Desperté en una habitación oscura, la poca luz que entraba solo me permitía ver la mano de mi primo sobre mi cintura y las sábanas revueltas sobre nosotros. Me di la vuelta para poder ver el rostro de Kyle. Profundo seguía sin camiseta, sus labios estaban más rosados que de costumbre y muy despeinado, se veía tan.. suspiré.
«Es tu primo, Heather. Basta»
Sacudí cualquier pensamiento que tuviera que ver con Kyle de mi cabeza y, echando el brazo de mi primo a un lado, me levanté. Sentí el frío piso bajo mis pies y quise volver a la cama, pero no lo haría, no me permitiría sentir tanto solo por el roce de su piel. Me di un baño rápidamente, luego, me vestí decidida a encontrar a mis amigos. Al terminar vi a mi primo sentado mirando lejos. Me acerqué sacándolo de sus pensamientos.
- Buenos días.
- ¿Cómo dormiste?- dijo con la voz ronca.
- Mejor de lo que pensé- dije sincera posando las manos en mi cintura.
- ¿A donde irás así vestida?
Miré mi ropa y luego a mi primo.
- Quiero encontrar a los chicos.
- ¿Todavía?
- No pedí tu opinión.
Me acerqué al espejo y peiné mi cabello.
- ¿Quieres ir a una fiesta hoy?- cambió de tema.
- No, pero gracias.
- Vamos, Heather. No seas aburrida.
- No soy aburrida.
Pasé algo de sombra por mis ojos y un brillo en mis labios.
- Sí que lo eres.
Lo miré a los ojos a través del espejo.
- Esta bien, iré con tal de que te calles.
Salí de la habitación y baje rápidamente las escaleras, encontrando a Jake dormido en el sofá. Decidí salir sin avisarle, sino me llamaría cada cinco minutos y no estaba dispuesta a aguantar eso.
Recorrí el mismo camino del día anterior, solo que esta vez me detuve en un pequeño comercio a comprar una manzana y una menta. No había comido nada y mi estómago estaba pidiendo a gritos algo de comer.
- HEY, ¡TÚ! ¡APÚRATE, ME PERDERÉ EL MARATÓN DE CREPÚSCULO!- gritó una chica ubicada algunas personas mas atrás que yo en la fila de pago.
Volteé y la vi. Era ella. Era imposible no reconocer ese rostro y esas expresiones, solo que ahora tenía varios tatuajes, el cabello corto y de color rubio.
- ¡Hannah!- grité.
La rubia me miró y sus ojos se humedecieron fugazmente.
- ¡Heather!
Antes de poder pestañear, ya estábamos abrazadas.
- Tanto tiempo sin verte, pensé que nunca volverías-. Sonreí al escuchar sus palabras- ¡Los chicos se pondrán muy contentos de verte!
Después de pagar lo necesario, salimos del comercio y me acompañó a casa prometiendo vernos al día siguiente.
Al entrar me encontré con Kyle y Jakd, sentados en el comedor desayunando.
- Buenos días- le dije a mi hermano.
- ¿Dónde estabas?
- Fui a comprar algunas cosas- dije llevando la manzana a mi boca.
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¿Solo primos?
Novela JuvenilEra ese tipo de amor que si lo tienes te destroza,... pero no puedes vivir sin él. Entonces, es cuando te das cuenta que no es quien te roba el corazón, sino quien te hace sentir que lo tienes de vuelta, que el amor no necesita ser perfecto, solo ve...