Capítulo cinco: ¿Anoche?

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Después de vacilar un rato, abrí los ojos, de lo cual me arrepentí todo el día. A penas entendía dónde estaba, tenía náuseas y la habitación daba vueltas, mi cabeza estaba a punto de explotar. Traté de volver a dormir, pero definitivamente me sentía morir. ¿Tanto había tomado la noche anterior? Si quería saber que era una resaca, lo había cumplido, y déjenme decirles que no era para nada agradable. 

Oí unos golpecitos en mi puerta y puse mi mejor cara.

- Buenos dí..Waw, si que estas mal, ¿eh?- dijo Kyle cerrando la puerta tras él.

No tuve tiempo de responder porque salí corriendo al baño como alma que lleva el diablo. Me arrodillé en el piso y expulsé todo el líquido en el excusado. Me limité a no mirar, a menos que quisiera repetir el episodio, y, luego de bajarlo, me lavé la boca. Cuando volteé dispuesta a entrar de nuevo en mi cama, me encontré con mi primo mirándome con atención.

- ¿Nunca viste a alguien vomitar o qué?- dicho esto, salí del baño.

Volví a mi cama y Kyle se sentó a mi lado.

- Lo lamento, ¿si?- me dijo.

- ¿De qué hablas?- dije mientras me  acomodaba.

- Es mi culpa que te sientas así, fue mi culpa que hayas ido a esa fiesta, fue mi culpa lo que sucedió anoche.

- No te culpes por lo de la fiesta, fue mi decisión, al igual que tomar.

- De verdad lamento lo de anoche, Heather. Perdí el control, no se qué me pasó.

- De verdad, Kyle. No sé de qué hablas- insistí.

- ¡Por Dios!- dijo con las manos en la cabeza paseando de un lado para otro- ¡Es en serio, Heather!

- Basta, se me va a estallar la cabeza si sigues gritando.

- ¿De verdad no lo recuerdas?- dijo mirándome fijamente.

- ¿Qué  pasó anoche, Kyle? 

Mi primo pasó, frustrado, las manos por su cara y luego por su cabello. Se sentó a mi lado nuevamente  y me miró dudoso.

- Heather,  tu y yo anoche.. 

Bajé la mirada y vi en el suelo la camisa que mi primo llevaba ayer. Al parecer él me imitó y vio lo mismo que yo. 

- Kyle, qué hace tu camisa aquí- titubeé. 

Mi primo no emitió sonido alguno. 

- ¡Dime!- dije empujándolo.

- Heather, espera. No es lo que piensas, no pasamos de tocarnos y besarnos.

Suspiré.

- Júralo. Porfavor júramelo.- dije agarrando entre mis manos las suyas.

- Lo juro.- dijo colocando una mano en mi mejilla.

- Esta bien.

- ¿No me vas a insultar ni a golpear?

- Kyle, no estábamos dentro de los cinco sentidos, por Dios. Un error lo comete cualquiera, no podemos echar el tiempo atrás.

Mi primo me miró sorprendido y sonrió. Salió de la habitación y me dejó sin palabra. En ese caso, nunca pensé que le importara tanto mi reacción.

No sé en qué momento me quedé dormida, pero al despertar la luz del atardecer llenaba de colores mi habitación.  Me arreglé y, luego de enviarle un mensaje a Hannah, guardé mi celular en uno de los bolsillos traseros.

Al llegar al primer piso me encontré con mis dos acompañantes divertidos viendo un partido de fútbol. Dejé una nota sobre la mesa del comedor y salí de la casa. Luego de caminar unas tres cuadras, mas o menos, llegue a destino.

¿Solo primos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora