IN ANOTHER LIFE

"Te espero, amor"

Suspiró algo agradecido ante la noticia mirando como autos le seguían el paso, algunos autos negros supusieron que eran los de la funeraria dejó un mal sabor de boca le dejo aquellos pensamientos, miró hacia el cielo en busca de un consuelo, observando las nubes, pensando con pesar como la voz de sus hijos se hacían lejanas el solo oía a su pareja cantando. En un murmuro como el viento sus ojos se humedecieron ante la presencia de un sollozo, parpadeo para evitar llorar y sin pensar demasiado la brisa en su rostro lo transportó inconscientemente a sus recuerdos lejanos con el platinado, donde siempre corría a su al rededor, una lágrima traicionera bajo por su mejilla perdiéndose en su barba. No presto atención a nada que ni fuera la voz de Peter en su mente. En sus pensamientos era como si estuviera a su lado, su mente divagó hasta recordar la sonrisa en el cuerpo inerte de su esposo horas antes.
No supo cuando llegaron, hasta que Daken abrió la puerta haciendo que saliera; observó el edificio espacioso y detalló que brindaba esa aura melancólica, suspiró mientras los de la funeraria preparar todo en autos negros hasta que su corazón dejó de latir de nuevo al ver como algunos hombres sacaban con delicadeza y firmeza un ataúd de color caoba con ligeros detalles. Sus piernas temblaron ante la imagen, quiso caminar hacia él, pero al dar unos pasos sus piernas fallaron dejándole caer arrodillado segundos después escucha el pequeño grito de Laura antes de sentir como le ayudaban a levantarse, él simplemente quería verlo, quería estar con él ¿Estaba siendo egoísta con eso? Creyó que no.

No perdió de vista como metían el ataúd a un automóvil muy elegante. Para luego cerrarlo y ponerse en marcha, no desistió al correr tras él, deseaba ir a su lado, pero su hijo Daken lo detuvo. Cuando algunos se le acercaron para hablar sobre la decoración y flores para el funeral y otras para asegurarse de que estaba bien, los empleados le confundieron con un hijo de su pareja dándole el pésame para alejarse eso ligeramente le dolió. Le dolió demasiado. Laura y Daken finalizaron e informaron que todo ya estaba listo para ir al lugar donde se llevaría a cabo la despedida final a su amado.
Ingreso de nuevo al auto por su cuenta esperando que este se pusiera en marcha. Tras varios minutos llegaron al lugar; lo reconoció de inmediato, ese lugar era donde le pidió matrimonio al menor; no estaba muy lejos de la mansión Xavier, que dirigía ahora los hijos de Hank. Salió tembloroso del carro, observando como algunos mutantes jóvenes y algunos mayores estaban también ahí. Su hija Luna y su cuñada estaban al lado del ataúd cubierto de rosas blancas, Luna al verlo corrió a sus brazos, llorando en su pecho. Sus ojos se cristalizaron al ver una foto de un joven Pietro sonriendo a la cámara. Esa foto era cuando estaban casados. Abrazó a su hija Luna sintiendo como Laura y Daken se colocaban a su lado.

—Gra-gracias— murmuró a sus hijos, echar de ver que esa foto la había escogido Daken para recordar mejor a su papá, tras la pequeña escena Luna se separó de él solo para decirle que ya todos estaban; Laura observaba el ataúd, viendo a su papá. Daken y Luna lo guiaron a una silla bajo una pequeña carpa: la despedida había comenzado, había escuchado como el "padre" daba la despedida religiosa a su amado para luego pedir por él, y finalmente pedir que sus familiares dieran algunas palabras. La primera en pasar fue su cuñada, luego sus sobrinos, posteriormente sus amados hijos diciendo cuanto les dolía, desahogándose por fin, a Luna se les escapo algunas lágrimas silenciosas mientras que a Laura se le rompió la voz, escuchándose llorosa, pero sin dejar caer una lágrima y finalmente su hijo Daken se mostraba dolido, hasta que una fina lágrima rodó por su mejilla.
Todos hablaron hasta que sintió como su nombre era pronunciado, los ojos de sus hijos le miraron comprensivos, otros expectantes y algunos con tristeza. Se levantó y caminó en silencio lentamente hacia el frente, pasando por el ataúd de su amado mirando momentáneamente a su esposo, tan hermoso que no parecía muerto.
Al estar frente a todos miro a su hijos, luego al ataúd y finalmente a la foto:

—Muchos... muchos de nosotros tenemos un pasado. Demonios... Cuándo— rogaba internamente por algo de fuerza si es que quedaba— cuando conocí a Peter, jamás pensé que iba amarlo como lo hago hasta el día de hoy. Muchos nunca miraron más allá de lo que soy. Él lo hizo. Era una mejor persona, cuando todos sentían miedo, él solo sonreía...— su voz era tan profunda, tan dolida tan rota. Suspiró y sonrió nostálgico. Recordando perfectamente al menor.