Ella

Hannah

Las 5 de la arde ya, no me dará tempo de ir con Emma a la fiesta, pero no la quiero dejar sola, le prometí que iría, ¿Qué hago?, digo muy frustrada de mi misma, por haberme quedado dormida en mi cama, todo por desvelarme la noche anterior hablando con Moisés (mí futuro novio).

Le marco a Matías (mi mejor amigo), le comento lo que esta sucediendo y el accede hacerme el favor de pasar por Emma para llevarla a la fiesta, no sé como va a reaccionar Emma cuando le diga lo que va a suceder en unas horas, tengo miedo de que Matías la deje olvidada en media fiesta por ir a buscar a Marco (novio de Matías), aunque andan peleados por el momento.

- Matías, cuidado me dejas olvidada a Emma, te la dejo a cargo, ella no conoce a nadie, así que si puedes hacer que socialice sería perfecto, te amo, se cuidan- fue el último mensaje que le mande antes de que se apagara el celular.

Salí en busca de Moisés, necesitaba conversar con él de lo que había pasado hace dos noches, me sentía muy mal, no sabe que me sucede, espero que nada de lo que me pueda arrepentir, aunque pensándolo bien, Moisés no utilizó... ¡mierda!, digo en voz baja, por el montón de gente que se encuentra en los alrededores de donde yo me encuentro. La cagué y en grande, antes de llegar a la casa de Moisés, me va directo a una farmacia que gracias a Dios todavía se encuentra abierta, entro muy nerviosa por lo que voy a comprar.

- Buenas, en que le puedo ayudar – dice la muchacha, con nombre desconocido.

- Buenas, me podría dar... me podría dar una prueba de embarazo – digo muy nerviosa

- ¿Cuál quieres? – ahora que digo, no sé cuál es la más efectiva.

- Cualquiera, la que sea más efectiva – la muchacha solo me sonríe y me da la cajita donde trae mi destino incierto, positivo o negativo, dos palabras que me tenían comiéndome las uñas de los nervios.

Salgo de la farmacia con la bolsa en la mano y el corazón contraído por saber que va a pasar en unos momentos, escondo la bolsita en el bolso que llevo y me digno a seguir caminando hacia la casa de Moisés, toco la puerta con desespero, hasta que me abren, es juliana (hermanita de Moisés), me abrazo y me dio espacio para pasar.

¿esta tu hermano? – pregunto un poco desesperada y nerviosa, la niñita me observa con sus hermosos ojos cafés, - sí, lo voy a ir a buscar, me dijo con una sonrisa tan linda que por un momento quise que mi futura hija fuera como ella de linda y de ternurita.

Me senté en el sofá mientras espero a que Moisés baje por las escaleras o me diga que suba, toco las bolsas de mi pantalón y no siento mi teléfono, en ese momento recuerdo que lo dejé en mi cuarto cargando.