y me aleje dos pasos hacia atrás. Sentía el destello rojo de mis mejillas y no quería que el se diese cuenta de ello. Aunque al juzgar su expresión el ya sabia que yo estaba avergonzada. Tenia una sonrisa divertida dibujada en su hermoso rostro.
-Gracias querida Army- dijo este.
-Ay la puta me muero aquí- solté en mi idioma.
-¿Oh? has dicho algo que no entendí de nuevo- rió Jungkook.
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No se tu nombre, pero si se que eres mi Fan
Short StoryZoey, o Zi en su diminutivo es una chica de 21 años que llega a Corea del sur en compañía de su madre. Las dos son nativas de Argentina que decidieron vacacionar en el país donde los ídolos favoritos de Zi viven: BTS. Zi nunca se familiarizo con e...